Fiesta de graduación de California | Cuatro años antes.
En la isla, las noches suelen ser frías, pero hoy el clima se siente helado. Las ráfagas de viento golpean mi ventana, como si intentaran abrirla en cualquier momento, y el sonido de los árboles moviéndose resuena en el aire. Mi habitación está sumida en la oscuridad, y aunque todos en casa están descansando, yo no puedo cerrar los ojos. Mi mente está atrapada en la difícil tarea de soltar el pasado para dar paso a lo nuevo. En este momento, debería estar celebrando en mi fiesta de graduación, pero, en su lugar, me encuentro recostada en mi cama, envuelta en las sábanas, viviendo mi triunfo en soledad.
Presiono el botón de reproducir en mi celular y cierro los ojos, dejándome envolver por la dulce voz de Taylor Swift, como suelo hacer cada noche para ayudarme a dormir. Pero justo cuando empiezo a relajarme, el timbre de un mensaje me interrumpe. Es de Essie, y parece urgente, pues me ha enviado varios mensajes. Desbloqueo el celular y empiezo a leerlos, tratando de entender qué está ocurriendo.
Essie: Hola, Cal. Necesito tu ayuda. ¿Puedes venir?
Essie: ¿Estás despierta?
Essie: Contesta, por favor.
California: ¿Qué ocurre?
Essie: He terminado con Alex, necesito que me acompañes. ¿Dónde estás?
California: En casa. ¿Sigues en la fiesta? ¿Qué ha ocurrido con Alex?
Essie: Hemos tenido una discusión absurda. Estoy sola y no encuentro a nadie. He bebido más de la cuenta, Cal. Necesito que vengas.
Essie: Tengo miedo de estar sola.
Apago la pantalla del celular, reflexionando sobre cómo Essie ha llegado a esta situación. A pesar de que nuestras vidas son de mundos distintos, ambas compartimos ese vínculo de amistad en el que siempre estamos ahí para apoyarnos. Decido posponer la música de Taylor y le escribo a mi amiga para informarle que llegaré en veinte minutos. Me levanto de la cama para buscar algo adecuado para vestir. Elijo un vestido blanco con diseño floral y unos tacones altos. Es el atuendo que había planeado usar para la fiesta, pero había optado por no ir.
Una vez lista, empiezo a bajar las escaleras con cuidado, evitando cualquier ruido que pueda despertar a mi familia. No quiero tener que despertarlos para pedir un permiso que ya les había solicitado antes. La casa está en un silencio casi absoluto, y la luz tenue de las lámparas me guía hacia la puerta. Mientras bajo, pienso en lo que Essie podría necesitar y me preparo mentalmente para estar allí para ella, como siempre hemos hecho la una por la otra.
—¿Decidiste ir? —me pregunta mi madre, que está en la cocina, sosteniendo una taza de café mientras hojea uno de sus libros favoritos. Su voz me sorprende, haciéndome sobresaltar.
—No. Essie me ha llamado porque necesita mi ayuda.
—Estás espléndida, Goldie. ¿Quieres que te lleve?
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Solo si me recuerdas mañana
RomanceCalifornia siempre creyó tener su vida perfectamente planificada, pero una tragedia inesperada lo cambia todo. Tras un accidente en el océano su memoria desaparece, llevándose consigo todos los recuerdos que tenía de su novio, sin embargo, mientras...