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Eran las 20:30hs y yo estaba a las apuradas, no me habia cambiado, ni peinado, y por supuesto, no me había bañado.
Me metí corriendo a la ducha, salí y tuve que correr hacia mi cuarto porque olvidé mis toallas, me sequé, me cambié (por suerte, mi oufit ya estaba listo) y habré estado como 15 minutos en el baño porque mi pelo parecía UNA MALDITA ESCOBA.

Se hicieron las 20:57 y yo recién salía de mi casa, me subí a mi nuevo ferrari, que obvio, me daba pena usar, y tuve que empezar a meterle fondo, yo solo pensaba en que si llegana viva a mi fiestita era porque Dios me estaba perdonando ser una universitaria (no universitaria ahora) tan desastrosa. Acabé llegando justo y cuando me asomé a la puerta de la discoteca, ya se oía la música desde afuera.

— ¿Usted es?

— Minji Kim, ¿puedo pasar?

— Pase.

Eso fue rápido, cualquiera podía falsificar ser yo a estas alturas.

Entré y lo primero que me asombró fue la decoración, se notaba que Jennie había participado en ella. Miré a todos lados buscando a mis amigos, no los encontré, pero estaba medio Seúl ahí, así que no me preocupé, meh, los encontraría luego.
Me dirigí hacia el DJ, el cual me miró y me reconoció.

— ¿Minji Kim, no?

— Mhm. ¿Sabe dónde están quienes organizaron esto?

— Suba las escaleras de allá y vaya a la derecha, hay un cuarto VIP —él señaló esa escalera—. Gracias.

Bajé y me dirigí hacia tales escaleras, varias personas se frenaron para saludarme, creo que la palabra que más utilicé en mi día fue gracias. Subí lentamente mientras pensaba cuantos años tendría que trabajar para pagarle esto a Bangchan y a quién sea que haya participado, cuando llegué, me asomé a la derecha y sí había un cuarto, pero no había nadie, entré y oí voces.

— ¿Qué hacen cogiendo en una discoteca? —grité tras oir gemidos, luego oí risas y me acerqué a ellas, ok, luego caí en que era una broma y ahí estaban todos.

— Feliz cumpleaños, nuevamente —saludó Bangchan—. ¿Cómo dejaron entrar a Hyein? Tiene 14.

— ¿14? Tiene 17 —dijo Jisoo y yo reí.

— Ahí está la mesa de tragos, ven apenas puedas~ —dijo Bangchan.

Oí un ruido y me asomé a la puerta, oh, era Pham. Espera, ¡¿era Pham?!

Me dejé ver y ella corrió hacia mí, prácticamente se abalanzó, si Hyein era pesada, ella lo era más.
Nos abrazamos y luego me miró sin antes reír.

— Tengo un regalo, no te esperes algo grande, eh —asistí, la verdad, lo que menos quería era algo grande.

Ella sacó un papel y me lo dio, alcé las cejas—. Léelo con paciencia.

Asentí y abrí la hoja.
Tardé un par de minutos, primero era una carta.

— ¡Sí quiero ser tu novia! —grité apenas vi la pregunta—, ¡pero sigue leyendo!

Sonreí y continué leyendo, mis ojos se abrieron en cuanto vi lo que me acababa de regalar.

— Hanni, ¿estás loca?

Ella rió—. ¿Debo ponerme feliz por la casa en Dubai, el viaje a Hawaii, el terreno en Eslovenia, por la Jeep o porque me pediste salir? O mejor me asusto por endeudarme.

— ¿¡Qué mierda?! —gritó Haerin.

— ¡¿De dónde saca dinero esta gente?! ¡Yo no tengo ni para un chicle!

Los que sí dieron regalos costosos rieron.

Hanni corrió hacia mí y me abrazó—. ¿Pero si quieres salir conmigo?

— Eso ni se pregunta, tonta, claro que sí —hice una pausa para abrazarla—, ¡Bangchan, el tequila!

Nos separamos y guardé el papel en mis bolsillos, luego, nos sentamos en unos sillones cómodos.

— Hanni, si cagas plata, ¿por qué no pagaste para salir de la cárcel? —preguntó Danielle, ella alzó los hombros—. Sonaba más divertido escaparse.

Ella tomó una botella de Aperol y sirvió la bebida en una copa.

— ¡Por el cumpleaños de mi ahora sí novia!

Paparazzi } bbangsaz [au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora