Capítulo Veinte: El Reencuentro (parte 1)

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Habían llegado de madrugada. Completamente borrachos, tanto que Jimin no fue capaz de caminar hasta su propio departamento y se durmió al lado de Seokjin en la cama.

La alarma de su celular indicándole que debía levantarse para irse a clases, lo despertó. Pero no pudo abrir los ojos. La cabeza iba a reventarle. Miró a su hyung que seguía durmiendo, con la boca abierta y murmurando algo que se podía descifrar como "Kookie..." Jimin movió la cabeza ¿En qué momento Seokjin había caído rendido ante su viejo amor?, comenzaba a sospechar que todos esos comentarios que el mayor siempre había hecho hacia su ex amado idol, eran sólo mentiras para disimular, lo muy atraído que se sentía por él.

Se levantó y decidió que definitivamente no iría a la universidad.

—Hyung...—Jimin removía suavemente a Seokjin, quería dejarlo despierto, pues no había entendido si finalmente había renunciado o no a su trabajo —me iré a casa para ducharme y tomar algo para el dolor de cabeza que me está matando...¿debes ir a la oficina?

Seokjin abrió un ojo y vio a su amigo despeinado, y con los ojos cerrados.

—Debo ir un rato. El señor Choe me pidió que fuera unas horas, hasta que me vaya a Seúl. Accedí porque el viejo me ayudó mucho. Pero espero no encontrarme con ese imbécil de Ken...

—Bueno, él siempre me cayó mal. Me miraba feo cada vez que te iba a buscar. No sé por qué te acostaste con él..., en fin, tengo un mensaje de Taehyung...ellos están en una sesión de fotos, pero dice que Jungkook apenas pudo dormir y que está arrepentido de todo lo que te dijo...

—Yo sé que mi Kookie no quiso decir todas esas cosas, quiero verlo, lo extraño tanto — y se largó a llorar. Jimin se dio cuenta que al parecer el efecto del alcohol aún persistía en el cuerpo de su hyung, así es que decidió abrir las cortinas y destaparlo, para que de una vez se levantara y duchara, para hacer algo productivo.

Luego de aquella mañana un tanto alcoholizada, Seokjin se dispuso ir a su ex oficina, para terminar algunas cosas y así también poder salir por la puerta ancha.

No había podido hablar con su conejo, porque el chico estaba en sesión de fotos, pero había recibido un pequeño mensaje donde le pedía perdón por haber sido tan inmaduro. Seokjin sonrió. Ya lo había perdonado, pero aun así no dejaba de pensar en que sería lo correcto de hacer.

Luego de salir de la oficina, a media tarde, decidió ir por el siguiente paso de su tan elaborado plan del "vivieron felices para siempre": hablar con su padre y contarle los últimos acontecimientos. Gracias al cielo Kim SeokJung era un hombre bastante racional y de carácter apacible.

Siempre había estado orgulloso de su hijo y le daba lo mismo que fuera gay.

Seokjin, marcó su número y luego de los saludos de rigor, comenzó a contarle toda la historia. Aquella del idol perdido, de la pizza hawaiana,
de los días en la playa, de la renuncia a su trabajo y de sus planes de irse a Seúl. Finalmente se quedó en silencio, esperando la opinión de su padre, que ya imaginaba: que era muy precipitado, que debía pensarlo, que era una locura, etcétera.

—Cuando me presentaron a tu madre y luego de diez minutos de charla con ella, supe de inmediato que esa mujer era la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Y nadie pudo arrebatarme esa idea. Ella sería mi esposa y la madre de mis hijos. Y no me equivoqué. Probablemente si en ese momento no hubiese sido un enclenque estudiante de sólo 20 años, la hubiese arrastrado al altar de inmediato. Pero tuve que esperar graduarme y fuimos novios por 5 largos años. Naturalmente en ese tiempo nos conocimos mucho y aprendimos el uno del otro. Pero te juro hijo, sólo bastaron diez minutos. Y estoy seguro que si le preguntas a ella, probablemente diga lo mismo...así es que te entiendo...tal vez los Kim seamos así, lo llevemos en la sangre. No te sientas mal por dejarte llevar por tus sentimientos Seokjin. Hace 30 años la sociedad no era la misma y jamás me hubieran permitido vivir con ella sin estar casados, pero te confieso Jinnie, que lo hubiera hecho, desde el día que la conocí. Así es que no te dejes arrastrar por malos comentarios. Si encontraste a la persona indicada, todo lo demás se irá dando de a poco. No conozco a ese joven, no escucho la música de hoy en día, pero lo buscaré para ver si realmente es tan lindo como dices.

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