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—¿Maldición? —frunció el ceño —no entiendo a que te refier...

De pronto, sin que pueda terminar la oración, Hanbin lo había tomado de la cintura. No le quitó la vista de sus ojos ni un segundo a diferencia de hace un rato en la que ni siquiera podía sostener su mirada.

—Eres tú... siempre fuiste tú... —unos iluminados y una ligera sonrisa de felicidad se iluminó en su rostro

—Bin... —el castaño observó su cabello, con cada cosa que decía el tono rubio aumentaba cada vez más y se terminó de tornar rubio cuando el contrario le empezó a besar el cuello —Hanbin...

—Tranquilo, será rápido —susurró y empezó a lamerle los chupetones que Minghao y Sunghoon le dejaron

—Ha... Hanbin... —a pesar que quiso separarse de su agarre, poco a poco se fue dejando tocar, en el fondo le gustaba —mgh... ah...

Cerró los ojos y dejó su cuerpo en manos del contrario. Sintió como su mano acariciaba su entrepierna y la frotaba suavemente para que poco después desabrochara su pantalón e insertara su mano dentro.

Sostenía su pene y lo frotaba de arriba a abajo haciendo estremecer al castaño quien con sus brazos sostenía el cuello de Hanbin para no caerse. El tacto lo hacía estremecer y temblar.

De pronto lo cargó entre brazos y lo dejó en la cama, le sacó el pantalón casi arrancándolo y empezó a besar y dejar mordidas en el interior de sus piernas.

Hao observaba todo desde abajo, jamás había visto a Hanbin de esa manera, era como si el cabello le diera otra personalidad, cosa que lo excitaba demasiado.

Se dirigió a su miembro y lo empezó a masturbar con una mano mientras la otra se dirigía hasta su agujero. Rodeaba el interior de este con el dedo antes de insertarlo mientras masturbaba su polla.

—Más... sigue... —suplicaba el príncipe y este le hizo caso

Desabotonó toda su camisa observando las marcas que la batalla de la tarde le había dejado y empezó a besar todas ellas sin quitar la mano de su miembro.

—Ha... Hanbin... —el mencionado no decía nada, simplemente hacía lo suyo, como si estuviera hechizado —sigue...

Aquella imagen de Hao, debajo de él, desnudo y con las piernas abiertas, era lo que tanto había deseado y no quería parar.

Llevó su otra mano hacia la boca de Hao e hizo que chupe 3 de sus dedos para llenarlos de saliva antes de colocarlos en su entrada.

El castaño succionó cada uno de ellos con gusto, nada le excitaba más que sentirse sumiso frente a su guardia real.

Después de mojarlos, ingresó un dedo dentro de él escuchando los tiernos gemidos que salía de su ser. Su espalda se erguía ante el placer de su miembro y su entrada combinado.

—No tenía idea de que eras tan hábil con las manos... —jadeó —si lo hubiera sabido... no me habría tardado tanto en acostarme... mgh... contigo...

El contrario no respondió, solo seguía provocándole placer con sus dos manos logrando que el contrario genere rápidamente la sensación de querer venirse. Cosa que no le había pasado con nadie antes.

—Hanbin... me voy a correr... —sus piernas empezaron a temblar

Hanbin escupía sobre su pene para que esté más lubricado y hacer que su mano se mueva más rápido. Cosa que hizo que contrario gimiera más.

—Dios... ¡qué rico!... no pare Duque, por favor... hágame venir... —rogaba entre gemidos

Sus manos sostenían con fuerza las sábanas desordenadas a su alrededor. La saliva que escupía Hanbin en su pene se escurría hasta su entrada haciendo que se moje también y sus dedos entren con más facilidad logrando tocar su delicioso punto.

Beyond The Crown ◇ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora