CAP 2

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Sus ojos se nublaron con lágrimas, dándole un aspecto lastimero mientras una lágrima recorría su pálida mejilla.
-"María José en esta vida, no podrás escapar, es mejor que mueras de una vez por todas!", dijo calle mientras exhalaba lentamente un anillo de humo, el humo se elevaba en el aire, entrelazándose y enredándose, su estrechos ojos color avellana eran realmente deslumbrantes.
María José no pudo evitar sentirse profundamente atraídas por esa belleza excepcional.

Antes, solo podía pensar en ella como una mujer cruel y malvada, sin haber descubierto nunca el profundo afecto que ella le tenía.

Incluso había llegado a la conclusión de que simplemente no la amaba y que todo se debía a su deseo posesivo y enfermizo.

Ella se giró, encontrándose justo con la mirada de sus grandes ojos húmedos, que asomaban debajo de las mantas.

Era una mezcla de tristeza y confusión, tan desamparada que calle no pudo resistir en deseo de abrazarla una vez más...

Pero sabía que no podía hacerlos, que solo volvería a asustarla.

Cuando la miraba, siempre recordaba la imagen de calle abrazándola en el laboratorio, y las lágrimas brotaban como si se hubiera roto un dique.

Calle bajo la mirada, caminando hacia el borde de la cama con grandes zancadas, y con suavidad secó las lágrimas de su rostro.

Una pizca de molestia y una ira contenida brillaron en sus ojos.

Como siempre ella dotavia se detestaba de esa manera.

¿Realmente amabas tanto a Mario Ruíz como para someterse a él?

-"No volveré a tocarte, pero tampoco pienses en escapar de nuevo", dijo calle, frunciendo el ceño con fastidió mientras apagaba el cigarrillo en el cenicero junto a la cama y se alejaba a grandes zancadas...

Una vez que se fue, María José comenzó lentamente a procesar la increíble situación en la que se encontraba.

Calle aún estaban viva, todo estaba bien, y la pesadilla aún no había comenzado. ¡Que alivio!

Ahora que había regresado, estabas decidida a no dejar que la historia se repitiera.

Envuelta en una toalla, María José se levantó con dolor de la cama y comenzó a inspeccionar su entorno, todo era extraño pero familiar.

Diez años después, y una vida de por medio, ya no era la misma María José cegada por el amor.

Recordó que estaba en la residencia de privada de calle, la Villa de la familia calle soto .

La habitación era amplia, decorada con una paleta de colores sobrios y elegantes: blanco,negro, gris y toques metálicos.

Emanaba una frialdad que la dejaba sin aliento como combinada a la perfección con la personalidad de calle.

Tras observar con atención, finalmente se acordó de mirarse en el espejo . Se acercó al tocador que calle había preparado especialmente para ella.

El tocador era de suave color lavanda, que se integraba a la perfección con el diseño general de la habitación.

Alzo la mirada hacia su reflejo en el espejo. Era el mismo rostro de siempre, pero mucho más joven.

En aquel entonces, estaba obsesionadoa con el estilo rockero de discotecas, incluso tenía su propia banda.

Siempre en busca de lo nuevo, su estilo era bastante exagerado, a menudo con maquillaje pesado.

¡Ese maquillaje tan recargado, tan fuera de lugar para su edad, solo conseguia arruinar su belleza natural!

Ahora, después de una noche de estragos, su maquillaje arruinado la hacía parecer como si acabará de salir de un pozo seco, con el pelo de mil colores como un nido de pájaros.

Calle la había "rescatado"de una montaña.

Aún tenía algunas hojas secas en el cabello...y sus uñas estaban llenas de tierra...

Su figura era casi plana como una tabla de lavar, con una cintura de avispa y con piernas cortas como un aeropuerto...
Comparada con su vida pasada, era simplemente lamentable.

No pudo evitar repetirse en silencio, "Está soy yo...está soy yo..."

Una vez que se quitó el maquillaje, su rostro tan feo era incluso difícil de mirar para ella misma, y mucho menos para calle.

Tomó el desmaquillante del tocador y comenzó a limpiarse, luego se cepillo los dientes, se lavo la cara y el cabello. Cuando salió, parecía completamente diferente.

Los colores del cabello eran temporales, se lavaban fácilmente.

Ahora, con su cabello oscuro y su rostro delicado y bellos son maquillaje, la chica del espejo le parecía increíblemente ajena.

A los dieciocho años, todavía lucía algo de grasa infantil, pareciendo una niña dulce y adorable.

Finalmente, fue al vestidor en busca de ropa, solo para darse cuenta de que aún no tenía ropa suya allí.

Apenas había estado aquí por un corto tiempo, y aunque calle le había comprado muchas ropas, estaban todas en un vestidor separado que ella había preparado en la habitación de al lado.

Así que solo podía tomas una camisa negra de Calle.

-"María José, tu, desgraciada !"

DERIVÉ (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora