²⁸ [extra] (½)

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Estaba en casa de Hanni mientras mirábamos una película, en eso, mi novia se sobreexaltó.

— ¡Mañana es nuestra graduación y no tengo qué mierda ponerme! —gritó, silenciando cualquier ruido externo a su voz. En parte, yo ya tenía que ponerme, pero si ella no lo tenía, teniamos que salir y, uff, qué pocas ganas de salir tenía yo.

— ¿Tenemos que salir a buscar tu vestido? —ella me miró mal—. Pues obvio, ¿qué te piensas, Min? ¿Qué iré en calzones?

— No es una mala idea.

— Muérete.

— ¡Hey, soy tu novia!

— Cierto —ella hizo una pausa—, levántate y cámbiate, iremos al shopping.

Jadeé—. Pero ahí todo es caro.

— ¿Piensas que iré con una prenda de dos pesos con cincuenta a mi graduación?

— No —ella sonrió—. Eso pensé.

Me levanté con pocas ganas y me fui a cambiar a su cuarto, la realidad es que había estado en su departamento los últimos tres días y por suerte tenía mi ropa en su cuarto.

Subí y tomé unas prendas así nomás, sencillas, para ir al shopping. Ella subió y se desnudó para cambiarse, al verla, pensé que mi yo de hace cuatro años no se creería estar viéndola desnuda, siendo que recién iniciabamos nuestra relación.

En ese tiempo que pasé pensando, ella ya estaba cambiada—. Vamos, iremos en motocicleta porque sé que mis padres no me dejaran ir a buscar el coche.

Reí y ambas bajamos hacia el estacionamiento de nuestro departamento, sin embargo, yo sí tenía auto y, por algo eramos vecinas. Saqué la llave de mi auto de mi bolsillo y lo desbloqueé.

— Olvidé que tengo una novia con dinero —dijo ella—. Sigo sin superar que no pagaras la fianza para salir de la cárcel —respondí.

— ¡Vamos, eso pasó hace cuatro años, no jodas! —gritó ella entre risas.

Reí y nos subimos al coche, para luego dirigirnos hacia el shopping.

Manejamos hacia el centro comercial, y en serio, estuvimos horas viendo vestidos, en serio, HORAS.
Hanni no se decidía por ninguno, hasta que lo vio, lo visualizó.
Era un vestido rojo, algo largo, pero no bajaba de su rodilla, era con tirantes en los hombros y tenía un corset en la parte del torso, era divino.

— Ese quiero.

— ¿Crees que te entre? —dije.

— Vamos, no engordé tanto, Min —se rió ella.

Se probó el vestido y diablo, sí que le quedaba bien.

— Ok, sí, llévatelo, todo tuyo. ¿Cuánto sale? —dije.

— Un millón quinientos.

— Tome —y le di mi tarjeta a la vendedora, no me importó el precio con tal de ver a Hanni en ese vestido más de una vez. Tenía 27 años y en esos 27 años de vida, nunca le vi un vestido puesto a Hanni, así que nunca desperdiciaría la oportunidad de verla con un vestido que le quedase tan bien.

Hanni se quitó el vestido y lo pagué, me devolvieron la tarjeta y ella rió—. Eres como mi sugar.

— ¿Me estas diciendo vieja?

— Bueno, tú tienes 27 y yo 23...

— "Diablo, qué sufrimiento"—. Me burlé.

Ella rió y me dio un beso—. Es broma, eres como el vino.

— Oww, más linda.

— Lo sé.

Y ella robó mi tarjeta, luego la levantó antes de salir corriendo de la tienda—. ¡Hanni Pham, mierda!

Paparazzi } bbangsaz [au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora