Capítulo 2: Un Nuevo Hogar

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El taxi se detuvo frente a una imponente casa de dos pisos en un tranquilo vecindario de Musutafu. La familia Moretti, emocionada, salió del auto y admiró su nuevo hogar. La casa era espaciosa y moderna, con un jardín bien cuidado que rodeaba la entrada principal.




Al entrar, fueron recibidos por un amplio y luminoso vestíbulo que conducía a las diferentes áreas de la casa. A la derecha, una gran sala de estar con cómodos sofás y una mesa de centro invitaba a relajarse. Ryu y Elena corrieron emocionados hacia las escaleras que llevaban al segundo piso, ansiosos por ver sus nuevas habitaciones.






Ryu tenia pensado poner posters de la selección Argentina vieja que tanto le gustaba, justo a su lado una foto de cada copa del mundo obtenida en el mundial 26, 4 copas del mudo antes de que llegaran los quirks al mundo hace varias décadas.




—¡Amigooo que piolaaa!— Exclamó, para escuchar pasos dirigirse a su dirección, de la puerta se asomaría Elena con una gran sonrisa.




—¡Me encanta!— Chilló cuando vio el cuarto de su hermano, caminando alrededor de este.




—Same boluda— Dijo con orgullo, pero luego pensó las palabras dichas por él mismo, sintiéndose una mina más.




Su rostro se sonrojo hasta llegar a sus orejas, Elena no pudo contener la risa y soltó una fuerte carcajada: —JAJAJAJAJA— Su hermana se comenzó a reír para molestia de Ryu que intento callarla, pero esquivo su intento se sofocación para bajar las escaleras sin parar de reírse.




—¡Ven la concha tu madre!— Soltando varios insultos, cuando salto desde el segundo piso al primero, pero se detuvo en seco cuando su hermana miraba cierto lugar.





—¡Te teng...!— No termino de hablar cuando también vio lo que había en el primer piso, una cocina amplia y moderna, nada comparada con la de casa que cuando el se cocinaba su propia comida se chocaba con su madre, esta cocina tenia todos los electrodomésticos necesarios. Junto a la cocina, encontraron un comedor elegante con una mesa grande donde podrían disfrutar de comidas en familia.





Caminaron a paso lento apreciando cada detalle que tenia su nuevo hogar, su boca abierta cuando esta casa era mil veces mejor que la que habían vivido toda su vida en Buenos AIres.Al final del pasillo, descubrieron una sorpresa: —...— Hubo un silenció en toda la sala de estar adicional que tenia una mesa de comer que, al ser transformada revelaba una mesa de billar. Los ojos de Ryu y Elene se iluminaron ante la idea de poder jugar un Pool en su propia casa.



 Los ojos de Ryu y Elene se iluminaron ante la idea de poder jugar un Pool en su propia casa

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—¡Mirá eso, Ryu!— Exclamó Elena, con estrellas en los ojos—. ¡Podemos jugar al Pool!





—¡Sí, va a estar buenísimo!— Respondió Ryu, igual de emocionado.




En ese momento, Carlos los atrapó con uno de sus brazos, envolviéndolos en un abrazo.—¿Y, qué opinan de la nueva casa?— Les preguntó con una sonrisa.




—¡Papá!— Exclamaron ambos, sorprendidos.





Ryu, sin perder el tiempo, lo desafió: —¿Qué te parece una partida de Pool, papá?




Carlos soltó una pequeña carcajada mientras los soltaba





—Me parece una idea genial— Aceptó la partida, Ryu se emociono apretando los puños.Elena se enojó al instante, cruzando los brazos.




—¡Yo quería ser la primera en jugar!





El rostro de Ryu lo adornaría una sonrisa traviesa, para responderle a su hermana: —Cante yo primero, así que te jodes y baila— Elena se ruborizó, recordando una vez que su hermano la encontró bailando a escondidas para hacer un video en la aplicación Ontituk para sus seguidores. En ese vídeo, ella gritó del susto cuando lo vio y luego le lanzó cosas para que se fuera.






Justo cuando estaban apunto de comenzar una pelea, Carlos intervino.




—Calma, calma. Primero tenemos que comprar las bolas, los palos y todo lo necesario para jugar al pool— Los hermanos se miraron y rieron. La emoción de estar en su nuevo hogar superaba cualquier rivalidad.




Ryu miró a su alrededor, buscando a su madre.





—¿Dónde está mamá?— Preguntó confundido.




—Fue a desempacar todo de las maletas— Respondió Carlos.





Elena corrió para ayudar a su madre y desempacar lo suyo. Ryu iba hacer lo mismo, pero su padre lo detuvo. Confundido, Ryu se giró a verlo, pero vio algo en sus manos que lo hizo sonreír. Ambos se hicieron los boludos para conectar la Play que habían traído con el cable HDMI a la televisión y encenderla, fueron al apartado de juegos y ahí esta, su sagrado FIFA.






—¿Qué equipo elegiré?— Se preguntó Ryu a si mismo, mientras movía las flechas para cambiar de equipo indeciso.




Su padre lo tenía claro y rápidamente optó por el nuevo equipo que fundó PSG hace décadas.




—Yo ire con el PXG— Respondió con toda seguridad. —Puedes usar el Manshine City o el Dortmund— Intento ayudar a su hijo que abrió los ojos con sorpresa.




A Ryu pareció brillarle un foquito al tener una idea clara. —El PXG es pollo— pulsando el botón X escogió a su equipo.




—Voy con el Bastard Munchen— Dijo Ryu con una sonrisa en su cara. Carlos se rio por lo bajo. Antes de que Ryu pudiera tocar de vuelta el botó X, su padre fue al apartado de edición de equipo.




—Faaa— Se quejó Ryu, dejando su joystick al lado. —Siempre lo mismo con vos, ¿Qué sos, director técnico? Pedazo de boludo— Termino por insultar molesto.




Carlos se rio mientras hacia cambiaba al arquero suplente por otro jugador.





—Yo solo haré este cambio— Informó, pero se contradijo cuando comenzó a cambiar a varios otros jugadores más, Ryu vio que esto llevaría tiempo y seria estúpido de su parte tampoco hacer nada, asi que agarro su control y se fue al apartado de formaciones para poner la 4-4-2, tocó X y el cambio se hizo exitosamente, luego tocó el círculo para salir y esperó unos minutos hasta que su padre hizo lo mismo para iniciar el partido.





Ryu y Carlos se enfrentaron en un apasionante partido de fútbol virtual. Ambos estaban decididos a ganar, ya que habían apostado a quien pagaría la comida ese día. El partido fue reñido, con ambos jugadores dando lo mejor de sí.




Finalmente, un pase al centro gracias a un tiro de esquina fue lanzado hacia la cabeza del jugador con más salto de Ryu, que intento cabecear pero el arquero lo atrapo hábilmente.





—Aun te falta mucho por ganarme, Ryu— Se burlo Carlos mientras movia a su arquero para visualizar a su lateral izquierdo, su hijo solo guardo silencio, para apretar el R2 y que su jugador corriera, cuando el defensor intento dar un pase largo.





—Daa— se quejo Carlos, tocando el botón Select para controlar al arquero y que volviera, pero era demasiado tarde, el jugador de Ryu se elevo y lanzo una chilena desde fuera del área de tiro, marcando el gol decisivo.







Ryu se levanto del sillón para caminar en silencio y ponerse a la derecha de Carlos que seguía en shock, tomando aire, acerco su cara para gritarle con todas sus ganas: —¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOL!— Carlos alejo con su rostro claramente enojado por el fuerte grito, Ryu comenzó a reírse de su padre cuando el arbitro finalizo el partido con un pitido.





—Toma, toma, toma, gol...— Termino por decir para sentarse y ver el resultado del partido, 4-3, su padre frunció el ceño en respuesta. Ambos no se dieron cuenta de que Emi había bajado por los gritos y los regaños no se hicieron esperar cuando vio la gran televisión que mostraba las estadísticas del partido completo.




Emi, como la madre y pilar de la familia, regañó a Carlos y Ryu durante varios minutos por su comportamiento infantil. Les recordó la importancia de ser respetuosos y de no hacer apuestas tontas. Aunque su tono era serio, no podían evitar sentirse un poco avergonzados por haberse dejado llevar.





—Debemos ir a hacer las compras, lo que hay en la casa no basta para todos nosotros— Informa Emi con molestia en su cara, Ryu es el primero en salir de su sonrojo para sonreir a su madre.



Desde Buenos Aires a U.A | Un argentino en Boku no Hero AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora