- Porque uno no escoge a los padres. - Solté, desesperada. Carl solo me observaba. - Yo odio a Negan, Carl.
Me miraba con una tristeza y melancolía, qué no sabía que podía soportar.
- Desde antes de todo esto. - Al mirar que ya se estaba destensando, le pregunté. - ¿Quieres qué te cuente la historia? Porque necesito que me comprendas.
- Cuéntala, Rebecca.
- Mí mamá murió, eso sí lo sabías, ¿no? - Asintió. - Bueno, se suicidó.
Su pupila se dilató.
- Se suicidó porque estaba luchando contra el cáncer, y sabía qué Negan lo único que hacía era buscar su quimioterapia. Esta estaba acabándose poco a poco.
- Ahora entiendo. - Comenzó. - N.S de tú cuchillo. Negan.
- Sí. - Afirmé. - Mamá se ató a la cama, para evitar matarme, Carl. ¿Sabes lo qué debería sentirse estarte matando, mientras piensas en qué será de tú hija?
Sorbí la nariz, quitándome el exceso de lágrimas de mi cara con mis antebrazos.
- Negan regresó, y cayó en una horrible depresión, dejándome sola, hambrienta, y tristeza que me consumía poco a poco. Por qué, Carl... Mi madre era mi mejor amiga, y ella fue débil, y me abandonó.
Nunca jamás, en mis 15 años de vida, no había contando a nadie la historia de mi mamá. Hablar de ella me dolía cómo sí un puñal estuviera atravesándome por el pecho, pinchándome el corazón.
- Negan incendió la casa, Carl. - Dije, entre dientes. - Él hizo cenizas todos los momentos con mi madre, todas aquellas risas. Todo lo quemó.
- Lo siento. - Soltó, parándose de su asiento, cogiendo su arma. - Pero es hora de qué recojas tus cosas, Rebecca.
Lo miré, llena de rabia. ¿Qué te ha pasado, Carl Grimes? Me levanté enfurecida, subiendo los escalones rápidamente.
Llegué a mi habitación, cogiendo todo lo que pude, metiéndolo a una mochila roja. La colgué en mi espalda, esquivé a Carl, bajando las escaleras. Giré a la derecha, dónde estaba la sala. Abajo de los sillones estaba mi patineta, la había escondido en caso de emergencias. Cuándo me incorporé, me di cuenta que en el sillón, estaba el libro de Harry Potter.
Carl me observó, porque sabía que lo había notado. Lo cogí, y me acerqué a él. Delante de él, comencé a arrancar todas las hojas, haciéndolas volar por todo el vestíbulo. Miré a Carl sorprendido, quedándose boquiabierto.
- "Esto" Carl. - Dije, señalándonos con mi dedo. - Jamás pasó, ¿okey?
Sujeté con mi mano el collar, arrancándomelo con fuerza, y rompiéndolo.
- A la mierda contigo.
Lo aventé al suelo, haciendo que cayera delante de sus zapatos. Me di media vuelta, y me largué. Bajar los escalones por última vez, fue un sentimiento difícil de describir. Mientras caminaba por la calle, me giré a la izquierda, y noté qué en el porche de una casa, estaba Michonne, con Judith en brazos. Era una nena grande, y hermosa.
Solté mi patineta del impacto, haciéndola caer. Miré que Michonne aseguró a Judith con su otra mano, mirándome con los ojos entrecerrados. Comencé a acercarme, a lo que ella retrocedió.
- Michonne. - La llamé, paciente. Ella solo me observaba. En el porche había dos sillas. - ¿Puedes sentarte un momento y oírme?
Ella estaba en silencio, y con su cabeza me señaló el asiento que estaba delante de ella. Ella se sentó en el que estaba detrás de sus piernas. Judith comenzó a retorcerse, hasta que Michonne la puso en el suelo. Con sus piernitas cortas dio unos cuántos pasos emocionados hacía mí, abrazándome. Al alcé, sentándola en mis piernas, y besando sus mejillas.
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Detrás de ti || 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬
FanfictionRebecca Anderson, una niña de 10 años que quedó huérfana después de la muerte de su madre. Su padre se encargó de ella durante algunos años, hasta que pudo hacerse independiente, para conseguir su camino. En su trayecto, conoce al grupo de Rick Grim...