12. Espectáculos

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Montecarlo, Mónaco

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Montecarlo, Mónaco.

Alcé mi vista siguiendo los claros vellos de un brazo tonificado que, como ya sabía, era del monegasco. Al rato me encontré esos labios, que no eran demasiado finos ni demasiado gruesos, y luego hallé mi preciado punto débil.

No sólo le bastó con venir al mismo restaurante, sino que además se hizo pasar por el camarero para servirme agua.

──Charles... ──protesté, lo más disimulada posible, mirándolo incrédula.

──De nada, señorita ──respondió terminando de verter el líquido en mi copa. Ambos nos miramos intensamente por un tiempo, hasta que él corrió la mirada──. Usted, cara de... ──tosió──. Señor, ¿quiere un poco de agua?

En cuanto comenzó una frase comprometedora, para él, me ahogué con la bebida que acababa de serme servida. ¿Cara de qué, iba a decirle? Intenté con todo mi corazón no escupir el agua y romperme de la risa en su cara. Puse la servilleta frente a mi boca para ocultar mi sonrisa.

──Sí, gracias ──dijo Beau sin poder creerlo. Su ídolo le está sirviendo agua, que cosas.

──¿Cómo les está yendo en la velada? ──preguntó Charles relajado, con una sonrisa divertida.

──Muy bien ──respondió mi compañero.

El piloto ni siquiera le regaló un vistazo, parecía que sus ojos estaban encadenados a mi figura.

──¿Y usted qué piensa, señorita? ──indagó mirándome con suma atención. Se notaba que quería saber si yo era capaz de entretenerme con alguien que no sea él.

Por supuesto que lo iba a hacer enojar.

──Me está encantando, estoy muy bien acompañada... ──le sonreí de oreja a oreja al anfitrión y él me la devolvió a gusto.

En la cara de Char se reflejó un severo enojo mezclado con celos. También, fascinándome y haciéndolo lucir sexy, su cabello se encontraba levemente desordenado.

──¿Eres Charles Leclerc, no? ──Beau dio su duda a conocer. No lo juzgaba, en la situación en la que nos encontramos yo también lo hubiera dudado.

──Él mismo ──respondió con desagrado en sus facciones.

──¿Podemos tomarnos una foto? ──siguió, pero a Charles no pareció gustarle su pedido──. O sólo un autógrafo, lo que sea.

──Claro...

Comprendí perfectamente la emoción de Charles, pues, a pesar de estar sonriendo, sus preciosos hoyuelos no podían apreciarse.

──Dame tu celular, Bo, yo tomaré la foto ──pedí al mismo tiempo que extendía mi mano en su dirección para tomar su celular. Charles se paró al lado del tío de Rachele sin ningún tipo de gesto agradable en su rostro, y, sin embargo, Beau no dejaba de demostrar su contento ante la situación.

Tu sei Saetta McQueen? | Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora