POV ENID
Miré a Yoko a quien jamás había
visto tan dolida antes. ¿Qué había
pasado? ¿Por qué si lo sabía jamás
me lo dijo? ¿Por qué no se lo dijo a
Sebastian?Ella era mi mejor amiga. Era como
un ejemplo a seguir. Uno que esta
noche se había venido abajo. Ya no
sabia que pensar de ella, no sabía
que creer de ella. Lo único que
tenía claro es que, sea como sea,
yo la amaba. La amaba y estaría
con ella hasta el final. Lo habíamos
prometido años atrás y hasta la
fecha eso no había cambiado.-Enid yo...
-No digas nada. No lo hagas.
-Escúchame, yo...
-Para... no es necesario que digas
nada. Es más que obvio que me
debes una explicación de lo que
pasó, a mí y a muchos... pero no
es el momento, Yok. Tu hijo está
allá arriba y te necesita más fuerte
que nunca. Ya habrá momento de
hablar.No tomó más de un minuto cuando
ella se puso a llorar en mis brazos.
Había cometido un terrible error y
cada lágrima que dejaba caer estaba repleta de arrepentimiento, era obvio al verla de esa manera. Esa noche me quedé a dormir con ella en la habitación de Nicholas. No volvimos a saber nada de Sebastian, ni del otro chico Charlie...-Ve a casa Ens, estás cansada y
necesitas dormir.-¿Estarás bien aquí sola?
-No estoy segura... pero es mi pena,
no la tuya. Ya he huido de mis
problemas por mucho tiempo, es
hora de que los encare.-Te llamaré en cuanto llegue a
casa ¿Está bien? Si necesitas algo...
cualquier cosa... no dudes en llamarme.-Gracias Ens, por todo.
-No hay de qué. -Dejé un beso en su
mejilla y otro en la frente de Nick y
par tí a casa.Había sido una noche terrible. Todo
lo que había pasado fue demasiado
para apenas unas pocas horas.
Cuando llegué a casa, saludé a
Max y lancé los zapatos tan lejos
como pude, ni siquiera me había
quitado la ropa, nada podía ser más
incómodo. Justo cuando estaba por
dormir un poco, el teléfono sonó.
me quejé un poco, pero pensé que
podría ser Yoko, así que volví al
living y contesté.-¿Sí? Diga...
-¡Hola, muy buenos días! Disculpe...
es que... es difícil. Estoy buscando a alguien, pero no sé si es el número
correcto.-¿Con quién desea hablar?
-¿Es la residencia Sinclair?
-Sí... soy Enid Sinclair. ¿En qué puedo ayudarle?
-Oh, señorita Sinclair, un placer. Mi
nombre es Rachel Marín y estoy
tratando de localizar a una persona.
Encontré este número en un viejo
directorio y no sé si usted pueda
localizarla.-Bueno... haré lo que pueda. ¿A
quién está tratando de localizar?-A una señorita. La conocí hace ya
un tiempo. Su nombre es Wednesday Addams. -Entonces el cansancio se esfumó y mi corazón se apretó al escuchar su nombre. Había pasado tanto tiempo... ¿Cómo es que siguen buscándola? -¿Señorita Sinclair? ¿Me escucha?-¿Qué? Ah sí... Ahm... sí... yo
conozco a Wednesday.-Oh... ¿De verdad? Temía que
fuese el número equivocado o que
lo hubiera cambiado. Hablé hace
algunos días y me dijeron que no la
conocian. Disculpe... ¿Podría hablar
con ella? -No podía ser. Esto no
podía estar pasándome... no ahora.
Sentí como la tristeza me invadía, y,
por más fuerte que quisiera ser, las
lágrimas comenzaron a correr por
mis mejillas.-Lo siento... siento que se entere
así... pero la señorita Addams falleció hace 3 años. -Entonces hubo un silencio que me pareció eterno.-Oh dios mío... yo... lo siento tanto.-Escuché como del otro lado de la bocina había comenzado a llorar también. -No... no tenía idea. Es decir... sí lo había creído ya que, ella nunca volvió a llamarme, pero... pero había tenido la esperanza de que... lo siento. ¿Eran muy cercanas? -Vaya, esta mujer si sabía hacer preguntas incómodas.
-Era... de hecho, era mi prometida.
-Oh querida... lo siento tanto. Yo no
sé qué decir...-No hace falta. Ha pasado... mucho
tiempo. señora Marín, disculpe que
pregunte, pero... ¿Qué necesitaba
con Wednesday?-¡Oh! Disculpé... lo olvidé por
completo. Esto me tomó por
sorpresa. Pues verá, ella vino a
Nueva York hace un par de años a
proponer su libro. Su primer libro. Yo era su editora, en editoriales
Allen.-Ya veo... lo siento, pero no acabo
de comprender.-Pues verás, querida... Después,
cuando todo el desorden de Nueva
York se calmó un poco, exploré las
cajas donde se habían salvado un
par de cosas. Entre ellas, estaba
este viejo directorio en el que
tenía este número anotado y una
increíble aún útil USB, donde estaba guardado el libro de Wednesday. Listo para publicarse. -Mi corazón se contrajo un poco más. Su sueño más grande en el mundo, justo el que no había podido cumplir.-¿A dónde quiere llegar?
-Bueno... ella nunca volvió a llamar
después de aquel día, así que
consideré lo peor, pero hace un par de semnanas encontré todo esto y...
quise ver si aún quería que fuese
publicado. Quería saber que decía...
por eso llamaba, quisiera saber si
aún podría publicarse.-Pues... es una pena que Wednesday ya no esté aquí para contestar.
-Pero estás tú, linda. -Dijo casi
interrumpiéndome.-¿Yo?
-Dices que estaban comprometidas
¿No? Seguro conocías muy bien
a Wednesday. Seguro sabías que
anhelaba esto. -Claro que lo
sabía. -No lo sé... yo... quisiera
preguntarte... ¿Me dejarías? ¿Serías
tú quién firme los derechos del
libro?-Señora Marín... yo... no sé... no
creo que...-Creo que Wednesday lo amaría. Creo que así podría tener un poco más de paz donde sea que se encuentre. Podría ser un homenaje a su memoria. Algo para que todos sepan que ella existió. Que todos puedan ver la hermosa persona que fue. -A estas alturas no podía dejar de llorar.-¿Qué dice señorita Sinclair? ¿Estaría dispuesta? ¿Lo haría por ella? -
Me quedé en silencio por algunos
segundos.-Yo... haría cualquier cosa por ella,
señora Marín. Pero esto... no lo sé.
Ya ha dolido demasiado. ¿Me... me
permitiría pensarlo un poco?-Claro que sí, linda... lo que
necesites. Puedes llamarme a este
número, estaré al pendiente de lo
que hayas decidido. De ser que sí,
tendrías que viajar a Nueva York para reunirte conmigo, y hacer todo
el papeleo de los derechos de autor.
-Perfecto, otra razón para decir que
no.-Bien. Yo le llamaré ¿Está bien?
-Claro que sí. Espero tu llamada,
linda.-¡Hey! Espere un segundo. Señora
Marín... disculpe ¿Dijo acaso que
usted ya había llamado antes?-Sí... encontré el número hace
algunos meses, pero no pude llamar
hasta hace algunas semanas.-Y... ¿Le dijeron que no la conocían?
-Así es... una señorita respondió y
me dijo que no conocía a ninguna
Wednesday Addams. Pero yo estaba 90% segura de que este era el número correcto, así que llamé de nuevo, no perdía nada.-Se lo agradezco mucho, yo le
llamaré. ¡Hasta luego! -Corté.Había sólo una persona que pudo
contestar el teléfono de mi casa.
Una sola chica que entraba y salía
de aquí, que pudo ser capaz de
fingir demencia y no haberme
contado nunca que habían llamado
para buscar a Wednesday. Me dolía, me dolía en el alma. Pero la única
persona que pudo haber sido es...-Divina Dias...
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A PRUEBA: A LA SOMBRA DE LAS TORRES
ФанфикNunca podemos saber que va a pasar el día de mañana, y ya sea por un mal momento, ya sea sentimental, económico o amoroso, ya sea tan sólo un par de valiosos minutos en los que te demoraste en salir de un edificio, puede ser lo que sea... y tu vida...