CAPITULO6

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⚠️Aviso de contenido violento.⚠️

Becky:

El aroma mentolado se cuela por mi nariz, y disfruto de la calidez de mi cuerpo apoyado sobre una superficie suave, y me acurrucó más, disfrutando de la sensación. El aliento cálido de una persona acaricia mi nariz y abro los ojos con lentitud, tratando de enfocar la vista. Levanto la cabeza y recorro lentamente la habitación con la mirada, el lugar es oscuro, las paredes son de un color gris opaco, el piso está cubierto por una moqueta de color rojo, que me recuerda al color de la sangre y la luz de la luna se cuela en medio de los enormes ventanales cubiertos por las pesadas cortinas negras, que se separan en medio.

Desvió la mirada a la Mujer que descansa a mi lado... Largas y espesas pestañas negras, cubren sus ojos, sus labios son carnosos y su cálido aliento calienta mi rostro, su nariz es perfecta y me tomo el tiempo de recorrer su rostro con detenimiento, su cabello cae a un lado y mis manos pican ante la necesidad de pasar mis dedos por ella.
Un suspiro se escapa de sus labios mientras que su pecho sube y baja con cada respiración.

Bajo la mirada a su pecho cubierto por la tela negra de la playera, la tinta de un tatuaje sobresale del costado, encima de su hombro hasta un lado de su cuello, no estoy segura, pero parece una especie de Infinito con Tulipanes, vuelvo a mirar su rostro. Llevo mi mano lento hacia su cabello y corro un mechón con cuidado hacia un lado, ella deja escapar una exhalación y vuelvo a mirar sus ojos, asegurándome de que aún este dormida, cuando el impulso de sentir la textura de sus labios me agobia. Paso saliva y con nerviosismo me animo a deslizar dos de mis dedos, acariciando sus labios. Sonrió ante la sensación aterciopelada en ellos y luego acaricio los míos como si con esa acción pudiese, descifrar como se sentirían sobre los míos.

Recorro su cuello y sus brazos con la mirada, pero me detengo cuando algo brillante sobresale de la tela de su playera, frunzo el ceño y acerco mi mano con curiosidad, hacia el objeto que llama mi atención, pero me paralizó cuando en un movimiento rápido ella envuelve su mano en mi muñeca, deteniéndome antes de que llegue a tocarlo. Trago grueso y me animo a levantar la mirada, encontrándome con sus ojos fijos en los míos, observándome. Por un momento nos mantenemos la mirada, pero ella parece... perdida. Me observa, pero es como si no me viera. Y temo que este molesta. Quizás me excedí, no debí entrar aquí sin permiso y aún peor perturbarla en su sueño.

—Lo... siento. —Susurro apenada.

Ella parpadea, como si mi voz acabara de liberarla de un trance, antes de enfocar la mirada en mí. Su ceño se junta y una expresión preocupada se extiende por todo su rostro, mientras la observo con curiosidad. Ella baja la mirada a su agarre sobre mi muñeca y me suelta de pronto, sentándose en la cama de golpe.

—Becky... —susurra.—¿Te hice daño?—Pregunta de pronto, mirándome con preocupación. «¿Daño...?»

No entiendo a qué se refiere, pero aun así niego con la cabeza.
Ella suelta un suspiro de alivio antes de recostar la espalda en el respaldar de la cama. La miro por un momento y ladeo mi cabeza con curiosidad. Ninguna de las dos se mueve y vuelvo a mirar su cuello, pero desvió la mirada a su rostro cuando ella habla atrayendo mi atención.

—Siento haberte asustado, no estoy acostumbrada a compartir mi cama.—Dice y siento el calor que se extiende mis mejillas.

Sonrió y aparto la mirada, nerviosa, pero ella toma mi mentón con sus dedos girando mi rostro para que la mire nuevamente.

—No me prives de tu sonrisa, es preciosa.

Sus palabras no ayudan con mis nervios y siento el rubor surgiendo por mis mejillas y esta vez es ella quien sonríe.

La Liberación de la MafiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora