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✧•°• ¡Qué arda el Cielo! °•°✧
- parte 1 -




-Lo siento, niña. No lo tomes personal....-

La espada de Lute se alzó sobre mí, haciéndome temblar de miedo. Le pedía a mis piernas moverse y huir, pero no respondían, ¡odiaba eso! Sólo pude abrazar mi vientre, queriendo -al menos- proteger a mi hijo.

Uno.....

... dos....

... tres segundos...

-¡¿Qué mierda...?!-

Abrí los ojos, viendo a Lute forcejeando con su espada a unos cuantos centímetros de mí, como si una barrera invisible detuviera su ataque. Miré a Miguel, pero al ver su expresión de asombro y confusión, supuse que él no lo había hecho.

Lute arrojó su espada, chasqueando la lengua con enfado, para abalanzarse sobre mí, sujetándome del cuello.

-¡¡¡NO!!!-

Una explosión de luz dorada sacudió el lugar, arrojando a Lute lejos de mí, estrellándola contra una de las paredes. Jadeé, confundida, incorporándome sobre el sillón.

Miré a Miguel, casi rogándole por una explicación, pero él permanecía con sus ojos fijos en mi vientre. Agaché la mirada, extrañada, notando que mi vientre brillaba con una luz algo tenue.

Palidecí.

-¡¿Q-Qué es esto?!- grité, alarmada, dando traspiés al levantarme.

-Tranquila, Litz, no te alteres.- pidió Miguel, poniéndose de pie.

-¡¡¿QUE NO ME ALTERE?!!- gruñí, exasperada. -¡Oh, claro!¡Es completamente normal que esto suceda ¿no?!- repliqué con ironía.

-Escucha, tu bebé está bien ¿si?- aseguró él, tomándome de los hombros para calmarme.

-¿Cómo lo sabes...?- cuestioné, comenzando a llorar, asustada. Si algo le pasaba a mi hijo, jamás me lo perdonaría.

-Tu hijo es un nephalem...- susurró Miguel, serio. -Es la unión de un ángel y un demonio.- especificó, al ver mi rostro de confusión. -¿Conoces todos los poderes de mi hermano?- preguntó.

-A-Algunos...- admití, sollozando.

-Es posible que tu hijo los tenga también.- explicó, tomándome del brazo para guiarme fuera de la habitación, caminando con rapidez. -Y si puede usarlos sin haber nacido, significa que es bastante poderoso...-

-¿A dónde vamos?- me quejé.

-A las puertas del Cielo...- respondió, serio. -Debes volver al Infierno antes de que mi Padre o mis hermanos noten esa onda de energía que desprendió tu bebé hace un momento...-

-¡No!- grité, soltándome de su agarre. -¡No iré a ningún lado hasta que me expliques qué carajos está pasando!-

Miguel permaneció en silencio, moviendo su mirada de un lado a otro, como si se cuestionara si debía o no el decirme lo que sabía.

-... Miguel...- lo llamé, asustada.

-..... Los nephalem fueron masacrados por el Cielo y...- me miró, entristecido. -... si saben que tu hijo es uno... me temo que los mataran a ambos, sin dudarlo.-

Rotos |Lucifer Morningstar × Fem! Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora