CAP 15

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Ciro, asustado hasta el extremo, se apartó rápidamente de María José, en el momento en que ella agarró su corbata, sintió que la muerte lo rozaba la sensación fue aterradora.

—“¡Claro que sí!” María José con la Cabeza, sintiéndose un poco mimada. ¡Su mujer era bastante considerada! Pero ella no era tan delicada, solo estaba deshaciéndose de dos basuras.

—“María José te estás pasando, Paula y yo somos inocentes, esa mujer misteriosa contigo, ¿De dónde la sacaste?” Mario, el orgullo de la familia Ruiz nunca había experimentado tal humillación, pero con tanta gente mirando, se contuvo para no golpear a María José, si no fuera por eso ya le habría dado una paliza

—“Hermana ¿Por qué me malinterpretas todo? Desde niñas crecimos juntas, sé que mi salud no es buena y no puedo competir contigo. Paula comenzó a llorar, añadiendo a su aspecto vulnerable por haber sido abofeteada por María José.

La multitud murmuraba, criticando en silencio la crueldad de María José, pero nadie se atrevía a enfrentarla, la reputación de María José era aterradora, los que se entrometían en sus asuntos solían terminan mal.

“Bueno, al menos la hermanita tiene algo de conciencia”. María José asintió, jugando su papel junto a Paula.

—"Pero la conciencia no es suficiente necesitamos un poco de castigo para que me sienta mejor”.

—“Ciro, deja inconscientes a estos dos perros y tíralos en la zanja de aguas residuales.” Una vez que María José habló, Ciro se sintió aliviado, agradecido de que no fuera para él esta vez.

Siguiendo las órdenes, su imponente figura apareció detrás de ellos en un
Instante, todo sucedió tan rápido, sólo se escuchó un grito agudo simultáneo de ambos, ciro cargó a uno en cada hombro y salió caminando, con un paso que denotaba alegría, casi apunto de saltar de felicidad.

“¿Qué miran? ¿Acaso creen que el bar es n mercado?; Váyanse a beber, quien no lo haga, también lo tiraré en la zanja.” Con una mirada feroz de María José, la multitud se dispersó rápidamente, cada uno deseando poder esconderse, esperando no ser el próximo objetivo.

En el segundo piso, Nela  tenía un cigarrillo sin encender en los labios y observaba la escena abajo con una sonrisa burlona.

—“Dicen que eres un salvaje”, le dijo a Calle.

—“Parece que la familia Ruíz ya no es
Necesaria”, dijo Calle con frialdad, su estado de ánimo mejorando al ver a los dos desmayados, siendo sacados, para la familia Calle deshacerse de la familia Ruiz era tan fácil como aplastar una hormiga.

María José terminó su tarea y se preparó para llevar a Johan y a sus secuaces, pero mientras se abría paso entre la multitud, chocó con alguien.

Era alto y en el momento del choque, María José se tambaleó, ya mareada, perdió el equilibrio y estaba a punto de caerse, pero esa persona, rápida de reflejos, extendió la mano estabilizando a la joven.

El rostro del hombre, increíblemente guapo, estaba justo frente a ella, una sensación de familiaridad y extrañeza hizo que la respiración de María José se detuviera momentáneamente.

—“Jovencita, si has bebido demasiado, no deberías andar sola, ten cuidado de no encontrarte con alguna mala persona.” El hombre comenzó a hablar, sus labios apenas se movían, y su voz era baja y seductora, con un tono frío y distante.

La larga figura del hombre ya se había vuelto a mezclar con el colorido ambiente del bar, como si nunca hubiera estado allí.

—“Señorita Garzón, ¿qué tanto mira?, la señora Calle la está llamando arriba”. Ciro regresó y encontró a María José con una mirada distante.

Pero antes de que Ciro pudiera reaccionar, María José se deslizó como una anguila entre la multitud.

“¡Diablos! ¡Garzón se escapó de nuevo!” Aby escupió su trago. Maria José era increíble, haciéndose pasar por inocente para relajar la guardia de Calle y luego escapando.

“En este juego peligroso, Garzón prueba constantemente los límites de la vida y la muerte, ¡Yo no me atrevería a jugar tan peligrosamente!” pensó.

DERIVÉ (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora