● Un inicio de otoño.
°Kim YeonJi
Tras la muerte de mi madre, mi alma se llenó de culpa y sentimientos ahogantes. Después de su muerte me hundí en una depresión que, si no fuera por Hobi y Jin, hubiera terminado con una cuerda alrededor de mi cuello.
Sin en cambio, noche tras noche el dolor me invadía de nuevo, mi cabeza me mostraba lo infeliz que era sin ella y que la única culpable de ello era yo. Cada noche despertaba tras una pesadilla, llorando y con la frente llena de sudor, mi cuerpo temblaba bajo las sábanas en un remolino de emociones que me torturaban bajo la oscuridad. La soledad disfrutaba del verme llorar, poco a poco se refugiaba en mi pecho hasta hacerme sentir deprimente.
Cuando llegué a Seúl aquella sensación de soledad se intensificó, pues decidí vivir sola para poder superar mis pensamientos negativos, pero no funciono. Las pesadillas se turnaban para torturarme por toda la noche, llegaron a ser días los que inclusive me negué a dormir, rogando que dejara de sentir culpa, que dejara de sentir.
Tras aquel cuadro de insomnio, lo único que podía hacer que mi cuerpo se relajará era cocinar, por ello, tras las horas de la madrugada en la que despertaba temblando me ponía a repetir las recetas que mi madre me había enseñado, todas aquellas que pintaba una sonrisa en su rostro. Cocinar era lo que me hacía pensar en ella, porque con ello en mi cabeza, la culpa se iba de mi pecho.
Por los cuatro años después de su muerte, engañe a mi cuerpo y mente, me refugié de lleno en la cocina y en el trabajo, intentando que dejara de sentir, que en lo único que pensara fuera en recetas y en que los restaurantes crecieran. Deje que mi mente se ocupará de todo el trabajo y deje de pensar en mí, en mi bienestar y salud.
Una noche, donde desperté agonizando de dolor los recuerdos me alcanzaron, deje que mi pecho volviera a hundirse en la culpa y decepción. Deje que mi corazón se partiera en mil pedazos como en el minuto que mi madre dejó de respirar. Aquella noche me levanté de la cama para poder calmar mi dolor con una receta y comencé a preparar galletas de maní. Sin embargo nunca espere tener una compañía mientras horneaba.
Un pequeño cachorro me miraba con ojos brillantes desde la puerta de mi balcón, y tal vez, fue por el aroma de las galletas que recién solían del horno que se acercó hasta a mí y comenzó a rasguñar una de mis piernas para tratar de llamar mi atención. Por un momento me asusté, pero tras mirar aquellos ojos negros mi pecho se llenó de consuelo.
Holly había llegado un momento oscuro y, por un momento, volvió a pintar mi mundo de color, esa noche me acompañó en mi dolor y supo consolarme con sus ladridos de apoyo mientras brincaba a mi alrededor.
Y esa no fue la única noche, era días enteros que Holly pasaba conmigo y siempre me pregunte por qué su dueño no se daba cuenta, hasta que conocí a Min YoonGi.
La primera vez que escuché hablar de él fue por Jungkook, quien, sin pedírselo, me avisaba de todo lo que ocurría en las juntas vecinales. Y siempre lo que guardaba para el final eran las quejas que Min YoonGi tenía sobre mí, la primera vez que me lo comentó, recuerdo haber soltado al menos tres carcajadas sobre el relato, era la primera vez en mucho tiempo que me reía de tal manera.
Por esa razón, fue que me comporte de una forma desvergonzada cuando me encontró en medio del pasillo jugando con Holly. Hasta en ese momento, nunca había platicado con él, pero me daba curiosidad si en verdad era tan gruñón como decían ¡y averigüe que si!
Eso solo lleno mi curiosidad sobre él, porque podía aparentar ser un hombre frío y discreto, pero esa finta de malo se le iba cuando tenía cerca a Holly. Y lo sabía porque muchas veces lo observe mientras paseaba a Holly, en lo que yo daba un paseo matutino para liberar mi cabeza de malos pensamientos.
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Holly || MYG
FanfictionMin YoonGi, un vecino gruñón y obstinado que ama a su perro. 🐶🧁 ● Terminada. ●18 / 01 / 24 - 17 / 08 / 24 ● Todo es ficción. ● Si te gusta, por favor vota y comenta.