CAP 9

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Antes de que María José pudiera asentir, el antes dócil Johan  ya había llamado al
camarero, ¡pidiendo que trajeran diez cajas más de cerveza!

María José frunció el ceño, se acercó a Johan fingiendo que iba a golpearlo.

Johan se apartó rápidamente y,con
gracia, dijo: —¿Quién fue el que dijo que la cerveza corona no te derriba, cerveza Águila no te embriaga Además, ¿no es suficiente motivación el saber que Manuela está aquí?"

—"Cuando bebes conmigo, aunque sea
agua del grifo, terminas borracha",dijo Johan  con una sonrisa.

—"Ya no inventes!" pensó María José con una sonrisa en la cara.

—"Johan, eres un estafador.¡Hoy veras lo que te espera!"

El deseo de ganar se apoderó del
corazón y la mente de María José, quien
olvidó completamente que originalmente había venido a buscar a Calle, quien todavia estaba lamentándose con una botella de alcohol. Afortunadamente, ella tenía una buena resistencia al alcohol.

"Si vamos a competir, debe haber
consecuencias.Si ganas, Instituto
Montenegro no volverá a buscarte
problemas y seré tu subordinada."
Manuela prometió con firmeza. Era alta,
con rasgos definidos y una actitud despreocupada que atraía.

Y si pierdes, tendrás que ser mi novia por un mes, ¡y sin maquillaje! dijo.

—"Claro, claro hace años que no veía a
alguien tan ciego para fijarse en ti."
"Garzón, ¿no deberíamos dejarla ganar?" Johan, al escuchar esto, se iluminó, ansioso por vender a su jefa.

Curiosamente, Garzón no era fea, más
bien, sorprendentemente hermosa. Sin
embargo, era conocida por su falta de
decoro y su gusto por el maquillaje y
peinados extravagantes, que llevaban a
la gente a cuestionar cómo sería su rostro sin ellos.

Ella era el prototipo de chica mala del
colegio, pero Johan sabía que, aunque
parecía feroz, solo se enfrentaba a
matones que extorsionaban a los
estudiantes y nunca molestaba a nadie
más.

—"Favoritismo? No hay lugar para el
favoritismo, que yo no soy una santa",
desafió María José.

—"Linda... ¡has despertado mi deseo de ganar!" María José inmediatamente agarró una caja de cerveza y la puso sobre la mesa, bajo las luces coloridas, sus piernas blancas se cruzaban.

La chica de enfrente tragó saliva,
mostrando una sonrisa triunfante.
—"Chica estás avivando el fuego",dijo ella

—"Pues déjame apagarlo. ¿Quién te crees, una dictadora?", respondió María José.

Agarró una botella de cerveza y la agitó
con fuerza antes de abrirla con los
dientes y dirigirse hacia Manuela y sus secuaces, la escena era como si estuviera
apagando un incendio.

Los secuaces temblaban: era la primera
vez que veían a su jefa coquetear con
frases tan cursis. También era la
primera vez que veían un método tan
inusual pero efectivo para calmar las
cosas. ¡Querian aplaudir a Garzón!

—"Qué tal, se apagó el fuego? Si no es
suficiente, tengo algunas cajas más."

"Eres la chica más interesante que he conocido, ¡has despertado mi interés!" Dijo Manuela

María José se llevó la mano a la frente.
¿Cómo era posible que algo tan irritante
fuera tan dificil de resistir? Estaba a
punto de atacar cuando Johan la detuvo.

"Mantén la calma. Cuando esté borracha, la llevaremos a un callejón y la ataremos en una bolsa".dijo Johan

—"Está bien'", asintió María José, sintiéndose mucho más aliviada.

Manuela, lejos de enojarse cuando le
rociaron la cara con cerveza, extendió
su lengua para lamer las gotas que
habían llegado a sus labios. Sus ojos se clavaron en María José, como si
le dijera:"No podrás escapar mí!"

Johan, viendo la expresión coqueta de
Manuela, se sintió un poco desplazado.
iLa influencia de Garzón era increible!
Tan rápido había convertido a su
enemiga en una aduladora.

Llegaron más cajas de cerveza. No había
muchas personas en cada bando, justo
cinco en cada lado, un total de diez
personas. Después de ocho cajas, ocho
personas ya estaban tumbadas, beber
una caja entera ya era un logro impresionante.

Johan, también, terminó acostado en el
sofá, abrazando a otro joven y durmiendo, en ese momento, solo María José y Manuela seguian despiertas en la mesa, durante su larga sesión de beber, muchas personas habían venido y se habían ido, rodeando la mesa para ver el espectáculo.

"¿Esa es Garzón? No parece nada como en los rumores, parece tan dócil y tierna".

—"¿Qué? ¿Esa es Garzón? ¿No se suponía que se había suicidado? ¿Qué hace aquí en el bar?"

—"¿Deberíamos contarle a Paula?"

Cuando Paula Galindo escuchó que María José no solo no se había suicidado, sino que también estaba disfrutando en el bar, sus uñas se clavaron en su carne.
Parecía que el plan que samuel había
ideado habia fallado, ¿ni siquiera él pudo
hacer que esa mujer se cortara las
muñecas?

—"María José, no creas que por no suicidarte podrás quedarte tranquila junto a Calle", pensó Paula Galindo mientras llamaba a Mario, derramando algunas lágrimas falsas y, de paso, dando la dirección de mientras tanto, María José seguia bebiendo en la mesa, con la multitud animándola cada vez más.

Después de terminarse otras dos cajas,
aunque ambas estaban un poco
mareadas, se mantenian firmes sin caer.
iEra dificil decir quién ganaba!

—"Guau, guau, guau,ustedes dos son
unos titanes! Soy el gerente de Brindis a la Luna", exclamó el encargado del local.

—"Admiro su resistencia al alcohol, ambos merecen el titulo de "invencibles", pero si siguen asi será dificil determinar un ganador"

"iQué tal si yo me encargo de decidir
quién gana?", propuso el gerente, quien
ya habia estado observando la situación
en la mesa, había demasiada gente
curiosa alrededor y no querian problemas por el exceso de alcohol.

—"Está bien, me gustaría ver qué ideas
tienes para determinar un ganador",
respondió uno de ellos.

—"Mi pequeña Garzón si pierdes, tendrás que ser mi novia, jaja!", bromeó Manuela, ya bastante ebria pero aún de pie.

María José había bebido bastante,
sintiéndose ligera como una pluma.
Cuando el gerente sugirió arbitrar, ella
levantó la cabeza, su rostro tierno
estaba sonrojado, su cabello negro caía libremente, inocente peroseductor haciendo que las personas presentes tragarán saliva.

—"Estás perdida! Yo Garzón, en toda mi vida, lo que menos puedo tolerar es
perder", dijo con determinación.

—"Dado que ambos han bebido mucho y la regla es que el primero en caer pierde..".

—"Así que, ¿qué tal si uno de ustedes sube y baila? Si pueden completar toda la canción sin caer, entonces serán los
ganadores".

—"Pondré la misma canción para ambas quien caiga primero, pierde ahora pueden elegir el baile que mejor se les dé."

María José miró a una  Manuela tambaleante al otro lado de la mesa, el deseo de ganar la invadió

—"yo elijo pole dance". desafió María José con una mirada desafiante.

DERIVÉ (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora