09. Charla de madrugada

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Sakhir, Baréin

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Sakhir, Baréin.

Eran las tres de la mañana y aún seguía dando vueltas y vueltas por la cama. En cierto momento, tratando de conciliar el sueño, coloqué mi cabeza al final de la cama y mis pies sobre las almohadas, pero aun así no podía dormir.

«Estás perdidamente enamorada de él»; «Te gusta Charles, es obvio», recordé las frases de mis amigas.

Conscientemente, me trasladé a Mónaco para cambiar mi vida de forma completa. Quise dedicar mi tiempo a mi hijo, el trabajo y el estudio. En cambio, conocí a un veinteañero de un metro ochenta y poco más, con el cabello castaño, ojos que parecen piedras preciosas y una carismática personalidad, y que, por supuesto, se convirtió en el verdadero cambio.

A regañadientes, me convencí a mí misma de que no debía volver a enamorarme, aunque fuese uno de mis más anhelados sueños y una de las fantasías infantiles de mi hijo.

Alejándome de mis pensamientos distractivos, una notificación llegó a la casilla de mensajes de mi celular. Me acerqué al buró y antes de encenderlo, pensé: «¿será Gine, quien me dirá que llegará más tarde al hotel?» Ella había decidido ir a una discoteca con Kika para celebrar los resultados de la carrera ─aunque Pierre no haya quedado entre los primeros puestos─ junto a los demás pilotos y sus respectivas parejas y amigos cercanos. A mí también me habían invitado, pero me rehusé, ya que prefería quedarme calmada y durmiendo; además, no era novia de ningún piloto.

Para saciar mi inquietud, no tardé en revisar mis notificaciones de una vez por todas:

Me sorprendió que no haya sido un mensaje de mi rubia favorita, sino de él, el hombre que actualmente me tenía a sus pies, a pesar de no querer admitirlo

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Me sorprendió que no haya sido un mensaje de mi rubia favorita, sino de él, el hombre que actualmente me tenía a sus pies, a pesar de no querer admitirlo. Y como mi sueño se había desvanecido rápidamente, me animé a contestarle y mantener una conversación.

 Y como mi sueño se había desvanecido rápidamente, me animé a contestarle y mantener una conversación

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Tu sei Saetta McQueen? | Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora