La oficina estaba sumida en silencio, salvo por el zumbido constante de las luces fluorescentes. Tsunade, la dueña de la empresa de medicina, se reclinó en su silla giratoria, hojeando unos documentos. Sus ojos estaban cansados y tenía un evidente bostezo en su rostro.
Shizune, su asistente personal, estaba sentada en sus piernas, con un portapapeles en mano. Leía la lista de citas del día, mientras Tsunade asentía.— ¿Algo más para hoy, Shizune?
__ oh... El evento de calidad y donaciones es a las 6
— ¿Evento de calidad y donaciones?— repitió Tsunade, mientras revisaba su agenda, con una expresión ligeramente preocupada.
Shizune asintió con la cabeza.— Así es, Tsunade-sama. El evento es importante para recaudar fondos para los proyectos de investigación de la compañía. ¿Quieres revisar la lista de invitados y los discursos que debes dar durante la ceremonia?
Tsunade soltó un suspiro en señal de asentimiento.
— Sí, por favor. Entregámela. — extendió su mano, esperando que Shizune le entregara el portapapeles con los detalles del evento y la lista de invitados.Mientras Shizune entregaba los documentos a Tsunade, un pensamiento cruzó su mente. Observó cómo la mujer pasaba las hojas, leyendo los nombres de los invitados con expresión seria. Se detuvo un momento y decidió abordar el tema.
— Tsunade-sama —dijo con voz suave, captando la atención de la otra.
Los ojos de Tsunade se despegaron de los documentos y se enfocaron en ella, con curiosidad.— ¿Sí, Shizune?
Shizune vaciló por un momento, preguntándose si debía abordar el tema en mitad de la oficina. Sin embargo, decidió seguir adelante.
— Es solo que... me pregunto cuándo haremos pública nuestra relación — murmuró, jugando con un bolígrafo en sus manos. Su voz era apenas audible, para que nadie más pudiera escucharlas.Tsunade notó la expresión ligeramente herida en el rostro de Shizune y se enderezó en su asiento. Pasó la mano por su cabello, visiblemente incómoda.
— Shizune, ya hemos hablado de esto... — murmuró, con un tinte de frustración en su voz.
Shizune la miró con una mezcla de tristeza y confusión. Por un lado, deseaba que su relación fuera más que solo una aventura secreta, pero al parecer, Tsunade no estaba lista para dar ese paso.— Ya lo sé, pero... — Shizune suspiró, tratando de mantener la calma. — Llevo años a tu lado, Tsunade. No es solo una aventura para mí. Quiero que nuestra relación sea algo más serio. Quiero poder llevarte a citas, tomarte de la mano en público... simplemente quiero que todo sea real.
Tsunade se quedó en silencio por unos momentos, sin saber cómo responder. Lo cierto era que ella también estaba enamorada de Shizune, pero tenía sus razones para mantener su relación en privado. Era temerosa de exponer su vida personal a los ojos del público y que afectara su imagen pública como exitosa empresaria.
— Shizune, lo que tenemos... es algo especial para mí también. Pero no puedo arriesgarme a que nuestra relación se haga pública — admitió Tsunade, aún manteniendo un tono suave. — La empresa es mi prioridad. Mi imagen como empresaria podría verse manchada si se descubriera nuestra relación. Simplemente no es... conveniente en este momento.
Shizune sintió una mezcla de tristeza y resignación. Se esperaba esa respuesta de parte de Tsunade, pero aún así, le dolía. Sabía cuánto se esforzaba para mantener su vida privada oculta y lo importante que era su carrera para ella.
— Entiendo — murmuró Shizune, con un suspiro. — No volveré a mencionarlo.
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.A las 5 de la tarde, tanto Tsunade como Shizune estaban en casa preparándose para el evento de calidad y donaciones. Tsunade se encontraba en su habitación, eligiendo con cuidado su atuendo para la ocasión. Sabía que debía lucir elegante y poderosa, pero al mismo tiempo conservar su aspecto profesional como exitosa empresaria.