Cassie
Ya era lunes, solo faltaban cinco días para la gala de la empresa de este sábado. Quede con Juliette y Isabel para ir al centro comercial más cercano y así comprarnos nuestros vestidos, no paso por alto que ambas iban de la mano en el trayecto.
– Esta tienda se ve prometedora...– dice Isa deteniéndose en el primer lugar que nos encontramos– vamos a ello.
Una vez dentro nos sorprendemos de lo enorme y lujosa que era la tienda llamada "Rose". Una vendedora cercana que se encontraba desocupada se acerca a nosotras.
– Buon pomeriggio señoritas– nos dice la mujer, y veo de reojo como Juliette ahoga una risa– ¿que puedo ofrecerles?
– Buenas tardes, buscamos vestidos de gala– le respondo.
– Por aquí ragazze...– dice antes de caminar con un gesto con su mano para que la sigamos.
– Que nos hable en italiano deja a la vista lo caro que deben ser los vestidos aquí– susurra entre risas Jul.
– Silencio– decimos al unísono con Isabel.
La mujer nos lleva hasta el fondo de la tienda, habían muchos probadores y sofás blancos en medio del espacio. Ella nos indica que nos fijemos en los extremos ya que allí estaban los vestidos, le agradecemos antes de empezar a compartir opiniones entre nosotras.
– ¿Vestido largo o corto?– pregunto curiosa.
– ¡Que pregunta es esa! Con esas piernas corto obviamente– dice Juliette señalándolas, ruedo mis ojos con una sonrisa agradecida– yo por mi parte iré por la opción de vestido largo, tengo las piernas muy pálidas últimamente...
– Yo iré por el corto, odio mis piernas pero más odiaría pasar calor– agrega Isa antes de empezar a ver los vestidos exhibidos.
Tomo tres opciones y me aproximo al probador, quedamos que sería la primera en mostrarle a las dos restantes las opciones para que me den su opinión. Opto por probarme primero el rojo suave de satén con un hombro de agarre y una tela colgante larga sobre una pierna.
– Es lindo, pero esa tela colgando no me convence...– opina Isabel.
– Pero el color te favorece...
– Okey, el otro– digo poco convencida.
Esta vez opto por uno azul oscuro brilloso con agarre a la altura de mis hombros y suelto debajo de la cintura. Salgo del probador y sonrío al ver que se estaban besando y se separan apresuradamente al notar mi presencia.
– Vaya, que lindo está...
– Pero no me convence que sea suelto desde la cintura.
Ruedo mis ojos y tomo la tercera opción, algo resignada y esperando otra crítica por parte de mis amigas. Se trataba de un vestido negro de satén con escote en V ajustado al cuerpo y con un lado de la cadera fruncido. Al salir del probador hasta la mujer que nos había atendido ahogó un grito de asombro.
– ¡Guau! Mírate, pareces una diosa querida amiga. Es perfecto– dice Isabel con su mano sobre sus labios a causa de la sorpresa.
– Definitivamente ese es tu vestido, parece diseñado a medida para ti. Charles estará muy cachondo el sábado...
Charles...
Desde el sábado del fin de semana pasado lo había notado extraño conmigo, incluso por unos simples textos... término de reafirmar mi teoría de que algo le pasaba ayer por la tarde cuando nos vimos para ir a pasear por la playa. Hablaba lo justo y necesario, me beso con la misma pasión que siempre... pero lo sentía desanimado, y no pase por alto que parecía haber olvidado que Carl había tenido fiebre cuando le toco el tema. Incertidumbre era la único que estaba sintiendo estos días... pero para mi suerte esta salida parecía ser una buena distracción hasta que Juliette lo menciona hace segundos.
– ¿Señorita?– me pregunta la empleada haciéndome reaccionar de mis pensamientos.
– ¿Eh? Ah si, me llevaré este.
Luego de casi media hora después todas nos encontrábamos felices por nuestras elecciones y con nuestros vestidos embolsados. Caminamos hasta encontrar una tienda que venda accesorios para usar con los vestidos, y todas escogimos collares y pendientes a juego.
Una vez que nos decidimos a salir del centro comercial, me llevo una gran sorpresa al ver a unos metros de nosotras a Walt sentado junto a una fuente con un sujeto que me pareció muy familiar... ¿ese es el que ayudó a Charles con Scott?
– Mejor vayamos por aquí– les susurro a ambas para que nos giremos y nos dirijamos en la dirección opuesta a esos dos.
–¡ Chicas! – oigo que gritan a mis espaldas.
– ¿Ese fue Walt?– pregunta Juliette.
– No te...– le advierto, pero ya era tarde ya que se había volteado hacia nuestro compañero– voltees...
– ¿Como están?... veo que de compras.
Decido dirigir mi mirada hacia otra dirección al notar que el tal Elliot no me quitaba los ojos de encima.
– Compras para la gala del sábado– responde Isabel en un tono desinteresado.
– Nosotras ya nos íbamos– anuncio tomando a mis amigas de las manos dispuesta a voltear con una sonrisa lo más forzada posible.
– ¿No piensas presentarme a estas preciosas damas?– pregunta Elliot para que no nos vayamos.
– ¡Ah, si! Este es Elliot, un amigo.
– ¿Amigo?– me apresuro a preguntar incrédula, Walt asiente y Elliot sonríe.
¿Como una persona que hace más de una semana me advierte que tenga cuidado con mi novio y su supuesta adiccion ahora dice ser el amigo de un traficante?
– Un placer, Elliot– dice Juliette antes de estrechar su mano, al igual que Isabel, por mi parte decido quedarme donde estoy sin moverme– ¿también eres amigo de Edward y Charles?
– Así es.
– Eras el amigo de Charles– corrijo a Elliot, quien me mira con una sonrisa de lado.
– Pregúntale por mi, te aseguro que te dirá que sigo siendo su amigo... es más este sábado pasado lo he visto, y parecía ocupado...
– Si, trabajó en su taller el sábado– digo con una ceja alzada– como dije, ya nos íbamos.
Le lanzo una mirada asqueada a Walt y a Elliot antes de voltear con mis amigas en la dirección contraria.
– Fue un placer, Cassie Evans– oigo que dice el jodido traficante de drogas a mis espaldas. Aprieto mi agarre en mis amigas y abro mis ojos como platos.
– ¿Como sabe tu nombre?– susurra curiosa Juliette a mi lado.
Por que es un jodido traficante y me habrá investigado por alguna extraña razón.
– No lo sé... pero manténgase alejadas de él, ¿si?
¿Por que habrá hablado así de Charles? Que tal si... ¿y si el sábado pasado lo vio en el taller y volvió a comprarle esa mierda? Mi pecho comenzó a subir y bajar más rápidamente.
– Oye Cass, ¿estás bien?– pregunta Juliette deteniéndose en seco al verme.
No, Charles no lo haría, hicimos un trato... no creo que sea tan insensible como para volver a esa mierda después de ver lo mal que me puse al enterarme de ello. Mi respiración vuelve a normalizarse. Confío en Charles. Siempre confiaré en Charles.
– Si, estoy bien. Vámonos.
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Volver a amar
RomanceUna pérdida de embarazo acompañada de una ruptura llevan a Cassie a una profunda depresión y falta de amor propio sin salida. O al menos eso pensaba hasta que poco a poco y sin darse cuenta la amabilidad, dulzura y sentido del humor de Charles en l...