Capítulo XXIV. Victoria

63 6 7
                                    

Al ver el charco de líquido en el suelo todos empezaron a entrar en pánico, vaya que era un muy, muy mal momento para que los cachorros quisieran salir al mundo. Taehyung comenzó a llorar sin saber que hacer, Yoongi y Jimin tomaron a Jungkook para recostarlo, porque las contracciones comenzaron a ser muy fuertes, aunque aún había tiempo porque había mucho tiempo entre una y otra.

Un mensajero entró corriendo al lugar, quedándose perplejo por la escena, se acercó a Hoseok y le informó de la situación en la ciudad. Soobin con el cuerpo moribundo de Jeong Yeon en el templo, la gente angustiada al escuchar los gritos de los guardianes, y los guerreros enfrentándose sin mucho éxito a los invasores que parecían bestias montadas en seres que jamás habían visto.

Hoseok tomó del rostro a Taehyung, lo golpeó un poco en las mejillas y mirándolo con sus brillantes rubíes le indicó que era momento. -Taehyung, debemos irnos, tu familia estará bien, pero si quieres protegerlos debes cumplir tu deber.

Taehyung volteó su vista, sus profundos ojos jade observaron con tristeza y miedo al omega que se retorcía en el suelo llorando y clamando por su alfa, intentó tranquilizarlo mediante su lazo y conectaron sus miradas, los cristalinos diamantes blancos lo detallaron por unos segundos, alzó su brazo en busca de consuelo, pero el alfa cortó la conexión de sus lobos.

"Te amo" susurró para que pudiera leer sus labios, tomó a las niñas entre sus brazos y corrió fuera del lugar acompañado de Hoseok, con rumbo al templo de Huitzilopochtli.

-Ustedes quédense aquí con él, ayúdenlo, madre, tú y Namjoon podrán defenderlos en caso de que algo pase, Hoseok ayudará a Taehyung en su deber y yo iré con los guerreros a enfrentar a los invasores.

-Jin, no, por favor- Yoongi alcanzó a tomarlo del brazo y jalarlo consigo, por favor, no podría soportar perderte, por favor, trae a las niñas y quédate aquí.

Seokjin lo abrazó por la cintura, juntó sus frentes y dejó un rápido beso en sus labios -te amo Yoongi- fue lo último que dijo antes de salir corriendo también por la entrada principal para unirse a sus hombres y pelear para proteger a su familia y a su nación.

Los omegas se posicionaron a cada lado de Jungkook, sosteniéndolo por la parte interna de sus brazos, lo colocaron en cuclillas y Namjoon se arrodilló enfrente de él para ayudarlo a sacar a los bebés.

Jisoo estaba detrás, sosteniendo paños con agua helada, paños secos para limpiar su sudor, y mantas de su nido para ayudar a tranquilizarlo con el olor de Taehyung.

Taehyung corría desesperado y con una gran fuerza de voluntad, quería al menos estar en ese momento con su omega, ayudarlo, calmarlo, darle fuerza y poder ver nacer a sus cachorros, pero no le dieron la oportunidad.

Su impotencia lo obligó a forzar sus músculos y pronto llegó al templo, dejó a las niñas en el suelo al cuidado de Hoseok y miró a Soobin y el cuerpo a sus pies.

-Corre a ayudar a los guerreros, pelea junto a mi hermano y protege a nuestra gente.

Soobin hizo una rápida reverencia y se dio la vuelta para caminar.

-Y Soobin, no contengan sus instintos, elimínenlos a todos.

Asintió y pronto dejó que su imponente lobo capuchino apareciera, corrió tan rápido como sus patas se lo permitieron, y al llegar al cerco que los guardias mantenían encontró un gran río de sangre y cuerpos desmembrados, pero la imagen más aterradora fue la de aquellos hombres que brillaban con el sol.

Para su fortuna, pudo deducir rápido que ellos han domado a sus lobos y ahora no pueden permitirles aparecer, por lo que tendrán como ventaja la fuerza que los dioses les han dado, su naturaleza y el equilibrio entre su parte animal y humana.

Flor de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora