Beyond The Crown ◇ Haobin

◇04◇

Cuando Hao apenas abrió la puerta de su habitación, estaba el Duque Sung preparado para escoltarle a donde sea que vaya, las anteriores veces se quejaba de eso, pero después de que accidentalmente salvó su vida, se sentía en deuda con él.

—¿Vamos al pueblo? —dijo con una ligera sonrisa, pero este sólo asintió sin mostrar otra expresión en su rostro y se subió al gran carruaje blanco al lado de Hao —¿no quieres saber porqué vamos al pueblo?

—Porque su alteza lo dijo —mencionó refiriéndose a su orden anterior

—Bueno sí, pero... quizás podrías preguntar porqué...

—¿Quiere que le pregunte por qué?

—Olvídalo... —bufó —es sólo que... yo no tengo sangre 100% azul, mi sangre es mezclada, soy mestizo

—Eso lo sé

—¿Lo sabes? —lo observó con sorpresa
—¿cómo lo sabes?

—Su padre me contó varias cosas de usted, lo necesario como para cuidarlo y hacerme cargo

—¿Te dijo todo? —frunció el ceño, si le contó esas cosas ¿porqué no le contó que no toma té con azúcar?

—Ya llegamos —mencionó repentinamente —lo ayudaré a bajar, su alteza —tomó de la mano al castaño y lo sostuvo hasta que este pise el suelo

—Gracias...

Hao respiró el aire fresco del pueblo, hace tiempo no venía, cuando entró a los mercados la gente que lo reconoció a pedirle ser tocados por él, y a pesar que el Duque se opuso, el castaño accedió.

Siguieron caminando mientras puestos de mercados y algunas comidas que Hao quiso probar a pesar que Hanbin le repetía que podría hacerle daño.

—Yo me crié en este sitio —hizo una seña con la mano mostrando todo su alrededor —desde niño, pero luego la familia real me acogió, ni siquiera sabía que tenía papá ya que mi mamá nunca me habló de él...

—Ya veo —dijo de manera seca, parecía que no quería mantener una conversión y sólo estaba de soldado

—Oye... también me puedes contar de ti —bebió un poco de su bebida

—Claro, su alteza, ¿qué le interesa saber de mí?

—Pues... —se quedó pensando en alguna pregunta, y justo cuando iba a decirla un brazo alrededor de su hombro lo interrumpe

—¡Hao! —Hyunjin se paró a su lado

—¡Hola! —saludó al darse cuenta que era su amigo —¿qué haces por aquí?

—Vine con unos amigos al pueblo, dicen que los costureros de aquí son mejores que los del palacio

—¿Costureros?

—Para el baile real, va a haber un baile real en el palacio —se acercó para susurrarle en su oído —no te olvides de ir

De pronto, el Duque se aclaró la voz haciendo que Hyunjin se aleje de él lanzándole una mirada confundida.

—Ah... Jin, este es el Duque Sung Hanbin —presentó para aliviar la tensión —Duque, le presento a Hyunjin, príncipe de las islas del Sur

—Gusto en conocerlo, Duque —le extendió la mano pero a diferencia de este, el pelinegro no le contestó y sólo hizo una reverencia corta

—Tu guardaespaldas no es muy amigable que digamos... —susurró y el castaño le hizo una mueca para que se calle

—Ya es tarde, su alteza, debemos irnos

—Claro, ¿puedes adelantarte al palacio?, quiero hablar un poco con Hyunjin...

Este le lanzó una mirada desconfiada al pelirojo pero igualmente asintió y siguió la orden del príncipe.

—¿No te da miedo ese tipo? —preguntó Hyunjin sentándose en el asiento en el que estaba el pelinegro hace unos segundos —me provoca escalofríos

—No es tan malo... aunque... —se distrajo pensando en las palabras que su hermano le había dicho —¿crees que es sospechoso o algo así?

—¿Sospechoso en qué sentido?, ¿como si te fuera a hacer algo malo?

—Es que, como todos en el palacio ya saben, me quisieron envenenar y él salvó de mi vida de casualidad... pero ayer estuve hablando con Minghao acerca de eso y... él piensa que el Duque me quiso envenenar y ase arrepintió al último segundo

—Eso es una acusación muy fuerte... pero sino fuera por toda la historia del Duque con la familia real no la creería

—¿Historia?

—La familia Sung ha pasado entre generaciones, varios de ellos son conocidos como intentos fallidos de querer convertirse en emperadores de las diferentes regiones del país, según los rumores, se involucraban con la familia real con intención de mantener una relación con ellos para llevar un cargo importante en el palacio, y no ser sólo Duques y Duquesas

—No tenía idea de eso...

—Seguro que por eso tu padre le asignó el cargo de cuidarte ya que lo conocía por su madre, la Fiel Duquesa del palacio, sólo que tuvo que volver al Norte para criar a su hijo... no entiendo como alguien puede cuidar de un bebé en tanto frío, seguro que por eso él tiene esa personalidad tan fría...

—Gracias, Hyujin —se levantó de inmediato —ya me tengo que ir

—¿No piensas quedarte?, ¡quería que fueras mi pareja en el baile real!

—Nos vemos —pero este sin escucharlo simplemente salió corriendo hacia el carruaje montándose en él

...

Al llegar, miró a todos lados buscando al Duque sin encontrarlo por ningún lado.

—¿Ahora dónde se metió? —dijo entredientes mientras subía las escaleras al segundo piso

—¿Me buscabas, hermanito? —Minghao lo tomó de la cintura dándole un beso en el lóbulo de la oreja

—¡No hagas eso aquí —lo empujó con fuerza —nos pueden ver, es el pasillo

—Te he dicho varias veces que no me empujes de esa manera —dijo con molestia arreglándose la ropa

—Lo siento... pero ahora no puedo atenderte, estoy buscando al Duque

—Está parado frente a tu puerta desde que llegó como si fuera un perro —señaló y Hao volteó la cabeza viendo al mencionado dando vueltas al fondo del pasillo

—¡Gracias! —le lanzó un beso volado y fue hacia el Duque.

—No es nada —el rubio rodó los ojos y siguió su camino para evitar ver aquella escena

—Gran Duque —el castaño vino corriendo hacia él y detuvo por fin al estar frente a él —¿estuviste mucho rato aquí afuera?, hubieras entrado

—¿Entrado? —respondió con sorpresa —no puedo hacer eso, su alteza, es una falta de respeto

—Bueno pero a mi no me lo parece, así que a partir de ahora deberías hacerlo, en vez de sólo esperar afuera —abrió la puerta dejándolo pasar

Hao buscó en uno de sus cajones un whisky que le había regalado su padre, quien siempre le decía que la mejor forma de conocer a alguien era invitarlo a beber alcohol, así que eso iba a hacer.

—Te serviré un poc... —al darse la vuelta con el vaso en mano se percató que Hanbin había desenfundado su espada y lo apuntaba directamente al cuello con la punta de esta

—¿Du-duque...?