CAPÍTULO 6

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PASADO

POV WEDNESDAY

Antes de que Enid hablara metí
mis manos en mi bolsillo buscando
el motivo principal por el que había
venido hasta aquí.

-¿Un cigarrillo? -Dije acercando la
cajetilla hasta ella ofreciéndole uno.

-Ahh. no gracias, no fumo. Detesto
el olor.

-Dicen que calma los nervios. -Dije
insistiéndole un poco, me parecía
tan tierna. Me miró por algunos
segundos con sus ojos que seguían
hinchados, pero aun así eran
hermosos.

-Bien, pero me compartirás del
tuyo. -Dijo y lo encendí. Después
de unas cuantas inhaladas mías,
ella lo tomó he hizo lo mismo. Casi
suelto una carcajada cuando a la
primera inhalada comenzó a toser
y ahogarse. ¿No podía ser menos
tierna? Le di palmaditas en la
espalda, le quité el cigarro y sonreí
conteniendo mi risa.

-Cielos Wednesday, eso es tan pesado... ¿Cómo es que lo hacen sin
ahogarse? -Dijo con la voz un poco
amarga.

-Es porque tú nunca lo habías
probado. -Dije sin poder contener
mi risa.

-Agh bien, como sea... alejálo de mí,
es asqueroso. ¿Puedo contarte ya?

-Claro... te escucho.

-Bien... -Puse toda mi atención a lo
que decía mientras me terminaba el
cigarrillo.

-La secundaria fue muy dura para
mí. Recuerdo que el primer día
todos me empujaban... me gritaban
cosas, incluso esa vez comí sola en
el baño. Pero había unos chicos en
particular que me hicieron la vida
imposible. En mi último año decían
que no me querían más en el colegio. Que verme en los pasillos era una pena para sus ojos y que harían lo necesario para ya no verme por ahí. - Yo estaba en shock. Ella tenía tanta pena en sus ojos, proyectaba miedo al hablar y eso me mataba, verla así me mataba. -El colmo de todas sus bromas pesadas fue que... uno de ellos escondió marihuana en mi mochila y corrió con el prefecto para acusarme...-

Estaba tan enojada con quien fuera
que se tratara ese tipo. -Yo no me
fui, me expulsaron... por algo que ni
siquiera hice.

-Es... horrible. Y es precisamente
por ese tipo de cosas por el que te
conviene hablar ahora, Ens...

-Lo sé, ahora lo sé. No lo había visto
de esta manera... hasta hace unos
minutos que tuviste que gritarlo desde la azotea para que lo
entendiera.

Hubo unos segundos de silencio
y después ambas nos echamos a
reír. Reír con ella era genial o...
¿Será más bien que me encantaba
escucharla reír? No lo sé y no
importaba. Sólo sabía que esa
sonrisa ahora era la causa de la
mía y haría todo lo que estuviese
en mis manos con tal de que nunca
desaparezca.

-Bueno... tú ya me contaste
algo de ti, así que habrá que
retroalimentarnos.

-O sea que... -Puso una cara de
confusión que me causó mucha
ternura y por poco la abrazo.

-O sea que te contaré algo sobre mí.

-Wednesday no tienes por qué hacerlo, yo sólo...

A PRUEBA: A LA SOMBRA DE LAS TORRESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora