Capitulo 3

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Pasaron un par de días después de llevar al gato herido a la clínica veterinaria. La veterinaria les dio la buena noticia de que el gato estaba recuperándose bien y podían llevarlo a casa. Severus y Regulus sintieron un alivio enorme al escuchar eso. Decidieron nombrar a la gata "Luna", en honor a su brillante pelaje blanco y negro, y también como un guiño a su nueva vida juntos, llena de esperanza y paz.

Esa misma tarde, Severus y Regulus fueron de compras para Luna. Recorrieron tiendas de mascotas en busca de juguetes, comida de alta calidad y una cómoda cama para ella. Regulus, emocionado como un niño en Navidad, quería asegurarse de que Luna tuviera todo lo que necesitaba y más.

—Creo que necesitamos un rascador para que pueda afilarse las uñas —sugirió Regulus mientras examinaban las diferentes opciones en la tienda de mascotas.

—Sí, y tal vez algunos ratones de peluche para que tenga algo con qué jugar —añadió Severus, sonriendo ante la emoción de Regulus.

Después de llenar su carrito con todo lo esencial y algunos caprichos para Luna, regresaron a casa con una Luna muy curiosa en la caja transportadora, lista para explorar su nuevo hogar. Severus y Regulus colocaron todo en su lugar y dejaron que Luna se adaptara poco a poco a su entorno.

—Creo que va a ser una excelente compañía para nosotros —comentó Severus, observando cómo Luna inspeccionaba cada rincón de la habitación con curiosidad.

—Definitivamente. Y no podemos olvidar que ahora somos tres en esta familia —respondió Regulus, acariciando a Luna con suavidad.

Esa noche, después de asegurarse de que Luna se sintiera cómoda en su nuevo entorno, Severus y Regulus se sentaron juntos en el sofá de su pequeño departamento en el barrio muggle. La tenue luz de la lámpara de mesa creaba una atmósfera acogedora mientras compartían pensamientos sobre su día y sus planes para el futuro.

Regulus acariciaba a Luna, quien se había acurrucado en su regazo, mientras Severus preparaba una taza de té para ambos. El aroma de la infusión llenaba la habitación, mezclándose con el suave ronroneo de Luna, que parecía haberse adaptado rápidamente a su nuevo hogar.

—Creo que Luna va a ser una gran adición a nuestras vidas —dijo Severus, entregando una taza de té a Regulus antes de sentarse a su lado en el sofá.

Regulus asintió con una sonrisa, mirando a Luna con cariño. —Sí, definitivamente. Me alegra que hayamos decidido llevarla a casa. Parece tan feliz aquí.

Severus tomó un sorbo de su té, saboreando el aroma reconfortante antes de continuar. —Es bueno tener algo más que nos una. Aparte de nuestro amor, ahora tenemos a Luna cuidando de nosotros también.

Regulus le sonrió, apoyando su cabeza en el hombro de Severus. —Estoy agradecido por todo, Severus. Por nuestro hogar, por Luna, por nuestra vida juntos.

Severus colocó su brazo alrededor de Regulus, atrayéndolo suavemente hacia él. —Y yo estoy agradecido por ti, Regulus. Por ser mi compañero en esta vida, por tu amor y tu bondad.

Ambos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la calidez mutua que compartían. La lámpara de mesa arrojaba destellos dorados sobre sus rostros mientras Luna se acomodaba aún más en el regazo de Regulus, emitiendo un pequeño suspiro que parecía llenar el espacio con paz.

—¿Te imaginas cómo será cuando Draco nazca? —preguntó Regulus en voz baja, rompiendo su silencio reflexivo.

Severus acarició suavemente el cabello de Regulus. —Será maravilloso. Draco tendrá una familia amorosa que lo cuidará y lo protegerá. Y nosotros seremos sus padrinos, siempre cerca para él.

Papi Sev! (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora