DERIVÉ (Caché)

CAP 37

María José sacó la cabeza del abrazo de
Calle, apoyándola en su hombro, con una mirada perezosa y soñolienta sobre los cadáveres en el callejón, tenía una visión excelente y, aunque antes no se había fijado, ahora notó que el cuerpo de Alan no estaba.

—"¿No tenías miedo? ¿Y ahora lo encuentras tan entretenido?" Calle la abrazó y la subió al auto, colocándola cuidadosamente en el asiento del copiloto.

Le abrochó el cinturón de seguridad con consideración, sus profundos ojos se acercaron mientras lo hacía, mirando directamente a sus claros y limpios ojos, como si buscara algo, María José sonrió levemente, extendió sus brazos alrededor del cuello de Calle con una sonrisa inocente y encantadora, dijo:

—"Es porque estás aquí por eso no tengo miedo".

En ese momento, una figura vestida con una sudadera negra, con la mayor parte de su rostro cubierto por un sombrero, pasó por delante del auto como si fuera casualidad, su mirada cayó en la escena dentro del auto, y un destello de intencion asesina broto en sus ojos por un instante. En ese instante, la sensación de peligro pareció pasar fugazmente, casi imperceptible pero no se le escapó a María José, quien giró la cabeza queriendo ver quién era.

Calle le sujetó la cabeza, obligándola a mirar sus ojos.

-"María José", Su voz, llena de nostalgia y un brillo borroso en sus ojos, la hizo sentarse derecha de inmediato.

Lo que había sentido en ese momento le era demasiado familiar, esa persona desprendía un aura de muerte, no parecía en lo absoluto estar vivo, pero con la cara mayormente cubierta por la capucha y sin girar del todo, María José no pudo ver quién era, sin embargo, había algo en esa presencia que le resultaba conocido, probablemente era alguien del pasado.

—"¿Boo.? Tengo mucho miedo, vámonos a casa, por favor", dijo María José, distraída, sintiendo un sudor frío en la espalda por el miedo que ahora era real.

—"¿Hay algún secreto que no me hayas contado, María José?", Calle sosteniendo suavemente el delicado rostro de la chica, miraba con una devoción que parecía desgarrarse en pedazos, su mirada se oscurecía cada vez más, como si quisiera devorarla en cualquier momento, aunque María José la había engañado, huido y luego capturada de nuevo, Calle nunca la había mirado con esa oscuridad y complicidad. ¿Habría descubierto algo?

María José, alarmada, apartó la mano de Daniela Calle de su cara y miró por la ventana, fingiendo estar enojada
.
—"¿No confías en mí?, así que crees que sigo teniendo algo con ese perro de Ruiz? él mismo admitió que me estaba acosando, ¿Que más necesitas para creerme?" María José sabía que debía desviar la atención de Calle así que llevo la conversación hacia Mario, esperando que, aunque Calle sospechara algo, se centrara en su supuesta preocupación por Mario dejando que su ira destruyera su lógica.

Además, ella actuó como si estuviera ocultando algo, lo que enfureció aún más a Calle al ver sus ojos contraerse con rabia, María José suspiró aliviada por dentro, Calle, al oír mencionar a Mario, su rostro se tensó de ira instantáneamente, de un tirón, apretó el cuello de María José, diciendo furiosa:

—"María José parece que dejarlo con vida hoy fue un error."

María José, en silencio, pensó: "Sí, sí, este perro ya debería estar muerto". Pero en su cara puso una expresión de terror:

—"¡Boo, no lo lastimes, por favor!"
María José pensaba: "¡Si, mátalo ya, no te detengas!"

—"Él es mi amigo de la infancia, crecimos juntos ¿cómo podría matarlo tan fácilmente..?" María José por dentro: "Ah, maldito Ruiz ojalá te pudras!"

Si Ciro hubiera estado ahí, seguramente habría admirado el valor de la chica, era una hazaña peligrosa, pero Calle, por muy enojada que estuviera, no podría hacerle daño de lo contrario María José ya habría cavado su propia tumba.

—MARIA JOSÉ, ¡no te arrepientas después!" Calle se sentía cada vez más furiosa, una familiar irritabilidad surgiendo dentro de ella, en ese momento, deseaba estrangular a la chica, pero aún no podía hacerlo, no podía soportar hacerlo.

Así que la joven fue lanzada fuera, y luego vio a Calle desmantelar un Rolls-Royce con sus propias manos, María José con ojos llenos de admiracion:

—"Mi Boo es impresionante, hasta desmantelar un auto la hace ver increible". Jijiji

En los ojos de Calle, eso solo agitó más sus nervios: ¿María José realmente se está burlando de mí con su risa? definitivamente la había consentido demasiado, así que la agarró de un brazo y la cargó sobre su hombro.

—"¡Ahhh, Daniela Calle eres un demonio! ¿Qué piensas hacer?, gritó María José, luchando con falsa desesperacion.

—"Obviamente..¡hacerte mía!", respondió Calle con firmeza.

María José, en su mente: "Boo eres increíble, justo lo que queria".