CAP 21

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Cuando el psiquiatra vio a María José tan adorable y delicada entrando a su consultorio llevando un gallo sin plumas en las manos, su expresión pasó de la sorpresa al desconcierto en un instante, no sabía qué decir.

-"¿Supongo que tú eres la señorita Garzón ¿verdad?" dijo, levantándose para saludar.

Era un destacado profesor de psiquiatría y había estado observando las microexpresiones de la joven desde que entró por la puerta, ella parecía inocente y adorable, como si fuera solo una niña despreocupada. ¡Eso era totalmente diferente a la descripción que le habían dado los mayordomos y los guardias!

-Sí, soy pero hoy tu paciente no soy yo, es él. levantó a Jason, el gallo sin plumas, que tenía una mirada de desesperacion que partia el alma. dejando a Asher, que seguía a María José, con el corazón roto.

-"¿Me has llamado a mitad de la noche a toda prisa para ver a este gallo?"

-"Creo que sería mejor llevarlo a un veterinario, ¡solo soy un psiquiatra!" El doctor simplemente sintió que este era el golpe más duro que habia recibido en su carrera.

Pero la jovencita lo miraba con una expresión tan inocente y seria que le era imposible enojarse.

-"Sí, Jason tiene depresión, Doctor, ¿Podrías ayudarlo?" Los ojos de la chica estaban llenos de esperanza mientras hablaba con ternura, la situación dejó al psiquiatra entre la espada y la pared.

Mientras la chica hablaba con dulzura, la temperatura en la habitación bajó varios grados, el mayordomo sintió un escalofrio recorrer su espalda.

-"Doctor ¿Estás bien?", preguntó María José con una sonrisa inocente.

pero el ambiente era tenso Calle entró en la habitación con paso decidido, rodeando a María José con sus brazos, un aura fría y sombría envolvió la habitación, haciendo que la temperatura bajara aún más.

El médico de psiquiatría vio la oportunidad de salir y la aprovechó al instante, Asher también se escabulló, en ese momento, en el estudio solo quedaban María José y Calle, más el gallo que estaba a punto de ser "enviado al más allá".

-"¡Boo!, ¿estás celosa?"María José preguntó a sabiendas, acercándose a Calle y abrazándola con fuerza, sintiendo su cuerpo tensarse, María José sabía que ella aún no creía que sus afectos fueran genuinos, pensando que era solo otro de sus juegos.

-"No te pongas celosa, en mi corazón solo estás tú", dijo María José, acariciando suavemente la espalda de Calle, a pesar de ser la más joven, ella intentaba consolarla de manera torpe pero efectiva.

-"Ese médico no se compara contigo, ni tiene tu dinero ni tu influencia, y yo no estoy ciega", murmuró mientras se acomodaba en los brazos de Calle, sus manos delicadas acariciaron suavemente su espalda.

-"¿Por qué no dormimos juntos esta noche?", preguntó María José con dulzura mientras Calle la levantaba.

Esta vez, Calle la miró seriamente tratando de entender lo que había detrás de todo este cambio repentino, ella la conocía demasiado bien, todos los cambios y anomalías de ella hoy eran evidentes para ella.

Ella siempre mostraba su lado amable cuando estaba segura de que podia alejarse y abandonarla, pero hoy había sido excesivamente amable, ¿será que ya había encontrado una nueva manera de dejarla?

-"María José, ¿por qué de repente eres tan amable conmigo? ¿Qué truco estás jugando ¿Qué método planeas usar para dejarme? Tú deberías odiarme, despreciarme, alejarte de mí."

-"Supongo que..extraño tu cuerpo", dijo María José con una risita, lo que provocó que el guardia que escuchaba en la puerta se sonrojara intensamente.
"¡Es toda una experta! ¡Hasta con esas razones logra dejar a la señora Calle completamente desarmada!", pensó para sí mismo.

Calle se quedó sin palabras por un momento, los ojos brillantes de su amada, llenos de inocencia y pureza, tan claros, tan definidos en blanco y negro, no parecía que estuviera mintiendo.

-"Te llevaré a lavarte la cara", dijo Calle levantándose de golpe, tratando de ocultar el torbellino de emociones en su interior.

Los rastros de sangre en las mejillas de su amada ya se habían borrado en gran medida, pero todavía quedaban algunas marcas rojas en su hermoso rostro, se sentía un poco impotente, aunque sabía que ella probablemente estaba tramando algo nuevo, y ella simplemente caía en su dulce juego.

Después de pasar tres dias y noches ahogando sus penas en Brindis a la Luna, no se atrevia a volver a casa, temiendo enfrentarse a ella.

Pensó que seria recibida por una tormenta, que toda Villa Calle sufriría las consecuencias, pero inesperadamente, fue recibida por un cambio radical en la actitud de su pequeña chica.

En lugar de destruir Villa Calle, se mostró inusualmente pegajosa, este cambio la sedujo, ansiaba esa felicidad y calidez dificiles de encontrar, pero sabía que todo tenía un límite.

María José obedientemente siguió a Calle y luego, poco a poco, se puso a su lado, finalmente, con cuidado le tomó mano, cuando la tocó, claramente sintió cómo el cuerpo de Calle se tensaba nuevamente.

Los guardaespaldas escondidos en el pasillo murmuraban: -"¿Qué está pasando? ¿Esta niña está planeando algo nuevo para perjudicar a la señora Calle?"

No habían olvidado lo que María José había hecho para vengarse de Calle, sabía que ella no podia comer alimentos picantes, pero ella intencionalmente los añadió a su comida y Calle, a pesar de su alergia, los comió gustosamente, solo porque era la primera vez que María José le regalaba una sonrisa.

Decían que cuanto más hermosa era una persona, más venenoso era su corazón, María José, sin duda era un claro ejemplo de ello; no solo era problemática y tenía un corazón venenoso.

Aquel chile extremadamente picante casi le costó la vida a la señora y cuando se enteró de la alergia de la señora al marisco, a propósito, preparó una sopa de mariscos oscura y maloliente a propósito, y se regocijó al ver a Calle ser llevada al hospital, sin importarle su salud, entonces, ¿qué estaba planeando esta vez esta mujer, al comportarse tan fuera de lo común?

Calle llegó a su habitación y humedeció una toalla, se inclinó y con cuidado comenzó a limpiar las canchas de sangre de su rostro de su pequeña, con movimiento delicados, como si estuviera cuidando un tersoro invaluable.

Los largos y delicados párpados de María José parpadeaban como alas de mariposa, pareciendo una muñeca delicada en una vitrina de lujo.

-"Boo...emm...¿puedo ir a la escuela?" Su voz era suave, sus ojos verde oliva ligeramente nublados, y con timidez agarró la mano de calle que le limpiaba la cara.

En el siguiente instante, se escuchó un estruendo desde el segundo piso, seguido por el sonido familiar de cosas siendo destrozadas, Calle destrozó varios objetos grandes en la habitación, como si estuviera poseida por la locura.

Como aquella noche cuando se despertó por primera vez, irradiaba una furia que mantenía alejadas a las personas, la luz en la habitación era tenue, y la luz fría de la luna se filtraba por la ventana, proyectando una sombra oscura y amenazante.

Con una ira desbordante, pero sin hacerle daño, incluso María José podia ver las venas tensas en su frente y en el dorso de sus manos.

-"¿Así que este era tu plan, verdad, María José...? Pasaste toda la noche preparándote, solo para intentar escapar de mí."

-"Realmente has mejorado, ahora puedes aguantar tanto tiempo tratando de complacerme."

-"Parece...¿que he sido demasiado buena contigo?". Hubo un destello de hostilidad en los ojos de Calle, mientras María José era capturada y atada a la cama, tal como había sido encarcelada incontables noches antes.

DERIVÉ (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora