CAPÍTULO 36

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POV WEDNESDAY

Habían pasado un par de días desde
que encontré a Enid o más bien,
ella me encontró a mí. Por alguna
razón, ninguna de las dos tuvo la
iniciativa de pedir el teléfono de la
otra, así que me sentí de nuevo tal y como siempre... perdida en quién sabe dónde. Ella era la única que tenía algo de mí, sabía dónde quedaba mi departamento y en ese
tiempo no se ha aparecido por aquí,
incluso llegué a creer un poco en las palabras de Tyler. Que posiblemente fuera cierto, hubiese sido una broma o algo por el estilo.

Era Domingo por la mañana y
el sueño se me había esfumado
completamente. Ya que era
temprano, en un día inactivo
y Tyler roncaba como un oso en
hibernación como para despertarlo
y charlar, ver televisión o alguna
otra cosa, decidí salir a correr. El
día estaba muy nublado y frío,
se podía notar la baja neblina en
muchos de los edificios. Salí del
departamento con ropa deportiva
y una buena chamarra, encendí mi
iPod y corrí. Corrí por la avenida,
iba perdida en la música y sin rumbo fijo. Después de unos
minutos, decidí darle una vuelta a
todo Central Park, así que me dirigí
hasta allá.

Mientas corría y la música sonaba,
no podía dejar de pensar en una
sola cosa. Una sola persona... ¿Qué
habrá sido de ella? ¿Por qué no
había ido a buscarme? ¿Será todo
cierto? Fuera lo que fuera, no podía
sacar de mi mente a la chica de ojos
azules y eso me estaba matando.

Corrí por todo el parque
aproximadamente unos 40 minutos,
hasta que me detuve frente al lago
para comprar una botella de agua
y descansar un poco. Me senté y
terminé la botella casi de un sólo
trago, justo cuando estuve por bajar
la mirada, mis ojos se percataron de
la presencia de la chica que me ha
estado quitando el sueño estos días.

Estaba sentada, con un abrigo negro y una boina del mismo color. Tenía sus audífonos puestos y estaba leyendo aquel libro que yo tenía prohibido mirar. Sentí que un
enorme peso se iba de mi cuerpo,
seguramente era la duda sobre si la
vería de nuevo o no. Quise correr
hasta ella, pero antes de eso, me
dediqué un poco a mirarla, sólo eso.

Caminé lentamente hacia ella,
estaba un poco de lado hacia mí
y su atención en el libro más la
música en sus oídos, hicieron que
llegara bastante cerca de ella sin
que me notara o eso creia, porque
justo antes de que la saludara ella
habló.

-Eres muy buena escribiendo, Weds.

-Era. Yo... no soy ni la mitad de lo
que solia ser, supongo. -Ella sólo
sonrió y aun no me había mirado.

-Lo que tú digas.

-¿Qué haces aquí?

-¿Te molesta que esté aquí?

-Por supuesto que no, es sólo que,
ya sabes... tú...

-Creía que no tenía un lugar
preferido en esta ciudad que
me trae malos recuerdos, pero
Central Park es hermoso... y por las
mañanas, en un día como hoy, es el
lugar perfecto para desconectarme
un rato del resto del mundo.

-¿Por qué llorabas? - Y sólo hasta
que hice esa pregunta, ella alzó
su rostro y nuestras miradas se
encontraron después de aquel día.

-Por nada, sólo son tonterías.

-¿Era muy triste lo que leías? Lo
que... escribí.

-No, de hecho, no... era algo alegre,
muy alegre.

-Entonces no le veo por qué a esas
lágrimas.

-El capítulo 24 me hace recordar
tantas cosas que... -Y se quedó en
silencio... con la mirada perdida en
algún punto de cualquier cosa que
no fuera yo.

A PRUEBA: A LA SOMBRA DE LAS TORRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora