Capítulo 20: Yui Kodai

97 14 4
                                    


Después de disfrutar una comida agradable en la cafetería junto a Uraraka, Iida y Kirishima, Ryu les pidió que se adelantaran mientras él se tomaba un momento en el baño. Ahora, saliendo del baño, caminaba de regreso a su salón, cuando decidió revisar su teléfono nuevamente.



Un mensaje familiar lo hizo sonreír: "Ya llego papiiiii" con una foto de su viejo mentor, Pablo Cavasoz en el aeropuerto donde había bajado él semanas atrás, el Héroe Gaucho ha llegado a Japón. Aunque no lo odiaba, recordaba los duros entrenamientos y las constantes críticas, comparables al narrador de fútbol en FIFA cuando erraba un pase.


Caminando por el pasillo, Ryu notó a Yui Kodai parada junto a sus amigas, Kendo y Setsuna. Al verlo, Yui se detuvo en seco, mientras Kendo y Setsuna esbozaban una sonrisa maliciosa.



—Oh, qué tarde es— dijeron en un tono tan fingido que hasta un niño lo habría notado.


—¡Se nos hace tarde, ya luego nos alcanzas, Yui-chan!— Empujaron suavemente a Yui hacia Ryu, provocando que tropezara al estar distraída, chocando directamente con Ryu, quien la atrapó en sus brazos.



—¡Adiós!— se despidieron las otras dos chicas, alejándose rápidamente.




Ryu sostuvo a Yui con firmeza pero suavidad, asegurándose de que estuviera bien.


—¿Estás bien?— preguntó con una sonrisa encantadora en su rostro.



Yui, más tímida de lo habitual, apenas pudo mirarlo a los ojos al recordar a qué venía a hablar con él. Después de un momento de silencio, Ryu rompió el hielo.



—¿Quieres que te acompañe a tu salón?— preguntó.



Antes de que pudiera responder, Yui lo interrumpió, su voz temblando ligeramente.


—¿Cómo... cómo te encuentras?



Ryu parpadeó, un poco confundido al principio, pero pronto comprendió a qué se refería. Las heridas de su batalla contra el Nomu aún eran un tema delicado.




—Podemos hablar mientras caminamos— sugirió él, comenzando a andar lentamente.Yui asintió, siguiéndolo por el pasillo.




—Estoy bien, más o menos— empezó Ryu, tocando levemente el vendaje en su brazo—. La pelea fue dura, pero he tenido peores entrenamientos con mi viejo mentor. Él siempre decía que un verdadero héroe sabe levantarse sin importar cuántas veces caiga.


Yui lo escuchaba atentamente, su preocupación visible en su rostro.




—Me alegra saber que estás bien, Ryu-kun— dijo con sinceridad—. Fue impresionante verte enfrentarte a ese monstruo. Todos en la clase estaban preocupados por ti.




Ryu sonrió, apreciando su preocupación.






—Gracias, Yui. Aprecio mucho que te preocupes. Y hablando de preocupaciones, ¿cómo estás tú? Hace tiempo que no hablamos.





Yui pareció relajarse un poco ante su interés genuino.





—Estoy bien. Ha sido una semana agitada con lo del festival deportivo y todo lo demás. Pero me alegra que estemos todos juntos en esto.





Ryu asintió, dándose cuenta de lo mucho que significaba el apoyo mutuo en la academia.





—Sí, es bueno saber que tenemos amigos en los que podemos confiar. Y siempre es un placer hablar contigo.




Yui sonrió tímidamente, sintiéndose un poco más cómoda a su lado. Mientras continuaban caminando, la conversación fluía con naturalidad, fortaleciendo su conexión y recordándoles la importancia de la amistad en su camino hacia convertirse en héroes.




Ryu caminaba junto a Yui, disfrutando de una conversación animada llena de chistes y risas. Mientras se acercaban a la puerta de la clase 1-A, Ryu se detuvo y le pidió a Yui que lo esperara un momento.



—Espérame aquí, por favor— dijo, sonriendo—. No tardo.



Yui asintió, aprovechando para respirar con tranquilidad. Su corazón palpitaba rápidamente y sentía su rostro más caliente de lo habitual. Ryu se asomó por la puerta de la clase 1-A, saludando a sus compañeros. Estaba buscando a alguien en específico. Al encontrarlo, sonrió y alzó la mano, llamándolo por su apodo.




—¡Hey, Deku!— llamó Ryu.



Izuku se volteó, dejando de hablar con Uraraka e Iida, que también vieron la puerta y se alegraron al ver al pelinegro.




—Eu, vuelvo en un segundo, tengo que hacer algo— avisó Ryu, y aunque Izuku se confundió un poco, terminó asintiendo.





Desde su asiento, Uraraka logró ver a Yui a través de la ventana. Sus ojos se llenaron de sorpresa al ver a la chica detrás del extranjero, tocando el hombro de Denki, que estaba hablando con Tokoyami y Sato.





Desde Buenos Aires a U.A | Un argentino en Boku no Hero AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora