Unos días después, finalmente llegaron a la isla donde se encontraba la corona real. Pero alguna razón, estaba cubierta por una extensa niebla oscura que bloqueaba la entrada.
Por suerte, Hanbin, con ayuda de su espada logró cortar la niebla como si fuera una cortina. Una pequeña sección se separó por un segundo antes de volver a formarse.
—Es demasiado arriesgado que entremos todos —dijo Hyunjin —alguien de nosotros debe quedarse, de paso también podría vigilar desde fuera
—Podría quedarse su alteza el príncipe Hyunjin —respondió el pelinegro lanzándole una mirada punzante —ya que de él fue la idea y nadie conoce estos lugares como él
—Qué gracioso, Duque —respondió el contrario con una leve sonrisa falsa
—Tiene razón, Jin
—¿Qué?
—Iré con el Duque, tu quédate a vigilar
—Bueno —rodó los ojos sonriendo de nuevo —sólo porque tú me lo pides, Hao
Ambos se adentraron en la isla de aspecto espeluznante, incluso a pesar que en el exterior había un enorme sol brillante, dentro de ella hacía frío.
—Hao... —Hanbin inició la conversación un poco dudoso —¿tu y el príncipe Hyunjin siempre han sido así de cercanos?
—¿Por qué preguntas eso de repente?
—Perdón si mi pregunta te incomoda...
—No, no te preocupes, es sólo que me sorprendió —sonrió —desde que llegué al palacio se hizo mi amigo, sus padres son grandes amigos del mío, así que de vez en cuando él se quedaba alojado y conversábamos mucho
—Ya veo... te veías bastante cómodo con él
—¿Estás celoso de nuevo? —sonrió —claro que me siento cómodo con él, es mi mejor amigo, pero no lo veo como nada más
Trató de aclarar las cosas pero Hanbin seguía incómodo. De pronto, un ruido se escuchó entre los arbustos y algo salta. El Duque sin dudar saca su espada colocándose delante de Hao para protegerlo.
—Es... un conejo... —ambos se quedaron mirando como el animal se alejaba de ellos
—De todas formas mantente cerca, la atmósfera se siente extraña
Mientras más se adentraban en la isla, la niebla se volvía mas densa o quizás sólo era su percepción, pero Hao, de algún modo empezó a sentir un impulso extraño.
Tenía ganas de abrazar a Hanbin.
Trató de controlarse, pero no podía, sentía que caminaba más lento gracias a aquella sensación, así que se detuvo.
—No puedo calmarme... —dijo antes de lanzarse a sus brazos
—Eh... —Hanbin se sorprendió por su acción inesperada, ahora él empezó a sentir aquella sensación rara
Con su rostro enterrado en su pecho, se sintió aún más mareado que antes. Quiso respirar profundamente para calmarse pero cuanto más respiraba el aire de esa isla, más difícil le resultaba controlarse.
—Yo... quiero romper tu maldición ahora... —su confesión sincera hace que su rostro se sonroje, era como si una voz estuviera hablando por él
Aún así, Hanbin también parecía estar totalmente afectado por el entorno, ya que asiente lentamente en acuerdo.
—Quizás... ya que estamos solos, podría ser buena oportunidad...
Hao baja su mano lentamente hacia la entrepierna del pelinegro empezando a frotar por encima de la ropa, su cabeza daba vueltas por la abrumadora sensación.
Se arrodilló en la superficie y quitó el cinturón del mayor para después desabotonar su pantalón y lograr sacar la gran carne. El cuerpo de Hanbin se estremeció cuando sintió la humedad de la boca del castaño sobre su polla.
Lamía los extremos y la punta para posteriormente introducir todo en su boca. Derramaba saliva encima y se dirigió hasta sus testículos los cuales succionaba y jalaba haciendo que el pelinegro suelte jadeos de placer.
Siempre regresaba al glande, el cual frotaba con su pulgar y volvía a meter todo en su boca hasta querer que ingrese a su garganta generándole arcadas continúas.
Mientras le daba sexo oral, Hao se empezó a tocar a si mismo con tantas ganas de querer todo eso dentro suyo.
Desabotonó su camisa dejándola a un lado y también desabrochó su pantalón. Hanbin hizo lo mismo quitándose la ropa que cubría su torso. Su cabello se había teñido de un blanco total.
Al terminar de volverlo erecto, Hao se levantó y el contrario aprovechó para apoyarlo contra el árbol que estaba detrás de él. Bajó su pantalón con brusquedad y mordió sus nalgas para después introducir su lengua en su entrada.
—¡Ah...! —gimió. En su vientre tenía la sensación de mariposas y junto a ello, sus ojos se llenaron de lágrimas —ngh...
Al terminar su trabajo, el pelinegro se dejó caer en el suelo a control total del contrario quien se sentó en su regazo y comenzó a frotarse en su miembro.
Hanbin lo tomó de sus cintura y acariciaba toda la línea de su figura hasta depositar sus manos en sus caderas y apretarlas con deseo.
El castaño apretó sus labios en un beso intenso abriendo su boca y tratando de ingresar su lengua, este la aceptó y con ella jugueteó hasta que aquello fue interrumpido por los dedos del Duque. Quería que Hao los chupe y eso hizo, de manera provocativa.
Al llenarlos de saliva, bajó a su entrada nuevamente donde lo ingresó con suavidad haciendo gemir al contrario.
—¿Se siente bien? —susurró al sentir que sus paredes se contraían con el tacto
—S-sí... sí... sigue... mgh... —ingresó otro dedo —mierda... se siente muy bien...
Hao movía sus caderas al ritmo que sus dedos eran introducidos en su interior, no podía controlarlo más, su pene estaba erecto, tanto que estaba soltando el líquido pre-seminal.
Volvió a besar a Hanbin tratando de morder las zonas de su rostro, además de sus labios, se dirigió a su barbilla, sus mejillas, el lóbulo de su oreja, incluso su cuello. Estaba tan caliente.
—Más... —suplicó —quiero más... mgh...
El contrario, como si siguiera sus órdenes, sacó sus dedos de su interior tomando su miembro entre sus manos listo para introducirlo.
Pero apenas la punta del glande tocó su entrada, escucharon unos pasos rápidos dirigiéndose hacia ellos.
—¿Hao?
El castaño volvió en sí al escuchar su nombre, como si hubiera estado bajo un hechizo que se acababa de desvanecer. Giró la cabeza hacia la persona quien estaba parado a pocos metros de ellos con una expresión seria.
Era Sunghoon.
Ambos se congelaron, estaban desnudos en una situación muy comprometedora y sin ninguna excusa para dar.
—Hoon... ¿qué haces aquí? —preguntó nervioso tratando de cubrir su cuerpo con las prendas más cercanas a su alcance
—Lo mismo me pregunto...
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Beyond The Crown ◇ Haobin
FanfictionHao tiene que comprometerse por orden del rey, su padre, quien contrata a Hanbin, el Duque del Norte, para proteger a su hijo del mal que estaba acechando al reino. Alguien quería asesinar al príncipe, ¿pero quién haría algo así?