✧•°• Todos merecen un arcoiris °•°✧
—¿Estás seguro?— pregunté por quinta vez en los últimos minutos. Exagerada, quizás; pero tras los últimos acontecimientos, prefería asegurarme.—Muy seguro.— respondió Lucifer acurrucado a mi espalda, abrazándome. —Miguel dijo que se encargaría de todo en el Cielo ahora que Padre está vacacionando en jugos gástricos.— rió.
—Ni me lo recuerdes…— pedí, sintiendo náuseas por la mera mención.
—Tranquila. Miguel es uno de los ángeles más justos que conozco, así que podemos relajarnos.— sonrió, dejando un suave beso en mi mejilla. —Ahora... ¿qué te parece si consiento a mi hermosa reina llenándola de besitos?—
Sonreí, divertida, mientras Lucifer comenzaba a besar mi cuello y hombros, haciéndome cosquillas; mientras bajaba, despacio, por mi espalda.
—Date vuelta…— ronroneó, demasiado sensual para negarme.
Me giré despacio, quedando frente a él que, con una mirada coqueta, recorrió mi cuerpo. Vaya que conocía esa miradita suya.
Los dedos de Lucifer se deslizaron hasta el centro de mi camisón de dormir, jugando con el nudo que lo mantenía cerrado y, de un –tortuosamente lento– tirón, lo deshizo. Con una sonrisa, Lucifer hundió su rostro en uno de mis senos, besando y lamiéndolo con suavidad; sacándome suspiros de placer.
Enredé mis dedos en el cabello de Lucifer, jalando de él en ocaciones, cuando él decidía succionar mi pecho con esmero. El sonido que producía Lucifer con su boca solo lograba hacer que mis bragas comenzaran a mojarse por la excitación, haciéndome apretar las piernas para calmarme.
Él se separó de mi pecho, deslizando su viperina lengua hasta atrapar mi otro pecho con sus labios, repitiendo sus acciones con este.
—... ahh... E-Espera, Luci….— gemí. No podíamos hacerlo.
—Shh… estás muy tensa, manzanita.— susurró él, bajando una de sus manos por mi cuerpo hasta colarla entre mis piernas temblorosas. —... Déjame relajarte y….—
—¡¡¡OYE, ENANO!!!—
—... ¡mierda!—
Chillé, avergonzada, cubriéndome hasta el cuello con las sábanas, rápidamente, cuando Adán entró en la habitación, azotando la puerta sin aviso. Lucifer gruñó, molesto, por la repentina interrupción; extendiendo sus alas para cubrirme con ellas.
—Adán, más te vale tener una muy buena razón para entrar así.— advirtió Lucifer, con un notorio enojo en su voz.
—¡Hey, a mí no me culpes!¡Fue su hija quién me pidió buscar a sus papis para la reunión!— se defendió el primer hombre, cruzándose de brazos. —De haber sabido que estaban ocupados cogiendo, me habría quedado afuera. No es como que disfrute verlos.— añadió.
—Entonces haz el puto favor de salir de aquí.— ordenó Lucifer, con firmeza.
—Bien. Pero más les vale sacar sus culos de esa cama y bajar. Los estamos esperando.— comentó antes de salir de la habitación.
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Rotos |Lucifer Morningstar × Fem! Reader|
FanfictionLuego del abandono de Lilith, Lucifer se encuentra deprimido, por lo que decide ir a un bar a desahogarse. Sin embargo, jamás se esperó que conocer a una curiosa imp que despertaría su atención. ¡Sumérgete en esta loca historia de amor!