Rebecca Dixon.

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Estuve algunos días pensando, pero sé que no podía tardar mucho haciéndolo. 

Estaba sentada en la camilla de enfermería. Una mujer regordeta se acercó a mí, poniéndose unos guantes de látex. 

- Mi nombre es Denisse. - Se presentó, sonriéndome. - ¿Cuál es el tuyo? 

- Rebecca. - Tragué saliva, incómoda. 

- ¿Qué te duele, Rebecca? 

- Nada. 

Dennise enarcó una ceja, confundida. Luego sonrió, pensando que era una broma. 

- Amm. - Murmuró. - ¿Entonces por qué estamos aquí? 

- Necesito tú ayuda. - Solté en susurros. - Necesito pastillas para no quedar embarazada. 

Ella se me quedó viendo con la boca entreabierta. 

- ¿Tienes novio? - Preguntó, quedito. 

- Sí. - Negué con la cabeza. - No. ¿Qué te importa? 

Ella alzó los hombros. 

- ¿Quieres tener relación sexual o ya tuviste relación sexual?

Trágame tierra. Sentí un nudo en el estómago al ver a Daryl parado en la puerta, viéndome. Negué rápidamente con la cabeza viéndolo. Juré que había escuchado lo último. 

- Disculpe señor. No puede estar aquí. - Dennise entrometió. 

- Respóndele, Rebecca. - Dijo, seco. 

Bajé la cabeza, poniendo mis manos en mis cachetes caliente de la vergüenza. 

- ¿Sabe que es menor de edad, no? - Soltó Daryl a Dennise. - ¡No puede darle anticonceptivos estando tan pequeña! 

Dennise salió por la puerta, pidiéndole ayuda al doctor Anderson, que estaba en la casa de enseguida. Él se metió rápidamente, observando a Daryl aún postrado en la entrada de la enfermería. 

- Daryl. - Soltó. - Necesito que salgas. 

Alcé mi vista. 

Daryl me miró, sus ojos... Yo sabía que estaban llenos de decepción. Me bajé de la camilla, tratando de ir tras él, pero el Doctor Anderson me detuvo. 

- ¡Hey! - Lo miré al escucharlo. - Vuelve a tú asiento. Necesitamos que respondas la pregunta. 

- Ya la tuve. - Bajé la cabeza. - El día de la fiesta. 

- Hace dos días. - Murmuró. Luego, asintió. - Tengo unas pastillas, pero tendrás que dejar la relación sexual por una semana entera. 

Asentí. Sinceramente no era una persona que siempre anduviera buscando eso; ese día de casualidad se dio, más no era que siempre quisiera tener una intimidad con Carl.


- ¡Rebecca! - Estaba pasando por la casa de los Anderson, Rick estaba ahí. - ¿Qué hacías en enfermería? 

Mis ojos ya estaban llorosos. 

- Nada. - Negué. - Dolor de cabeza. 

Seguí caminando, para luego toparme a Daryl, que estaba en el porche de la casa, sentado en las escaleras. Subí las escaleras, pasándole por un lado. Antes de tocar la perilla, Daryl me habló. 

- Siéntate. - Dijo con su voz ronca. 

Se recorrió un poco, y me senté en el espacio vacío. Miraba mis rodillas todo el tiempo. 

- ¿Vas a contarme? - Soltó. 

- Hay cosas que no se le cuentan a los padres. - Solté, mientras una lágrima rodaba por mi mejilla. 

Detrás de ti || 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora