Mi vida comenzó, cuándo todo el mundo se fue a la mierda. Soy Rebecca Anderson, una más que trata de sobrevivir en un mundo qué ya no existe, que es una porquería.
De pequeña siempre me imaginé un final de la vida, siempre supe que tarde o temprano todo lo que comienza, llegaría a su fin, pero jamás pensé que de la forma más cruel y enferma que existe. Siempre creí en un Ser misericordioso qué me hacía milagros, cómo por ejemplo, tener comida en mi casa diario, que pudiera amanecer un día más, y todas las idioteces que te hacen creer cuándo acudes a una iglesia por obligación. Mi madre amaba estar en ese lugar, sentarse enfrente de una estatua de madera y pedirle en oraciones todos los deseos que quería que se cumplieran; o así me lo imaginaba yo.
La bondad de ese Ser, se acabó en mi familia cuándo mi madre cayó en esa enfermedad malévola que te va consumiendo segundo a segundo, minuto por minuto; el cáncer. El día que nos enteramos que el mundo estaba volviéndose loco, fue un día en las noticias. Mamá amaba ver las noticias desde la televisión, y fue ahí cuándo comenzamos a ver cómo personas se comían a otras personas, cómo enterraban sus dientes en el cuello de las demás personas, comiéndoselos vivos, saboreando cada parte de la carne humana.
Mamá se puso mal; vomitó toda la cama. Tuve que sujetarla y cambiarla de la cama, para poder limpiar todo antes de que llegara papá, que no soportaba ver a mamá enferma. Veía cómo papá miraba el pequeño congelador que teníamos en la heladera, viendo cómo las bolsas con el medicamento de mamá, estaban agotándose. Era tan desgarrador verlo así, sentándose en la mesa del comedor, tomándose del pelo y llorando de una manera desgarradora.
La peor cosa que pude observar, fue cuándo papá puso una esposa en la muñeca de mamá, sujetándola de la base de la cama.
- ¿Qué haces? - Pregunté a los nueve años.- ¿Por qué estás sujetando a mamá?
- Cariño. - El susurro de mi mamá, hizo que mi piel se encrespara completamente. - Solo es protección. Para que no te pase nada malo.
- ¿De qué me hablas? - Mis ojos comenzaron a inundarse. - ¿Estás tratando de decirme algo?
Mamá comenzó a toser. Eso era mala señal. Papá había ido a buscar alimento para nosotras dos; sinceramente, no recuerdo más nada de ese día. Sólo, cuándo papá comenzó a llorar en la habitación de mamá. Yo tenía que dormir en el suelo, por cualquier precaución, ya no podía estar cerca de mamá. Abrí mis ojos y me incorporé. Vi a papá entrando a la habitación, con una mirada desgarradora; con un corazón roto. Voltee a ver a mamá, y ya no era mamá, era un monstruo. Su mirada estaba ida, solo soltaba gruñidos, mientras estiraba su mano libre para poder coger a mi padre, quería comérselo.
- No... - Susurré.
Me levanté del suelo, y me acerqué a mamá. Vi cómo bajo su brazo, y me observó. Puedo jurar qué la vi de nuevo en su mirada, vi de nuevo todas las caricias que me daba en las noches, todos los besos, cuándo íbamos de compras juntas; ella estaba ahí.
- Becca. - Papá estaba hablándome a mis espaldas. - Rebecca, álejate por favor.
- Mamá, soy yo. - Sonreí ingenua. - Mamá, soy Becky.
Ella estiró su mano suavemente, y la colocó en mi mejilla. Su mano estaba fría, como cubo de hielo, pero no importó, mamá seguía dentro de esa bestia. Traté de calmarme, pero justamente en ese momento, mamá me coge del cabello, trataba de acercarse, trataba de devorarme. Mis gritos agudos de dolor y miedo, despertaron la valentía de mi papá, qué se acerco a ella para poder deshacer el agarre que ella tenía sobre mi cabello, pero era imposible.
Papá sujetó la lampara que estaba en el tocador que estaba enseguida de la cama, y con el palo, atravesó el cráneo del monstruo, haciéndolo caer hacía atrás. Las almohadas de mamá, su cama, todo estaba arruinado.
- ¿¡Qué hiciste!? - Grité, incrédula.
- Becca... - Soltó la lámpara de su mano, dejándola caer al suelo. - Ya no era mamá.
Salí corriendo de la habitación, y me quedé sentada en el jardín, el cuál estaba protegido con alambre de púas. Pasé ahí toda la tarde, sentada en la tierra, llorando, sollozando, durmiendo y pensando.
Horas después, caía la noche, papá salió de casa. Portaba unos pantalones negros, y una chamarra de cuero. Su mirada ni siquiera tenía expresión, sólo vi que en sus manos, traía mi bate de béisbol, de cuándo entraba en mi equipo. Se acercó al alambre de púas, y con fuera comenzó a desprenderlo de la reja. Sus dedos sangraban al ser pinchados de esa manera; pero en su miraba seguía habiendo, dolor. El alambre lo enredó alrededor del bate de béisbol, dejándolo cómo un arma de defensa.
Fue ahí cuándo nació el peor villano de la historia; el más cruel, mi padre. Negan Smith.
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Detrás de ti || 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬
FanficRebecca Anderson, una niña de 10 años que quedó huérfana después de la muerte de su madre. Su padre se encargó de ella durante algunos años, hasta que pudo hacerse independiente, para conseguir su camino. En su trayecto, conoce al grupo de Rick Grim...