◇05◇

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—¿Du-duque?

Hao se quedó paralizado, por un momento sintió miedo de que el pelinegro le fuera hacer algo de verdad, así como las ideas de envenenamiento que le llegaban a su mente, creyendo que en realidad si fue él.

Sin embargo, el Duque volvió a poner su espada al lugar de donde la sacó.

—No deberías hacer eso —acusó

—¿Hacer qué? —preguntó Hao aún confundido

—Dejar pasar a cualquiera a tu habitación —señaló —¿y si no soy yo?, ¿y si es alguien disfrazado?, ¿o soy un hechicero que te engañó haciéndose pasar por mí? —dijo con extrema preocupación

—¿Hechicero? —dijo en tono divertido sin tomar en serio las palabras del contrario —eso no va a pasar, te conozco

—No me conoces lo suficiente —dijo en un tono casi inaudible

—Entonces ayúdame a conocerte —le dedicó una suave sonrisa —pero esta vez sin usar espadas ni armas —bromeó pero el contrario ni siquiera sonrió ni un poco —mhm... ¿no quieres un poco de whisky?

—No puedo tomar, su alteza, es mi deber cuidar de usted, y si tomo no podré hacerlo

—Entonces te propongo un juego ordeno y tu decides si tomas o no —dijo dejando en silencio al pelinegro —nos haremos preguntas mutuamente y si el otro no quiere responder va a beber el whisky, ¿qué te parece?

—Bueno...

—Entonces empecemos —Hao se sentó en el suelo cubierto de alfombra y colocó los vasos de whisky sobre la mesa, todo con la intención de conocerlo bien y saber si en verdad tenía planes de hacerle daño —comienzo yo, ¿cómo conoces a mi padre?

—Eh... —dudó en responder, pero al ver que el contrario estaba atento a su respuesta, habló —bueno, mi mamá era Duquesa de la familia real hace mucho, ella y tu padre se conocen desde antes que yo naciera, así que cuando era pequeño, uno de los guardias me enseñaba esgrima diariamente, de esa forma me volví experto en eso

—Entonces... entre tantas personas que mi papá pudo haber contratado para vigilarme... ¿te llamó a ti porque te conocía?

—Exactamente

Hao le dio un sorbo a su whisky mientras escuchaba, ahora sabía que su papá confiaba plenamente en él y por eso lo trajo. No podría ser alguien que lo quiera asesinar, ¿o sólo fingía y lo de la espada en el cuello de hace un rato era una advertencia?

—Te toca —respondió —hazme una pregunta

—Eh...

—Si no me haces ninguna pregunta igualmente tienes que tomar —señaló no dejando otra opción al pelinegro de hacerle una preguntar con tal de mantenerse sobrio

—Mhm... —trató de pensar en algo —¿cuáles son tus planes en el futuro?

—¿En serio? —frunció el ceño dejando a Hanbin sin entender porqué ponía esa cara de disgusto —¿por qué me haces esa pregunta tan aburrida?, dime algo más picante, para eso estamos jugando esto

—Lo siento...

—No tengo ningún plan —respondió después de todo —supongo que seguir viviendo aquí... aunque mi papá me esté obligando a comprometerme, y no me gusta, ni siquiera entiendo porqué lo hace si se supone que el heredero es Minghao, él es el mayor

—¿No le has preguntado por qué?

—No... —bajó la mirada —siempre me decían que no hay que cuestionar las decisiones del rey... Minghao no las cuestiona así que yo tampoco, pero aún así me molesta...

—Ujum... —hubo un largo silencio entre ellos y Hao volvía a tomar otro sorbo de whisky solamente por gusto

—¿Tienes pareja? —preguntó el castaño sin quitarle la vista —algún novio o novia que dejaste por allá en el norte mientras venías para acá...

—No —negó rápidamente —la mayor parte de mi tiempo fue entrenar con la espada y nada más...

—¿Nunca has conocido a nadie que te interese?

—No... no lo considero importante

—Eso es porque no te están forzando a casarte... —suspiró —no sé de dónde conseguir a alguien, supongo que le tendré que pedir a alguien de confianza que finja ser mi prometido

—Su alteza...

—Dime

—Disculpe si lo hago sentir incómodo con lo que voy a decirle... —se aclaró la garganta teniendo la mirada fija de Hao sobre él —usted... ¿tiene algo con el príncipe Minghao?, lo digo porque vi como él lo besó el otro día en el invernadero...

—Ah eso... —comenzó a reír sintiéndose mareado cada vez —¿quieres que te diga todo?

—Sólo si usted quiere...

—Tenemos... algo... creo —miró hacia la nada con el rostro sin expresión —pero solamente sexual, encuentros ocasionales cada vez que él quiere y la pasamos muy bien

—¿Cada vez que él quiere? —repitió

—Sí, bueno... la mayoría de veces... casi todas —desvió la mirada —pero no hay nada romántico, después de todo somos hermanos, no podemos enamorarnos

—Pero... ¿a usted le gusta el príncipe?

—¿A mí? —comenzó a reír —me gusta cuando me trata como su perra —dijo y volvió a tomar más whisky de forma burlona —lo hace tan bien...

—Creo que ya no debería tomar más, su alteza

—¿Te quieres quedar con el trono? —preguntó repentinamente —¡¿es por eso que me quisiste envenenar?!

El castaño se lanzó encima de él quedando en una posición sugerente, pero ni siquiera le dio importancia a eso ya que estaba bajo los efectos del alcohol.

—Su alteza, espere... ugh... —soltó un quejido al sentir las nalgas del contrario moviéndose sobre su miembro al querer atacarlo

—Tú... me pusiste el veneno... ¡en el té!

—Claro que no, alteza, no fue así

—¿No?, ¿y quién más lo haría?, ¡tu eres el que luce más sospechoso!

Le seguía dando golpes suaves tratando de luchar, pero en verdad sólo lograba verse adorable al estar ebrio y sonrojado.

—¡Basta! —tomó sus brazos cambiando de posición quedando encima de él esta vez —no fui yo, alteza, por favor créame

—Sabes... —una sutil sonrisa salía de sus comisuras —cuando te conocí te odié... pero agradezco que me hayas salvado la vida, así que ahora no te odio tanto... incluso me pareces guapo...

Al terminar de decir aquello último cayó completamente dormido sin poder abrir los ojos nuevamente aunque el Duque lo sacudiera con sutilidad.

Dejó el whisky y los vasos a un lado y le quitó los zapatos para cargarlo, posteriormente acostarlo en la cama y arroparlo.

—Descansa... —dijo antes de salir de la habitación

—¿Por qué sales de ahí? —el príncipe Minghao se acercó al pelinegro y se cruzó de brazos —esa no es tu habitación

—Su alteza real, buenas tardes, disculpe la molestia pero el príncipe Hao me dijo que podía entrar

—¿En serio? —el contrario asintió y se retiró haciendo una reverencia dejando al rubio pensando en si creerle o no

Finalmente fue a donde se supone que iba a ir, pero le molestaba el hecho de que Hao dejara entrar a otras personas que no fuera él a su habitación.

Pensó que lo que necesitaba era un delicioso castigo para que sepa quién manda.

Beyond The Crown ◇ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora