Epilogo

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Cinco años después

El Sol pegaba en mi piel ligeramente bronceada, era sábado por la tarde y nos dirigíamos con Charles y las niñas hacia nuestra pastelería favorita para ir a buscar el pastel de su tercer cumpleaños.

– En serio tenemos que pensar una excusa para Carl...– protesta mi esposo tirándome del brazo.

– Ya tengo suficiente con dos hijas pequeñas que quieren aprender a caminar como para tener un tercer hijo de treinta y uno a quien regañar... Carl vendrá a la fiesta con su novia y no se hablará más del tema, tienes que aceptar que ella es del equipo rival de tus queridos Golden State Warriors– le digo rodando los ojos.

– ¡¿ Por que me castigas con una cuñada así Dios?!– grita agitando sus brazos en dirección al cielo, provocando que Sophia comience a despertarse y llorar en el carro, acto seguido la imita su gemela– Ups.

– Gracias cariño, que despistado resultaste– protesto con la peor de las ganas antes de tomar a Sophie y Charles a Mia– recuerda que debes ir a recoger el obsequio de Carl por su graduación, el otro motivo de la fiesta de esta noche...

– Claro, y espero que una motocicleta sea suficiente para convencerlo de que se busque a otra novia y que le pregunte de qué equipo de basquetbol es primero...– oigo que dice en medio de los gritos de nuestras hijas, lo fulmino con la mirada – ¡quiero decir!, claro preciosa luego iré por el obsequio que seguro le encantará a mi hermano, el ingeniero. El padrino de una de mis hijas debería dejar de usar Uber.

Unos diez minutos después logramos tranquilizarlas y acomodarlas en el carro, que para mi suerte he traído ya que ayuda en casos como este a pesar de los pretextos de Charles de que puede llevarlas en sus brazos ejercitados. Llegamos a la pastelería "Carlo" al poco tiempo, que como siempre estaba llena de personas haciendo fila tras la caja registradora y otras comiendo en las mesas.

– Quédate con ellas, iré a la fila.

– Amo que me des razones para ver tu hermosa figura por detrás– susurra acercándome a mi rostro y acariciando la parte baja de mi espalda, le hago un gesto para que se calle entre risas– ¿que te parece intentar ir por el tercera creación de vida de esta relación? Esta misma noche.

– Eso estará por verse...

Salude a unos cuantos vecinos que se encontraban en el sitio una vez que me coloco en la fila. Decido pasar el tiempo revisando mi móvil, Isabel y Juliette habían mandado unos recientes mensajes a nuestro grupo de WhatsApp.

Tu servidora y madrina de Mia debe ser la primera en llegar, estaré en tu casa a las 20pm Cass

Ya basta Isa, te encanta alardear de haber sigo la escogida para ser madrina.

La vida es injusta amor

Pero la vida devuelve, soy la madre favorita de nuestro hijo

Eso te hace creer para que le des dulces...

Río a carcajadas disimuladamente mientras escribo mi respuesta.

Ok vengan a las 20pm para ayudarme con los preparativos

– Buenas tardes y bienvenida a la pastelería Carlo, ¿en que puedo...? – dice alguien frente a mi.

Al levantar mi mirada casi se me salen los ojos de mis órbitas al ver a Scott, quien acaba de atenderme e interrumpirse seguramente por haberme reconocido. Él parece tener la misma reacción pero intenta disimularla aclarando su garganta. Un escalofrío me recorre la espina dorsal.

– Hola yo... reservé un pastel para hoy– consigo decir con un hilo de voz.

– ¿A nombre de... quien? – pregunta mirando a todas partes menos a mi.

– Ya lo sabes...– afirmo esta vez más segura.

Él se voltea totalmente tenso y va hacia las grandes neveras cercanas. Aprovecho a mirar de reojo a Charles, quien parece igual de impactado que yo mientras mueve el carro con las niñas frente a él para dormirlas, "¿Quieres que vaya yo?" pregunta moviendo sus labios, niego. Amaba sentirme así después de todo lo que pasó, segura frente a Scott... han pasado años desde la última vez que lo vi, crecimos y hicimos nuestras vidas. Pero al verlo trayéndome el pastel de mis hijas con recelo... sonrío al pensar que mi vida resultó totalmente hermosa sin él, que haberme separado de él fue lo mejor y comencé a reírme sola con pensar en lo mal que llegue a sentirme por alguien que resultó ser un empleado resentido de una pastelería.

– Tenga– escupe dejando el pastel en una caja frente a mi con fuerza.

– Gracias Scott, mis gemelas estarán muy felices con lo lindo que quedó su pastel de cumpleaños– le digo aún riendo y haciendo énfasis en la palabra gemelas, lo que provocó que él abra ligeramente sus labios y se ponga pálido, comienzo a sacar mi billetera– ten y conserva el cambio, es tu propina por haberme abandonado, fue lo mejor que me pudo pasar. Adiós.

Oigo un gruñido a mis espaldas y siento todas las miradas y susurros de las personas que estaban en la fila. Me dirijo a mi familia para marcharnos hacia nuestro hogar, sintiendo la fría mirada de Scott.

– ¿Estás bien, Cass?– pregunta Charles junto a mi tomando el pastel.

– Mejor que nunca– digo antes de darle un beso en la mejilla– gracias por preguntar, y... por existir.

– Creía que hace media hora era un despistado...

– Lo eras hasta que recordé como me salvaste de personas como él– le digo señalando dentro. Él sigue mi mirada con atención.

– Acaba de hacerme fuck you ese hijo de... olvídalo, siempre te salvare, eres mi chica.

– Y tu mi chico– susurro agarrándome de su brazo y empujando el carro con la otra mano.

Volver a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora