La Liberación de la Mafiosa

CAPITULO 35

Freen:

Observo el reloj en mi muñeca y vuelvo la mirada a las mujeres que siguen bailando en la pista, Becky está irreconocible, suelta, alegre, su sonrisa es tan brillante que ilumina todo el maldito lugar.

—Creo que nos vieron. —Habla Alex que me codea y levanto la mirada a las mujeres que nos observan desde su sitio.

Mi hermana levanta la palma de su mano y saluda moviendo sus dedos, sin borrar la sonrisa orgullosa de sus labios, mi mirada viaja a Becky que parece demasiado ebria como para notar a otra persona que no sea mi hermana y entrecierro los ojos cuando veo a Aurora que nos da un guiño y toma la mano de Becky, llevándola a la pista de baile. La recorro con la mirada cuando la veo mover sus caderas y pasar sus manos por su cuerpo mientras de fondo sigue sonando música latina, que no hace más que incentivar a la mujer de cabello castaño que me hipnotiza cuando sus manos recorren su cuerpo al ritmo de la música. Trago el nudo en mi garganta cuando levanta la mirada al cielo y el cabello lo levanta a un lado, pasando las manos por su cuerpo.

Mi hermana la sujeta cuando voltea y casi se cae, en tanto bebe del pico de la botella en su mano. Decido que ya ha sido suficiente y que es hora de volver a casa, antes de que termine con un coma etílico. Becky no está acostumbrada a beber y probablemente mañana se levantará con una resaca del demonio, por toda la mezcla de tragos que hizo.

Palmeo el hombro del hombre a mi lado, que babea mirando a su esposa, que le baila mientras se manosea con descaro provocándolo, como si le importara una mierda, que la haya encontrado en un club nocturno bailando y no en su cama bebiendo la porquería que toma a diario. Sonrió y niego con la cabeza agradeciendo para mis adentros a dios, el que Becky no sea tan salvaje como mi hermana.

Bajo las escaleras pasando en medio de la gente y me acerco a las mujeres que siguen bailando, Becky esta de espaldas y sonrió cuando mis ojos viajan a su trasero que se menea de un lado para el otro haciendo que ladee mi cabeza para mirarla, cuando se menea hacia abajo con el ritmo de la canción que la tiene descontrolada. Y concuerdo con la letra de la canción.. tiene un cuerpo brutal, que definitivamente toda persona querría tocar, pero no lo harán menos que quieran perder una mano, porque ella me pertenece a mi y a nadie más que a mi. Aurora es la primera en notarme y la ignoro cuando me sonríe con inocencia, mientras me acerco y pego mi pecho contra la espalda de la chica que por un momento se queda quieta hasta que deslizo la palma de mi mano por su cintura hacia su abdomen y me acerco a su oído.

—¿Te diviertes pequeño sol travieso?—Susurro contra su oído respirando el fresco aroma de su cabello, mezclado con el dulce aroma de su sudor que le recorre el cuello.

Se mantiene quieta, pero la siento suspirar cuando mi mano se desliza por su cintura y la otra sujeta su cuello tirando su cabeza para atrás recostándola sobre mi pecho, mientras sigue moviendo las caderas, con su trasero pegado al bulto que se forma en mis pantalones cuando su cuerpo se recuesta al mío sin dejar de moverse. La giro aun sujetándola por el cuello y ella ríe mientras me mira con sus ojos brillosos, por el alcohol.

—Mi Princesa oscura... —Balbucea arrastrando las palabras y frunzo el ceño divertido cuando la escucho, mientras afirmó mis dedos que rodean su garganta antes de acercarla a mis labios y besarla. Ella corresponde rodeando mis hombros con sus brazos y gruño contra sus labios cuando siento el deseo y las ganas con las que toma el control de mis labios sobre los suyos. Me aparto de su boca y ella jadea en busca de aire antes de sonreírme, su puta sonrisa es una descarga eléctrica en el rostro que recorre mi pecho hasta mi abdomen deslizándose a mi entrepierna con la loca necesidad de estar dentro de ella. Sin pensarlo más la levanto sobre mi hombro y ella Chilla mientras comienza a reír a carcajadas cuando me giro en dirección a la salida, con ella a cuestas como un costal de patatas.