Prologo

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No. No puede ser verdad. Debo estar soñando, una muy horrible pesadilla... pero a pesar de pellizcarme nada ocurre, sigo aquí sentada frente a mi médica y ella sigue con la misma expresión de seriedad y tristeza a igual medida. Mi corazón se detiene y dejo de respirar.

−Lo lamento mucho Cassie, odio tener que darle esta horrible noticia.

−Tiene...tiene que haber un error− susurro observando a la ginecóloga a quien comienzo a ver con los ojos húmedos− tengo veinticinco... esto no puede ser normal para...para alguien de mi edad.

La señora Darcy baja la cabeza y da un largo suspiro mientras coloca su mano encima de la mía para acariciarla. Y de repente mi corazón reacciona latiendo demasiado rápido y se me comienza a dificultar respirar. La médica lo nota y se pone de pie.

−Tranquila querida, respira hondo... inhala y exhala...inhala y...

Pero no podía oírla, solo sus anteriores palabras eran las que resonaban en mi cabeza a gran volumen imposibles de escapar "No hay forma fácil de decirlo, pero tuviste una pérdida grave que afecto al bebé, y llevo a que lo perdieras". Cada segundo que pasaba era peor que el anterior, el dolor y la culpa conmigo misma era más intenso en mi pecho. Soy la única culpable de romper con la ilusión que tanto yo como mi pareja Scott teníamos de formar una familia. Yo y solo yo tengo la culpa.

−¡¿Como voy a decírselo?!− comencé a gritar entrecortadamente.

Mi ginecóloga seguía diciéndome cosas que no lograba oír. Pensar en la escena futura en la que tendría que contárselo a mi pareja solo lograba empeorar la situación. Solo sentía dolor. Ganas de cambiar mi maldito cuerpo y de no existir. Fue una inyección la que hizo que volviera a la realidad.

−Recuéstate un poco, esto te calmará−murmuraba la médica mientras me conducía a la camilla cercana. Entonces quedo dormida.


−Cariño...Cassie.

Abro los ojos y veo a mis padres. Había olvidado que había ocurrido, pero cuando veo a la señora Darcy y puedo recordarlo, las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas.

−Mamá...papá yo...

−Tranquila cariño, ya nos lo conto la médica...lo sentimos muchísimo− dice mi padre apretando mi mano, mamá solo lloraba mientras me abrazaba− pueden ocurrir estas cosas pero quiero que sepas que no tienes la culpa de nada tu...

−Basta papá... ¡sabes tan bien como yo que soy la única culpable!

−¡Cassie fue un problema que esta fuera de tu alcance, solo sucedió!

Me limpio las lágrimas y me incorporo respirando hondo. Intento autoconvencerme que todo va a estar bien, que esto esta fuera de mi alcance tal como mi papá dijo. Pero no lo logro. Este peso va a estar en mí ahora y eternamente.

−Solo quiero ir a casa. Debo intentar hablar con Scott.

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Esta historia habla de la auto superación. Nada  está perdido si hay amor en la vida.

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