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✧•°• Mal ejercicio, mal resultado °•°✧
 

 

 

  

  

  

  

  

  

  

 
 

Acaricié con cariño la mejillas de Lucifer, que dormía tranquilamente a mi lado. Desde ayer, que llegamos al hotel, me había rehusado a salir de la habitación y él se había quedado conmigo en todo momento, cuidándome.

Durante la tarde de nuestra llegada, Charlie había subido a la habitación para hablar con Lucifer sobre el regreso de Lilith. Y pese a que les sugerí ir a hablarlo en otro sitio, Lucifer insistió que yo también tenía que oír lo que diría; así que estuve atenta a cada palabra, apretando la mano de Lucifer como si eso me diera tranquilidad.

Cuando Lucifer aseguró que no quería volver a involucrarse con Lilith, no pude evitar ver a Charlie, temiendo su reacción…. pero ella se mantuvo comprensiva, con una sonrisa calmada. Eso me aliviaba profundamente.

—... hmmm….—

—Shh... Tranquilo, sigue durmiendo, Luci.— susurré, acariciando su cabello con mimo. Aún era demasiado temprano.

—... el pito de los patos tiene forma de resorte...— murmuró en sueño, haciéndome sonreír con ternura.

Un golpeteo en la puerta rompió la burbuja de silencio y tranquilidad que se había formado a nuestro alrededor, haciendo gruñir a Lucifer mientras se cubría el rostro con la almohada.

—¡Buenos días~!— saludó Charlie, entrando alegremente en la habitación con varios platos de comida en sus brazos. —Les traje el desayuno, ya que no sabía si querrían bajar a comer con nosotros o… seguir durmiendo.— rió al mencionar lo último, viendo como Lucifer seguía enfrascado en dormir.

—Sí, tu padre no durmió mucho anoche…— informé con ligera culpa. Lucifer me había acompañado en cada viaje al baño para asegurarse que no me desmayaría o algo.

—Oh… entiendo. Yo…— dudó, dejando los platos sobre la mesita de noche junto a mí. —... Quería pedirle que me ayudara con algunos ejercicios para.. los nuevos pecadores del hotel...— explicó. —¡P-Pero si está cansado, puedo hacerlo con Vaggie y los demás!— se apresuró a añadir.

—No hay problema. Yo te ayudaré.— sonríe.

—¿Segura?— insistió Charlie, algo cohibida.

—Claro ¿por qué no? Sigo siendo una empleada del hotel ¿no?—

—Pero estás….—

—Embarazada, sí. Pero no invalida.— interrumpí, cruzándome de brazos.

Charlie lo pensó durante unos segundos, haciendo una mueca de esfuerzo mientras pensaba.

—De acuerdo, yo… te esperaré abajo entonces.— sonrió con timidez, parándose antes de salir de la habitación. —Gracias…— añadió.

Y sin más, salió de la habitación. Miré a la mesita de noche y tomé la bandeja con huevo y tocino, comiéndolos sin mucha prisa.

  
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Luego de mucho insistir y batallar para que Lucifer me dejara ayudar a Charlie con sus ejercicios, ambos bajamos a la sala del hotel. Y Charlie no tardó en interrogarme con la mirada al ver a su padre –transformado en serpiente– enroscado alrededor de mis hombros, cabeceando por el sueño.

Rotos |Lucifer Morningstar × Fem! Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora