¿Qué somos?

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Después de días andando por la carretera, logramos encontrar un enorme granero; el cuál estaba demasiado grande, y era acogedor. No había nada, más que los palos de madera que sostenían el techo, y un suelo lleno de paja y tierra. 

Cuándo entramos, lo primero que recordé, fue a Beth. Recordé aquellos días en los que vivimos juntas en aquella cabaña, o también cuando Daryl y yo estuvimos solos y nos bañamos juntos en un lago. 

Son recuerdos que jamás olvidaré.

- Bueno. - Comenzó Rick. - Es hora de dormir. 

Todos comenzaron a acomodarse en distintos puntos. Carl se dirigió a una orilla; sentándose en el suelo. Con sus manos, comenzó a remover la paja, jugando con ella. Llegué, sentándome enseguida de él. 

- ¿Tienes sueño? - Pregunté. Mirando hacía el frente. 

- No. - Respondió, tallándose los ojos. - ¿Tú?

- Estoy cansada. - Me miré mis tenis converse todos enlodados. - Me pregunto, sí algún día podremos encontrar un hogar estable. 

Escuché qué Carl se rió con ironía. 

- ¿Aún crees que existen los hogares?

En eso, miré a Daryl acercándose conmigo, pidiéndome que saliéramos juntos. Lo quise comer con la mirada; pero no se esfumó. Carl solamente lo saludó con una mano, a lo qué Daryl respondió con un gruñido. 

Daryl me tendió la mano, y se la sujeté con fuerza. Con un pequeño esfuerzo, pudo levantarme completamente del suelo. Caminamos hacía las puertas; saliendo un rato de ahí. 

Podíamos ver la entrada del bosque; era lo único que veía últimamente. Bosque y más bosque. 

Miré que Daryl encendía nuevamente un cigarrillo con un encendedor antiguo. Soltó humo en cuánto lo prendió. 

- Me dijiste qué no fumabas. - Me crucé de brazos, mirando hacía enfrente. 

- ¿Te molesta? - Me dijo, mientras soltaba el humo por su boca. - No es qué te estoy obligando a estar acá. 

- ¿Me estás cargando, cierto? - Me giré a verlo con la boca abierta. - Yo mejor entro. 

Cuándo quise entrar, puso su mano en mi hombro, frenándome. 

- Perdóname. - Me miró. - No estoy en mi mejor momento. 

Lo miré unos segundos, y regresé nuevamente a su lado. 

- ¿Puedo probarlo? - Cuestioné, mirándolo. Miré cómo se formó una sonrisa en sus labios. 

- No. - Me dijo, sin más. Le dio nuevamente una calada. 

- ¡¿Por qué no?! - Me quejé. 

- ¿Tengo que explicarlo? 

Nuevamente sacó el humo. 

En eso, escuché la voz de una mujer llamándome. Era una chica vestida de militar, con unos shorts cortos y una camiseta corta. Su cabello estaba peinado en dos colitas, y usabas unos aretes enormes, que le hacían lucir muy bien su rostro. 

- ¿Rebecca, verdad? - Me apuntó, sonriéndome. Yo solamente asentí. - ¿Podemos hablar? 


Miré cómo Daryl tiraba su cigarrillo al suelo, para luego pisarlo. Me miró, y luego observó a Rosita. 

- Toda tuya. - Al pasar por un lado de Rosita, le dio una palmada en el hombro. Rosita sólo sonrió. 

- ¿Eres Rosita, cierto? 

Detrás de ti || 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora