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—Ah... ah... mgh —el castaño estaba acostado boca abajo en las piernas de su hermano quien lo hacía gemir en cada nalgada que le daba

Se metió a su habitación sin que el otro se diera cuenta como siempre. Todo por el simple hecho de haber sentido celos de haber visto salir al Duque Sung de su cuarto. Celos que no quería admitir.

—¿Qué hacía el Duque aquí el otro día, eh? —palmeó su trasero

—¡Mgh! —jadeó —¿el Duque?

—Me parece muy mal que hayas hecho eso, HaoHao, apenas lo conoces, no puedes dejar pasar a un desconocido a tu habitación después de la otra vez en la que casi trató de envenenarte

—Mgh, ¿qué?, ¡ah!, no... él no lo hizo...

—¿Cómo lo sabes? —nalgueó —¿si lo dice él le crees?, ¿eh?

—N-no... es sólo que... no es alguien que pueda hacer eso... es... mgh... confiable

—¿Confiable? —empujó al castaño sobre la cama y se levantó acomodando su ropa —no tienes que confiar en nadie más que no sea de la familia real, hermanito

—Bueno pero papá lo trajo para cuidarme, tiene que ser confiable...

—Una cosa es que papá lo conozca, y otra es conocer el tipo de intenciones que tiene contigo

—Pero...

—¡Silencio! —se levantó de la cama y caminó hacia la puerta —ya me voy, nos vemos en el baile

—¿Te vas? —el portazo se escuchó en todo el cuarto dejando al castaño aún caliente y con ganas de más

Ahora su única preocupación era arreglarse para el baile real de esta noche, en el que asistirá mucha gente de la nobleza.

...

Después de bañarse, Hao tomó el atuendo que los sirvientes le prepararon a su gusto y medida.

Una gran camisa blanca con decorado en el escote para que deje ver un poco de su piel, un pantalón que sube hasta la cintura con decoración en los botones. Y para finalizar, un lindo chaleco estilo corset de estampado rojo y dorado para tonificar su cintura.

—¡Perfecto! —dijo al mirarse al espejo casi coqueteando con su reflejo

Se colocó su perfume favorito tanto en su cuello como en su ropa y esperó a que vengan a darle la orden para bajar, ya que aunque los invitados lleguen antes, el príncipe era el que bajaba al final.

Minutos después tocaron la puerta, Hao abrió sonriente viendo al Duque parado delante de él con un lindo conjunto y una chaqueta larga de color azul noche puesta.

—Wow... —lo observó de pies a cabeza con una leve sonrisa dibujada en la comisura de sus labios —te ves... muy bien... muy... muy guapo

—Gra-gracias su alteza... —dijo con timidez ante el comentario, el cual hizo que sus mejillas se tornen de un suave color carmesí —debo escoltarlo, alteza, ya debe bajar...

—¿También me tienes que acompañar cuando empiece a saludar a todos los invitados? —bromeó

—Sí, su alteza —pero el contrario le respondió si mostrar una sola reacción en su rostro

—Lo decía de broma... pero no importa, ¡vamos! —se acercó al pelinegro y le tomó del brazo como si fuera un niño pequeño

Beyond The Crown ◇ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora