Capítulo XXII. Decisiones

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Los meses pasaron en tranquilidad pero siempre con los sentidos alerta por cualquier situación que se pudiera presentar. Esperaban que Jeon Yeon apareciera para atacar, pero con el paso de las semanas se convencieron de que, quizá, no sucedería.

Todos se relajaron con los días, Jungkook y Taehyung disfrutaban de su embarazo, Jisoo y Hoseok seguían con sus tareas y los padres de Sua y Yuqi se encargaban de continuar con su preparación.

8 meses después de que se enteraron del embarazo la vida sigue en paz, los cachorros están por nacer. Todo el mundo se prepara para recibirlos con amor y alegría, pues se espera que lleguen al mundo terrenal con el inicio de la estación invernal. La familia real se prepara también para la ceremonia del solsticio de invierno.

Taehyung se embarcó en un viaje por todos los pueblos a su cargo para recoger tributos y recolectar a los hombres que serán ofrendados a Huitzilopochtli en su fiesta. Viajó junto a Hoseok, Seokjin y un grupo de hombres que se encargan de cuidarlos y llevar todo lo recolectado.

Al llegar al pueblo de Soobin, se quedaron por algunas noches para recorrer la tierra y presenciar el buen gobierno de su amigo.

Mientras, en la gran ciudad, Jungkook se quedó a cargo del gobierno y con ayuda de Jimin, Yoongi y Jisoo, se encargó de preparar todo lo necesario para la fiesta del sol, incluyendo el precioso traje que el Tlatoani usará en el ritual especial, decorado con hermosos plumajes y piedras de jade, en honor no sólo al dios sino al precioso lobo del alfa.

Taehyung salió del lugar en el que dormía con Hoseok y Jin, caminó por largos minutos alrededor, hasta que decidió que iría al lago, aquel lugar que le trae tantos recuerdos y que su corazón atesora.

Sabe que no es seguro que camine solo por la noche en un lugar que sus hombres desconocen, pero quiere creer que estará seguro con el sistema de seguridad que Soobin ha implementado.

Se sentó en la orilla y se sumergió poco a poco en el lugar, comenzó a nadar y a flotar, dejando que su cuerpo se mueva al compás del agua, intentando conectarse mediante el lazo con Jungkook, sintiendo en su pecho una gran calidez, señal de que su amado estaba conectado con él, entendiendo el sentimiento.

Cerró los ojos y se dejó llevar por su mente, trayendo los recuerdos de aquel día en el que se encontraron por primera vez, cuando sus lobos se presentaron como alfa y omega, cuando se miraron a los ojos y por primera vez supieron que estaban destinados, incluso sin ser conscientes de ello.

Recordó la siguiente vez que se vieron, cuando el alfa salvó su vida y cómo desde ese momento no volvieron a separarse.

Abrió los ojos y se perdió en el tenue brillo de los astros en la obscuridad de la noche, inhaló y exhaló en numerosas ocasiones y sonrió, su vida es perfecta, y esos pequeños momentos en los que puede tener un poco de tranquilidad fuera de su obligación como Huey Tlatoani son lo que le brinda vitalidad, ojalá pudiera tener a su lado a su omega.

Salió del agua y se recostó en la hierba, cerca de las flores de citronela que lo protegen de las picaduras de los mosquitos. Cerró los ojos rendido, a punto de car en un profundo sueño cuando sintió pasos a su lado, movió los párpados y dos brillantes jades aparecieron, alerta de cualquier otro sonido o movimiento, pero su lobo se cansó cuando percibió que la presencia no era una amenaza.

-¿Tae?

-Hoseok, oh, pensé que eras alguien más.

-Lo siento- rio -tuve un sueño y al despertar no te vi en la habitación, supuse que estarías aquí.

-Ven, siéntate conmigo.

-Tae, en realidad... tenemos que volver a la ciudad.

-¿Pasa algo?

Flor de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora