Capítulo Diez: Tae y Jimin (Primera Parte)

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Jungkook despertó y se dio cuenta que había llenado de baba, una vez más el pijama de su Jinnie. Se rio, porque sabía que a él no le importaba. Comenzó a darle besos por toda la cara, hasta que logró despertarlo. La noche anterior había sido hermosa. Se habían quedado hasta muy tarde hablando de su pasado, de las cosas que les gustaban y las que no. Y se sentían todavía más enamorados. Seokjin cuando abrió sus ojos y vio esa hermosa sonrisa no se resistió y lo tiró contra la cama para besarlo y llenarlo de cosquillas. Tuvo que detenerse cuando Kookie le advirtió que se haría pis si continuaba haciendo eso...

Se levantaron para tomar desayuno. Jungkook revisó su teléfono y vio que tenía una llamada perdida de su primo.

Tae...¿Por qué me llamas tan temprano si estamos de vacaciones?

Buenos días querido primo, manager y amigo...¿Te encuentras bien? si gracias Kookie, estoy muy bien...

Lo siento Tae Tae, ¿estás bien?, ¿ya llegaste a casa? tu madre y tus adorables hermanas se encuentran bien?

Así está mejor...si todos están bien y te extrañan... y ¿tú y tu adorable desconocido?

Seokjin y yo estamos perfectos. Hoy iremos a la playa a nadar y hacer algún deporte. Te lo advierto por si no contesto el teléfono y no pienses que estoy tirado en alguna zanja asesinando...¿y tío Nam?

Llegará hoy de Japón. Ya le dije tu mentira. Se quedó un poco inquieto, pero no me dijo nada y eso me preocupa. Si papá no dice nada es porque algo se trae entre manos..

¿Le diste el nombre de Jin?

—Fue lo primero que preguntó...acaso no creerás que él...?

Eso me temo. Y descubrirá nuestra mentira. Prepárate Taehyung, creo que ambos tendremos que dar muchas explicaciones

Cuando colgaron, ambos quedaron preocupados. Seokjin, notó eso en el rostro de Kookie.

—¿Sucedió algo Jungkookie?, te quedaste con cara de preocupación. Estoy empezando a pensar que tu primo te altera fácilmente.

—No es nada Jinnie. Vamos a la playa. Quiero sentir esas olas, veamos quien de los dos, sabe nada mejor.

Seokjin ya se había dado cuenta que Jungkook era bastante competitivo. Hacía rato que lo había desafiado a una partida en uno de sus vídeo juegos y aunque aún no habían tenido tiempo de jugar, ya le demostraría que él era el rey.

Antes de salir, se sometieron a una necesaria sesión de besos matutinos post desayuno y post lavado de dientes, pues estarían en público y las manifestaciones de amor debían quedar un poco de lado. Si bien hasta ahora nadie había reconocido a Jungkook o al menos nadie se había acercado, tampoco se iban a exponer a malos comentarios o situaciones comprometedoras.

Por primera vez, Seokjin, se atrevió a meter su mano bajo la polera sin mangas que llevaba Jungkook y que lo hacían lucir malditamente deseable. Sus musculosos brazos que en ese momento rodeaban su cuello, lo habían tentado a descubrir que más se escondía debajo de la ropa. Descubriendo una piel suave y firme que hizo que sus dedos recorrieran toda la extensión de la espalda y comenzaran a moverse hacia esos bien formados bíceps y vientre. Lo mejor...Jungkook se dejó acariciar e hizo los mismos movimientos en el cuerpo de Jin, descubriendo un cuerpo magnifico y seductor que ansiaba besar y ¿lamer?...

Era mejor que la sesión de besos terminara en ese momento, así es que cerraron todo, llevaron las cosas para comer, y salieron para encontrarse con esas olas que calmarían el calor que en ese momento comenzaban a sentir.

Mientras en Daegu, un adormilado Jimin recién comenzaba a abrir sus ojos. La celebración del cumpleaños de su abuela, se había extendido hasta altas horas de la madrugada y él al parecer había bebido más de lo aconsejable. Por eso cuando su madre entró a la habitación que compartía con uno de sus primos, gritándole que su prima Jiyeon lo buscaba, sintió como su cabeza se partía en dos. Naturalmente antes de bajar a verla se duchó y vistió para verse más decente.

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