consejos de amor de Jiraiya

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Era una tarde tranquila en la oficina de la Hokage. Shizune, como siempre, estaba ocupada revisando papeles, mientras Tsunade observaba la pila creciente de informes con una mezcla de fastidio y desesperación. De repente, su mirada cayó sobre un pequeño cofre que había olvidado por completo. En su interior, una carta amarillenta con un sello familiar. El sello de Jiraiya.

Tsunade recordó vagamente cuando Jiraiya le entregó esa carta, con una sonrisa traviesa en su rostro y palabras crípticas: "Ábrela solo cuando sientas algo especial por alguien". Tsunade, como siempre, había ignorado la advertencia, pensando que se trataba de otra de sus bromas inmaduras. Pero ahora, sentía curiosidad.

"¿Algo especial por alguien?" pensó, mirando a Shizune desde el rabillo del ojo. Últimamente, había sentido una conexión más profunda con su asistente, más allá de la mera camaradería. Algo que no podía definir. Sin pensarlo mucho, rompió el sello y comenzó a leer la carta.

"Querida Tsunade,"

"Si estás leyendo esto, es porque, finalmente, has encontrado a esa persona que te hace sentir mariposas en el estómago. Pero dado que sé que eres terrible con este tipo de cosas, he decidido ayudarte con algunos consejos infalibles para conquistar su corazón."

Tsunade levantó una ceja. ¿Consejos de amor de Jiraiya? Esto solo podía terminar mal. Pero, por alguna razón que ni ella misma comprendía, siguió leyendo.

"Consejo 1: Hazle un cumplido inesperado, algo que nunca haya escuchado antes. Pero asegúrate de que sea sincero."

Tsunade miró a Shizune, quien estaba sumida en su trabajo. Pensó en todos los cumplidos típicos: que era leal, trabajadora, amable. Pero Jiraiya decía "algo inesperado". Así que, sin pensarlo mucho, soltó:

—Shizune, tus habilidades con la contabilidad son… sensuales.

Shizune se congeló, levantando la vista lentamente.

—¿P-perdón? —preguntó, sin estar segura de haber escuchado bien.

—Nada —Tsunade se encogió de hombros, ya arrepintiéndose de haber seguido el consejo.

Shizune parpadeó varias veces, claramente confundida, pero volvió a su trabajo.

Tsunade, decidida a no rendirse tan fácilmente, continuó con el segundo consejo.

"Consejo 2: Invítala a hacer algo inusual, algo que la sorprenda."

Tsunade frunció el ceño, tratando de pensar en algo. ¿Qué podría sorprender a Shizune? Después de unos minutos, sonrió.

—Shizune, deja esos papeles. Vamos al onsen, mi invitación.

Shizune se sonrojó, claramente sorprendida, pero aceptó. Era raro que Tsunade sugiriera algo tan relajante en medio del trabajo. El onsen parecía una buena idea... hasta que Tsunade, nerviosa por la cercanía, intentó seguir el tercer consejo de Jiraiya.

"Consejo 3: Cuando estés cerca de ella, mírala fijamente a los ojos durante unos segundos, luego sonríe y di algo suave, casi como un susurro."

Mientras ambas estaban relajándose en el agua caliente, Tsunade giró su cabeza hacia Shizune y la miró fijamente. Shizune, confundida por la intensidad de la mirada, se removió incómoda en su lugar.

—Tsunade-sama, ¿pasa algo?

Tsunade, recordando el consejo, sonrió levemente y susurró:

—Tus... habilidades ninja son… muy impresionantes.

Shizune la miró en silencio durante unos segundos, sin saber si estaba siendo halagada o si Tsunade había bebido demasiado sake antes de entrar al onsen.

—¿Eh? —preguntó, todavía procesando lo que acababa de oír.

Tsunade, sintiendo el calor subir a su rostro (y no por el agua caliente), decidió que era suficiente por un día y se hundió un poco más en el onsen, deseando que el agua se la tragara.

Los días siguientes fueron igual de incómodos. Tsunade seguía intentando seguir los consejos de la carta de Jiraiya, con resultados cada vez más desastrosos. Intentaba elogiar a Shizune de maneras cada vez más extrañas, organizaba pequeñas sorpresas que siempre salían mal, e incluso trató de darle un regalo romántico: un colgante que, accidentalmente, resultó ser un amuleto de mala suerte.

Finalmente, Shizune, quien había estado notando el extraño comportamiento de Tsunade, decidió confrontarla.

—Tsunade-sama, ¿por qué ha estado actuando tan… extraña últimamente?

Tsunade, suspirando derrotada, sacó la carta de Jiraiya y se la entregó a Shizune.

—Es por esta carta. Jiraiya me la dio antes de… ya sabes. Dijo que la abriera si alguna vez sentía algo especial por alguien. Y, bueno… pensé que me ayudaría a decirte lo que siento. Pero todo ha salido mal.

Shizune leyó la carta en silencio. Cuando terminó, miró a Tsunade con una expresión suave, pero divertida.

—Tsunade-sama, yo también recibí una carta de Jiraiya —dijo, sacando de su bolso un sobre con el mismo sello.

—¿Qué? —Tsunade se quedó boquiabierta mientras Shizune rompía el sello y comenzaba a leer en voz alta.

"Querida Shizune,"

"Si estás leyendo esto, es porque finalmente te has dado cuenta de lo que sientes por cierta rubia testaruda. Pero como sé que eres tímida y reservada, aquí tienes algunos consejos para conquistar su corazón."

Tsunade no pudo evitar soltar una carcajada. Ambas tenían cartas idénticas.

—Ese maldito… —murmuró, pero no pudo evitar sonreír, mientras sus ojos se cristalizaban.

El giro, por supuesto, era que Jiraiya siempre había sabido lo que ocurría entre ambas, mucho antes que ellas. Ambas se miraron, y en ese momento, no necesitaron más cartas ni consejos.

—Shizune —comenzó Tsunade—, creo que Jiraiya era un idiota, pero tal vez tenía razón en algo. No necesito más consejos para decirte que… me importas. Más de lo que había querido admitir.

Shizune sonrió, dando un paso hacia Tsunade.

—Lo sé, Tsunade-sama. A mí también me importas. Mucho.

Y así, entre sonrisas y recuerdos del viejo sabio, las dos se dieron cuenta de que lo que sentían no necesitaba consejos, ni trucos pero ambas los apreciaban. Se abrazaron y miraron al cielo. Tsunade susurró "Espero que nos veas desde el cielo"

El onsen son las aguas termales, pa' quien no sepa, espero su estrellita y los amo con mi corazoncito de pollo<333

Tsunashizu One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora