Capítulo XXI. Vida

76 7 5
                                    

El Tlatoani está sereno, sentado en el lugar que solo él puede ocupar, escuchando atento las palabras de Soobin, que se encuentra frente a él dándole el informe mensual de la misión para encontrar a Jeong Yeon. Al lado de Soobin está Seokjin que también se mantiene quieto escuchando al omega.

Después de cuatro años no han obtenido respuestas, han realizado minuciosas búsquedas a lo largo de la tierra, en el bosque, las montañas, incluso han llegado a las playas y territorios de otras naciones en el norte y en el sur, pero no hay señales del paradero de Jeong Yeon.

-Entonces... los esfuerzos de todos estos años han sido en vano.

-Por lo menos sabemos que no ha ido tan lejos, estamos seguros de que se mantiene cerca y vigilando, esperando una oportunidad.

-Pues vaya que es consistente, tantos años esperando por un momento para atacar, no ha perdido la convicción.

-Y por lo tanto nosotros tenemos que seguir atentos, ahora con las niñas merodeando por ahí no podemos bajar la guardia.

-Es por eso que te insistimos que no seas tan condescendiente con ellas en ese tema.

-Tampoco podemos encerrarlas el palacio, son niñas y necesitan salir, conocer su tierra.

-Seokjin tiene razón Tlatoani, no podemos ser tan permisivos. En mi ciudad hemos implementado medidas más estrictas, claro que causan incomodidad a las personas, pero entienden que es por su seguridad.

-En cuanto a eso, Soobin, ¿qué mas sabes sobre los rumores entre la gente?

-Fue una de las pistas que nos llevaron a buscarla en aquella montaña, pero no encontramos nada más que los vestigios de un campamento.

-Eso quiere decir que sí estuvo ahí.

-Si, pero no sabemos hacia donde se dirigió, no hubo camino que seguir.

-Bien, de igual forma mantengámonos atentos, puede ser que también se trate de alguien más, es muy extraño que no haya aparecido en tanto tiempo.

-Lo sabemos, pero no te preocupes, no bajaremos la guardia y te mantendremos al tanto de todo.

-Nosotros haremos lo mismo.

Soobin se levantó e hizo una reverencia- pues eso es todo, Tlatoani, iré a mi habitación para partir mañana temprano de regreso.

-Soobin, acompáñanos a cenar el día de hoy por favor, hace mucho tiempo que no tenemos una cena informal fuera de nuestras obligaciones, por los viejos tiempos.

El mencionado sonrió y reverenció de nuevo.

-Es un placer, muchas gracias.

-Bien, hasta la noche.

Salió del lugar dejando a los hermanos solos.

-Tae, ¿qué haremos?

-No lo sé Seokjin, se perfectamente que tendremos que limitar a las personas, no dejarlas salir de la ciudad, pero no quiero someterlos a una situación tan prohibitiva.

-Lo sé pero...

-Si después de tantos años no ha aparecido es por una razón, y me temo que quizá tendremos que tomar otras medidas, unas más peligrosas.

-¿A qué te refieres?

-Si ella no se atreve a venir, a nosotros tenemos que obligarla.

-¿Cómo?

-No lo sé, pero necesitaremos la ayuda de nuestra madre.

Seokjin se quedó callado, intentando encontrar alguna respuesta, hasta que comprendió que Jisoo sabe mucho más de lo que les ha contado.

Flor de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora