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Cuando Minghao quiso empuñar su arma en el corazón de su hermano, Hanbin sacó su espada y contraataca en respuesta haciendo un chirrido por el choque de las dos espadas.

—¿Qué estás haciendo, imbécil?

—No hagas esto, Minghao —dijo con voz tranquila —ya tienes la corona, no hace falta que mates a Hao

—¿No hace falta? —frunció el ceño —estoy haciendo el maldito trabajo que te mandé a hacer meses atrás

—A diferencia de ti, yo no tengo tanta sangre fría como para matar a un ser humano

—Eso me pasa por confiar en alguien tan sensible como tú... te acostaste con él una vez y ya le perdonas la vida, eres tan fácil en serio, qué lástima

—Hao, ponte detrás de mí —ordenó, pero este no le hizo caso —Hao, ponte detrás de mí... —el castaño estaba en el suelo, había perdido las ganas de vivir

—Sólo... haz lo que tengas que hacer, Hanbin... —respondió desganado, como si fueran sus últimas palabras —ya no me queda nada...

—Hao...

—Qué adorable —carcajeaba a todo pulmón —los amantes ahora se odian, y ni siquiera les tuve que poner una ilusión para que se maten entre ustedes

Cuando estaba hablando, Hanbin lanzó su espada delante de él y este se movió hacia atrás rápidamente con ayuda de sus reflejos.

—¿Me quisiste atacar, Hanbin?

—No voy a dejar que mates a Hao, toda esta mierda te volvió demente, tu no eras así...

—Bien —sonrío —si pelear es lo que quieres... —se puso en posición de lucha —vamos a pelear

Ambos chicos con sus espadas en mano empezaron la batalla. Hao quien estaba en el suelo, ni siquiera quería ver, se tapó los oídos deseando desaparecer. El aire estaba lleno de gritos y el sonido de metal contra metal.

El rubio estaba enfurecido, su mirada fija en Hanbin con odio y desprecio, mientras que el peliblanco parecía un dios de la guerra, su expresión determinada y su espada firme en su mano. Los dos se movían con rapidez y precisión, sus espadas chocando en un ritmo mortal.

Minghao atacó con fuerza, su espada descendiendo en un arco perfecto, pero Hanbin esquivó con facilidad y contrató con un golpe rápido. El mayor se defendió a tiempo, pero el impacto lo hizo retroceder un paso al notar que gotas de sangre se derramaban por su brazo.

El contrario aprovechó la ventaja y atacó de nuevo, cortando el aire con un susurro silencioso. El otro se defendió, rasgando parte de su capa. Hanbin se tambaleó al ver sangre escapar de su cintura, pero logró recuperarse y contraatacó.

La batalla continuó, los dos hombres intercambiando golpes y esquivando ataques. El suelo estaba cubierto de escamas de metal y sangre.

Hao, en el suelo, tapó sus oídos y se cubrió la cara, no queriendo ver la sangrienta batalla. No quería saber quién ganaría o quién perdería. Solo quería que todo terminara.

En un movimiento rápido, Minghao logró derribar la espada de Hanbin. El Duque se quedó paralizado, con su mirada en shock. Minghao se inclinó, elevando su espada para el golpe final.

—Así que... le gané al ganador anual de lucha de espada —pateó lejos la espada del peliblanco haciendo que se cayera por una grieta entreabierta en la tierra, al vacío —¿tus últimas palabras?

Apuntó al contrario con la vista fija en él. Ambos estaban sangrando, con la ropa rasgada y varias cicatrices en diferentes partes del cuerpo.

—Hao... —con la mirada agitada dirigió su vista al castaño, quien alzó la vista al ver que la lucha había cesado —quizás al inicio estuve de acuerdo con él en hacer todo esto... pero cada que quería asesinarte me arrepentía, porque jamás podría hacerle daño a una persona, y menos a ti...

—¿En serio desperdicias tus últimas palabras hablando con ese? —rodó los ojos

—No sé que momento sucedió, Hao... pero me enamoré de ti, y odiaba verte con Minghao, odiaba que pensaras en él y que lo prefirieras cuando lo único que hacía era tratarte como cualquier cosa...

—Tampoco es como si su vida importe tanto —a pesar que el rubio siguiera haciendo bromas, las palabras de Hanbin hacía que el corazón de Hao se entibiara

—Ninguna de las cosas de las que te dije eran mentira, mi intención siempre fue protegerte, y a pesar que yo mismo puse esas trampas para hacerte daño, yo mismo impedí que cayeras en ellas... porque me importas, y si tengo que dar la vida por ti lo haré, con tal de impedir que este imbécil sea rey

—¿Terminaste? —sin sentir nada, estaba preparado para atacarlo

Sin embargo, el peliblanco usó su magia para congelar la espada, volviéndola una piedra de hielo y se lanzó contra Minghao dándole un golpe en la cara, pero la corona no se despegaba de su cabeza.

—¡Acabas de hacer trampa, idiota! —empujó a Hanbin con su magia también haciéndolo volver por el aire y caer fuertemente en el suelo

El peliblanco se levantó con dificultad, su mirada fija en el rubio con furia. Se lanzó contra él de nuevo, haciendo que cayera en el suelo. Se subió a su regazo y lo golpeó repetidas veces.

Este se defendió, creando una barrera de energía oscura que repelió los golpes de Hanbin. Pero el peliblanco logró romper la barrera con cristales de hielo que la rompieran como si fuera un globo.

El rubio creó una nube de humo negro, intentando confundir a Hanbin, creando ilusiones de él mismo a su alrededor, pero este purificó el aire, desapareciendo el humo y a todas sus versiones, revelando a Minghao.

Hanbin aprovechó la oportunidad y lo golpeó con un puñetazo poderoso, enviándolo hacia atrás. La corona se deslizó hacia un lado, revelando una línea oscura se dibujó en su cabello rubio.

Este se enfureció y con su mirada sombría creó una enorme explosión de energía oscura, enviando lejos al contrario, quien a pesar de querer levantarse, el dolor intenso en su cuerpo se lo impedía.

—Ahora sí, ¿tus últimas palabras? —se acercó a él, viéndolo en el suelo tirado, quejándose de dolor

—Te veo en el infierno... —dijo casi sin voz cerrando los ojos esperando su fin

Pero antes de que pudiera atacar, Hao se levantó, su mirada fija en su hermano. En su mano, sostuvo la daga que Hyunjin le había dado y con un grito de rabia, lo apuñaló en el cuello.

El rubio se tambaleó, observando como última vez, la mirada llena de dolor de su hermano menor, quien su cara terminó manchada por la sangre que salpicaba de la garganta del contrario.

Cayó al suelo, aún con la daga en su cuello. Todo se silenció. El caos cesó.

—Lo siento mucho... —se derrumbó junto a él y Hanbin se arrastró a su lado para abrazarlo

Hao sollozaba y gritaba con agudeza, su pecho dolía con más intensidad por el cuerpo sin vida de su hermano. Su primer amor.

Cayó al suelo, aún con la daga en su cuello. Todo se silenció. El caos cesó.

—Lo siento mucho... —se derrumbó junto a él, su voz temblorosa y llena de dolor. Hanbin se arrastró a su lado para abrazarlo

Hao sollozaba y gritaba con agudeza, su pecho dolía con más intensidad al ver el cuerpo sin vida de su hermano. Su primer amor.

Beyond The Crown ◇ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora