CAPITULO 72

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Cassiano Chankimha:

Coloco el cargador, amartillo mi Beretta ARX-160, y suelto un sonoro suspiro al ver el desastre a mi alrededor, antes de salir del la camioneta seguido por los niños que me acompañan. Heng se para a mi lado inmediatamente, mientras que Iván y Logan se dirigen a la otra camioneta con algunos de los hombres que nos cubren. Levanto la cabeza y enfoco la mirada en el desastre que es la ciudad. El área portuaria está en llamas al igual que el puente a medio construir, las sirenas de las patrullas, bomberos y ambulancias suenan por todos lados y toda la atención está puesta sobre el caos desatado sobre el puente.

Cuando desperté esta mañana y el noticiero empezó a relatar sobre el misil que acabo con toda un centro hotelero en obras y dos embarcaciones billonarias en el muelle del Hudson, algo me dijo que Freen estaba involucrada detrás de eso, y cuando Mikhael Ivanov el Pakhan de la Bratva, no dejaba de insistir llamando toda la puta mañana, tomo por sorpresa. Pero no tanto como escuchar de su propia boca, que mi hija había pactado con el "una tregua" en nombre de la organización, a cambio de que le abasteciera de casi veinte misiles.

Freenes impulsiva y nunca ha sido una chica normal, lo sé. ¡Pero es mi hija! Y aunque ha sido difícil asimilar su condición y por mucho tiempo se me hizo duro aceptar el echo de que tenía problemas... me jode que no haya confiado en mi. No voy a negar que fue una patada en las bolas, el darme cuenta que mi propio hija, prefirió acudir a la maldita Bratva antes que a mi que soy su jodido padre. Si me hubiera dicho lo que pasaba con Becky, por supuesto que la habría apoyado para sacudir la maldita ciudad si era necesario para que recuperará a su mujer. Nadie conoce mejor que yo, el sentimiento desgarrador de que te arrebaten lo que más amas, mientras la incertidumbre te consume al no saber en qué estado se encuentra la persona que amas.

En el pasado mi hija y yo, hemos tenido varios desacuerdos. Como cuando a sus quince años, discutió con un oficial de tránsito y termino robándole la patrulla, que incendio y luego aventó por un barranco. Aún recuerdo haberla castigado una jodida semana entera por eso. O el día que hizo estallar el puto auto de medio millón de Oscar Sullivan, el difunto hijo de Liam Sullivan, la cabeza de la mafia Irlandesa. Y ni mencionar los acontecimientos ocurridos seis años atrás cuando empezó a buscar a Becky. Aún sigo limpiando la mierda de esa vez. Pero al ver esta mañana la habitación que destrozo, no necesito ser un puto genio para entender que es lo que estaba pasando y lo confirme una vez me puse en contacto con Iván y me dijo que Carlos Sandoval tenia a Becky.

Pateo la puerta frente a mí y los hombres que me siguen entran levantando sus armas junto conmigo, pero nos detenemos al ver al sujeto muerto en el suelo con el cuello desgarrado y la sangre brotando de su garganta, al igual que otros dos más cerca de las escaleras. Heng me da una mirada rápida y asiento señalando las escaleras hacia donde puedo distinguir que se fueron las marcas de pisadas con sangre. Subimos lento, con las armas en la manos, el lugar es un desastre y hay sangre y cadáveres por todos lados. No parece haber nadie cerca, al menos no de pie, pero no puedo darme el lujo de soltar mi arma, ni un solo instante. No hasta encontrar a Freen. Y por el bien de estos bastardos espero que mi hija esté bien.

—Tío.—Me volteo hacia Iván cuando me llama y señala las luces parpadeantes del ascensor en movimiento.

Atravieso el viejo pasillo, ignorando la pared derrumbada y los restos de dos cuerpos calcinados en el suelo. Afirmó mi arma y cuando el ascensor se detiene, la destartalada puerta se abre, y la persona dentro abre muy grande los ojos, palideciendo cuando le entierro el cañón del arma entre ceja y ceja. Sus palmas se levantan y la mirada que me da confirma que sabe quien soy y porque estoy aquí.

—¡Mi hija y su mujer! —Exijo en un gruñido empujando el metal contra su frente.

Pasa saliva y alza el mentón en un intento idiota de desafiarme.

La Liberación de la MafiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora