Capítulo IV. Guardián

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Durante los días en los que Taehyung estuvo encerrado cumpliendo su penitencia Jungkook se dedicó a entrenar y aprender todo sobre la cultura. Su entrenamiento militar no fue complicado, a pesar de ser omega es un hombre fuerte y audaz, sabe tomar decisiones en momentos de crisis y plantear estrategias exitosas, no por nada era el comandante del ejército de su pueblo.

Jin lo entrenó duro, lo hizo luchar con cada uno de sus hombres y su prueba final fue un enfrentamiento cuerpo a cuerpo entre ellos, saliendo victorioso el alfa, aunque no por una gran diferencia, al final ellos son los mejores guerreros por sus afinadas técnicas, algo que Jungkook aprendió rápido.

Las costumbres y tradiciones sanguinarias del pueblo tampoco fueron gran problema para él, estaba decidido a ganarse un lugar en la nobleza y a probar a Taehyung que podría ser un hombre de su plena confianza, constantemente visitó a Namjoon y Hoseok.

También comenzó a pasar mucho tiempo con Jimin y Yoongi, quienes curaban sus heridas después de cada entrenamiento y se encargaban de mostrarle la ciudad, los caminos y el funcionamiento de su sociedad, se convirtieron en sus principales protectores.

Una mañana se encontraba caminando por la orilla del lago con los omegas, iban con rumbo al templo para su lección con Hoseok cuando de pronto Yoongi sintió una punzada en el vientre, tuvieron que detener su andar y cuando la molestia se hizo mayor el guerrero lo cargó para correr hacia el chamán, con Jimin siguiendo sus pasos.

Llegaron al lugar y de inmediato pidieron por Hoseok.

El mencionado salió para atenderlos y comenzó a revisar a Yoongi, inspeccionó su cuerpo entero y cuando reparó en el olor del omega supo lo que pasaba, sus ojos se llenaron de lágrimas y su corazón latió de alegría, Yoongi estaba en cinta.

Los tres omegas salieron directo al palacio, ahora sin correr y con cautela porque, a pesar de que Hobi les mencionó que no tendría ningún problema durante la gestación, no podía arriesgarse después de pasar años esperando la bendición de los dioses.

Llegaron donde el patio de entrenamiento militar y con desespero buscaron a Seokjin, encontrándolo en el fondo mientras estudiaba sus estrategias de invasión.

Yoongi lo abrazó por la cintura y comenzó a dejar besos en su cuello, el lobo del alfa pudo percibir algo extraño en su esposo, se dio la vuelta y lo tomó del rostro, también notó un ligero cambio en su aroma, era más dulce.

Sonrió al sentir las feromonas que soltaba su esposo y depositó un beso en su nariz.

Yoongi lo miró con lágrimas inundando sus ojos y suspiró para calmarse y poder hablar, los otros dos omegas observaban la escena con felicidad.

-Alfa, los dioses nos han concedido la bendición por la que tanto hemos suplicado.

Jin se quedó pasmado al escucharlo, no podía creer lo que le decía su omega.

-Alfa tonto, reacciona- y ya era su lobo quien había tomado el control en ese momento por la gran felicidad que sentía al saber que llevaría en su vientre el cachorro que tanto había anhelado -Los dioses nos han bendecido con un cachorro, guardo en mi cuerpo el fruto de nuestro amor y nuestras plegarias, tu heredero.

Jin reaccionó y comenzó a llorar también, su corazón lantía con rapidez, podía sentirlo golpear sus costillas y en su estómago se formó un nudo de emociones que no sabía cómo desenmarañar en ese momento.

Miró los ojos miel de su omega y su lobo también se hizo presente, sus irises se tornaron dorados y quiso aullar por la incontrolable emoción que no cabía en su pecho, lo besó suavemente y colocó con cuidado sus manos acunando su vientre.

Flor de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora