Rotos |Lucifer Morningstar × Fem! Reader|

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✧•°• Disturbio en el Cielo °•°✧

POV MIGUEL 😇

-..... Ahora.. ¿Podrías pasarme a mi hermano?- pidió Lucifer, arrastrando las palabras con furia. Aunque solo yo parecía notarlo.

Sonreí, incómodo, cuando Litz me tendió la esfera de comunicaciones, obedeciendo a la petición de Lucifer, sonriente. Preferí no montar una escena que pudiera empeorar mi situación actual con él.

Tomé la esfera y caminé hacia el exterior de la habitación, cerrando tras de mí.

-¡¡¿SE PUEDE SABER QUÉ PUTAS MIERDAS LE ESTÁS DICIENDO A LITZ SOBRE MÍ?!!- bramó Lucifer una vez estuvimos solos.

Contuve la respiración al ver sus ojos completamente rojos y sus cuernos sobre su cabeza. Aún me resultaba un incómodo ver esa forma que había adaptado tras su caída. Era aterrador... como un verdadero demonio.

-... Escucha, no fue mi intención decir algo malo ¿de acuerdo?- me defendí. -Solo repetí lo mismo que me dijiste a mí hace varios años: que no querías otro hijo luego de Charlotte.-

-¡¡¡NO ME HAGAS VER COMO EL PUTO MONSTRUO DE LA HISTORIA, MIGUEL!!!- rugió él, furioso. -¡¡¿ACASO OLVIDAS QUE FUISTE TÚ QUIÉN ME SUGIRIÓ TENER OTRO HIJO LUEGO DE QUE LILITH SE LLEVARA A CHARLIE DE MI LADO?!!-

Respiré hondo.

-Ya entendí, Lucero.- repliqué, exasperado. -Cometí un error, lo sé. Y lo lamento.-

-¡¡¿LO LAMENTAS?!!- Lucifer rió, paseándose por la habitación, peinándose el cabello hacia atrás con frustración. -... ¡Claro! Lo arreglaste todo con esa mierda ¿no?- escupió con ironía.

-Lucero, n...-

-¡No me llames así!- me interrumpió él, golpeando la pared con su puño; contuve la respiración al ver el agujero que generó.

-... Lucifer..- me corregí. -Te juro, en nombre de nuestro Padre, que no fue mi intención decirle eso a Litz y, enserio, me arrepiento.- admití. -Pero ahora mismo hay un tema más importante a tratar.-

Lucifer permaneció en silencio, frunciendo el ceño con enfado.

-... Litz me dijo que Lilith fue quién la secuestró para.... matarla.- expliqué.

Miré como los ojos de mi hermano se abrían al máximo, por la rabia. Y, a su espalda, sus alas se desplegaron, dejándome extrañado. ¿Qué pretendía hacer ahora?

-... No si yo la mato a ella primero.- gruñó.

-¡¿Qué...?!- exclamé, alarmado. -¡Espera, espera, espera!- ordené, apresurado. -¡No puedes subir al Cielo, Lucifer!¡Recapacita!-

-¡¡¡NO ME IMPORTA SI DEBO TUMBAR A GOLPES LA PUERTA Y PARTIRLE EL CULO A TODO EL QUE SE ME CRUCE!!!¡¡¡VOY A MATAR A ESA MALDITA PERRA Y TRAERÉ DE VUELTA A MI ESPOSA!!!-