CAPÍTULO 39

178 40 2
                                    

POV ENID

-Quiero ir a Chicago. -Agradezco
al cielo haber estado sentada en
ese momento y que justo hubiese
tomado agua antes de que dijera
eso, de no haber sido así, juro que la hubiera escupido.

-¿Qué quieres qué?

-Eso... quiero ir a Chicago a ver a las
personas de esas fotografías.

-Oye, oye... vamos lento ¿Quieres?
No creo que estés lista para ir. -Dijo
Yoko.

-Pero claro que lo estoy, es lo que
más quiero en el mundo. Enid,
dile...

-Perdón Weds... pero está vez creo
que Yoko tiene razón. No estoy
segura de que sea buena idea.

-¿Qué? ¿Pero qué les pasa a las
dos? ¿No es para eso a lo que me
trajeron?

-Si, Weds, tranquila. Respira un poco ¿Está bien? No es como si nunca te llevemos, sólo no es el momento. Hay más cosas que debes saber. Diablos, ellos aún no saben de ti. No podemos llegar, así como si nada.

-¿Por qué no les han dicho?

-¡Oh claro! ¡Hey! "Hola Sra, buenas
tardes ¿Qué tal todo? Disculpe...
¿Qué cree? Venimos a Nueva York y
no adivinarás a quien nos topamos
¿Ah? ¡A WEDNESDAY! Tu hija la que estaba muerta, pero en realidad no lo está. ¡Ah! Otra cosa... no recuerda nada. Pobre chica, cuando la vimos, ella ni siquiera recordaba su nombre. En fin, te la llevamos en unos días. Saludos a toda la familia, adioooos." Claro... no sé porque nunca se me ocurrió. Enid... ¿Por qué nunca lo hicimos?

-Para ya, Yoko.

-¿Ahora qué hice?

-Nada, no hiciste nada. - Dijo Weds.
-Pero en serio... ¿Por qué no les han
dicho nada?

-Weds, esto no es algo que se pueda
decir por teléfono. Aún no consigo
la mejor manera de hacerlo, porque
simplemente no la hay, pero estoy
segura de que la peor sería por
teléfono.

-Entonces... vamos a decirles.

-Weds...

-Piénsalo... vas, se los dices de la
mejor manera posible y cuando se
hayan calmado un poco las cosas,
entro yo. Vamos, no es una mala
idea.

-Claro... si quieres matar a tus
padres...

-¡Yoko!

-Ya, ya, perdón.

-Por favor Enid, te lo ruego, por
favor. -Y en menos de dos segundos,
caí rendida en su mirada. ¿Cómo le
decías que no a ese par de ojos?

-Creo que... no es mala idea después
de todo.

-¿¡EN SERIO!? -Ambas gritaron al
mismo tiempo y juro que casi me
rio.

-Algún día tendremos que hacerlo...
creo que ya ha sido demasiado
tiempo perdido con tu familia. Está
bien, iremos.

-Enid... creo que...

-¡OH DIOS MÍO! ¡GRACIAS!
¡GRACIAS! -Y lo siguiente que sentí
fue su cuerpo sobre el mío. Me abrazó como si le hubiera salvado
la vida y me pareció tan tierno.
Era como abrazar a una pequeña
que sólo te agradecía por el dulce
que le diste. -¡Dios mío, no puedo
creer que los veré! Siento que te
amo. -Dijo y aunque no fuera en el
sentido que me gustaría, hizo que
todo mi cuerpo diera un giro de 180
grados.

-Sí... y yo a t... bueno, hmmm, creo
que deberíamos checar los vuelos.
¿No, Yoko?

-Sí... deberíamos, antes de que se les
ocurra otra cosa.

A PRUEBA: A LA SOMBRA DE LAS TORRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora