Cassie
La mesa estaba perfecta. Tenía los cubiertos bien posicionados junto a los cuatro platos, las copas estaban lo suficientemente lustradas, el mantel sin pliegues, y todo mi departamento perfectamente limpio para las esperadas visitas. Lo admito, estaba muy nerviosa por esta cena, mamá y papá pusieron sus expectativas muy altas en mi próxima pareja después de enterarse de toda la mierda que hizo Scott, empezando por ser la razón de que vaya a terapia, que admito fue lo único positivo que salió de todo eso: los sabios consejos de la doctora Martinez.
Para mi suerte las dosis diarias de medicamentos para la ansiedad y la depresión hacían el efecto deseado en mí. ¿Pero y si ingería una dosis más de la ya ingerida en el día? creo que harían el doble de bien a mi cabeza.
En mi defensa en serio estaba muy deseosa de escuchar a mis padres decirme solo halagos sobre Charles al final de la noche, porque a fin de cuentas él es mi chico, y nunca nadie me hará sentir mejor que él ni me importará tanto como él. Ya desde pequeña las opiniones de mis padres tenían peso en mi vida, por eso me esforzaba en todo lo que hacía, mi promedio académico, mis hobbies, mi aspecto. Siempre quise ser perfecta ante sus ojos. Ahora solo quería que mi segunda pareja en la vida también fuera perfecta para ellos.
Me aproximo al baño de mi habitación para buscar el empaquetado de mis medicamentos e ingerir una dosis más. Aprovecho a retocar mi maquillaje, por quinta vez en la noche, y a peinar más mi cabello negro azabache suelto. Suena el timbre cuando siento el efecto en mi cabeza de la pastilla recién ingerida. Acomodo mi vestido rojo antes de abrir.
− ¡Charles!− grito emocionada antes de abrazarlo y besarlo− te ves increíble, pero déjame acomodarte esa corbata.
Basta Cassie, no es un maniquí.
− Hola para ti también, te ves hermosa como cada vez que te veo− murmura mientras le estiro su corbata azul francia y entonces me besa en la mejilla provocándome una sonrisa. Su voz sonaba más gruesa de lo habitual− guau, todo se ve genial, huele a.. ¿cocinaste pavo?
− Así es, le pedí la receta a...
− ¿Tu abuela muerta?− me interrumpe, me sorprendo por lo inapropiado de su comentario. Empezamos bien.
− A Mackenzie, Charles...
Veo como se aproxima a una de las sillas de la mesa mientras se refriega los ojos. Finjo que eso no pasó y saco el pavo del horno, y justo a tiempo ya que volvió a sonar el timbre de la puerta principal, me aproximo con una sonrisa de "no tuve una inocente sobredosis hace cinco minutos" hacia la misma y casi se me cae la boca hasta el suelo al ver nada menos que a mi hermano Jeremy frente a mi.
−¡¿ Estoy soñando?!− grito sin borrar mi sonrisa y considerando que quizás esto sea una visión provocada por los nervios.
− ¿Oye que?...− oigo que pregunta Charles desde la mesa.
− ¡Estoy seguro que soy real, salúdame demonios!− grita Jer, me abalanzo sobre él en un fuerte abrazo de oso− Como te he extrañado Cass...
− ¿Cass?− pregunta Charles justo detrás de mí− ¿y tu eres?...
− Creo que yo tendría que preguntar eso− agrega mi hermano rápidamente a la vez que toma a Manchas en sus brazos y mira a mi chico directo a los ojos− ¿Quién es este sujeto que está drogado en tu departamento?
− ¿Di...di...dijiste drogado?− tartamudeo mirando a Charles boquiabierta percatándome de lo rojo de sus ojos. Charles solo tapa su rostro con sus manos.
Antes de que le pida a Charles que me confirme que eso no es verdad, lo cual es imposible si mi hermano acaba de notarlo, oigo gritos de alegría provenientes del pasillo del piso:
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Volver a amar
Любовные романыUna pérdida de embarazo acompañada de una ruptura llevan a Cassie a una profunda depresión y falta de amor propio sin salida. O al menos eso pensaba hasta que poco a poco y sin darse cuenta la amabilidad, dulzura y sentido del humor de Charles en l...