Capitulo 16

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A medida que el sol ascendía en el cielo, el ambiente en Malfoy Manor se llenaba de una sensación de calma y alegría, una bienvenida pausa después de la agitación de la noche anterior. La cálida luz del mediodía iluminaba el amplio patio, creando un escenario perfecto para un día festivo en familia.

En el jardín de la mansión, Regulus y el pequeño Draco estaban inmersos en un juego animado. Regulus, aún adaptándose a la nueva realidad tras su largo período de coma, había encontrado en el juego con su sobrino una forma de conectar con la vida cotidiana que le había sido arrebatada durante tanto tiempo. Draco, con sus cinco años, disfrutaba de la compañía de su tío con entusiasmo, corriendo alrededor de Regulus mientras este le lanzaba una pelota de colores brillantes.

Narcissa, Lucius y Severus observaban la escena desde la terraza, disfrutando de un momento de tranquilidad mientras degustaban una copa de vino blanco. La vista del jardín y el sonido de las risas de Draco y Regulus ofrecían un contraste refrescante con la tensión que había marcado las últimas semanas.

—Es bueno ver a Regulus tan animado —comentó Narcissa, su mirada fija en su hermano mientras él jugaba con Draco—. Nunca pensé que lo vería de nuevo en un estado tan saludable.

Lucius asintió, una expresión de satisfacción en su rostro. —Definitivamente es un alivio. Aunque aún queda mucho por hacer para que se recupere completamente, su presencia aquí es un gran paso en la dirección correcta.

Severus, que había estado en silencio mientras observaba, tomó un sorbo de su copa y se permitió un momento de reflexión. La reciente revelación de la llegada de Regulus y su interacción con Draco le había dado un respiro necesario, aunque la preocupación por la completa recuperación de Regulus nunca estaba muy lejos de su mente.

—A veces, me parece increíble que todo esto esté sucediendo —dijo Severus, mirando a Regulus y Draco con una mezcla de gratitud y tristeza—. Pasar por el coma, el regreso, y ahora ver a Regulus jugando con Draco... es como un sueño.

Narcissa sonrió, girando hacia Severus. —No subestimes el poder de la familia y el amor. A pesar de todo lo que hemos pasado, estamos aquí para apoyarnos mutuamente.

Lucius tomó la copa de vino de Narcissa y la llenó de nuevo. —Es cierto. Pero no olvidemos que aún tenemos algunos asuntos pendientes. El regreso de Regulus, aunque inesperado, también nos recuerda que hay cosas que deben resolverse.

Mientras conversaban, un súbito grito de Draco llamó su atención. El niño, que había estado corriendo detrás de Regulus, se detuvo abruptamente y miró a su tío con curiosidad.

—Tío Regulus —llamó Draco con una expresión seria—, ¿quién es Bellatrix?

El nombre cayó como una bomba en el aire. El rostro de Narcissa palideció momentáneamente, y Lucius dejó su copa de vino en la mesa con una expresión de sorpresa. Severus, que había estado bebiendo, casi se ahoga con el vino, su mirada volviendo a los dos en el jardín con preocupación.

Regulus, sorprendido por la pregunta inesperada, dejó de jugar y se arrodilló frente a Draco. —Bellatrix... —empezó, tratando de encontrar las palabras adecuadas—. Ella es... una persona que ha causado mucho daño. Pero no debes preocuparte por eso ahora. Vamos a seguir jugando.

Draco frunció el ceño, sin parecer completamente satisfecho con la respuesta. —Pero, ¿por qué me preguntas eso? —insistió, sus ojos llenos de curiosidad.

Narcissa se acercó al jardín, su rostro una mezcla de preocupación y determinación. —Draco, ¿dónde escuchaste ese nombre? —preguntó con voz suave, intentando mantener la calma.

***

Bellatrix Lestrange, atrapada en su celda mágica en una de las torres más altas de la mansión, observaba la escena desde una ventana con una sonrisa torcida en su rostro. Había estado en confinamiento durante semanas, pero anoche había logrado romper el hechizo de su celda. La puerta de su prisión estaba ahora entreabierta, un indicio de que su tiempo en la torre estaba llegando a su fin.

En la oscuridad de la celda, Bellatrix se levantó de la esquina en la que había estado sentada, y su mirada se deslizó hacia la puerta abierta con un brillo de malicia en sus ojos. El hechizo que la mantenía atrapada había sido poderoso, pero ella había puesto su determinación al servicio de su libertad. Mientras el sol brillaba afuera, ella planeaba su próxima jugada.

—Malfoy, Black, y el resto de esos malditos traidores —murmuró Bellatrix, su voz resonando con un odio palpable—. Me han mantenido aquí, alejándome de lo que más deseo. Pero no les permitirá tener paz. No les permitiré que se salgan con la suya.

Su mente se centró en Draco, el niño que había sido un objetivo crucial en sus planes. Recordaba con claridad la promesa que había hecho a Lord Voldemort. Cuando Draco cumpliera quince años, ella lo tomaría y lo llevaría a servir al Maestro. Ahora, con su libertad en el horizonte, no podía permitir que el tiempo siguiera su curso sin hacer nada.

Mientras preparaba su escape, Bellatrix repasó su plan. Primero, debía encontrar una manera de salir de la mansión sin ser detectada. Los hechizos de protección y las trampas mágicas alrededor de la propiedad eran sofisticados, pero no imposibles de sortear para alguien de su habilidad. Había estudiado cada rincón de la mansión y sabía que las barreras mágicas eran su mayor obstáculo.

A medida que el sol se alzaba más alto en el cielo, Bellatrix avanzó hacia la puerta de su celda, sus movimientos eran sigilosos y calculados. La sonrisa en sus labios se ampliaba mientras pensaba en la desesperación y el dolor que causaría en la familia Malfoy. Se detuvo un momento para ajustar su túnica y prepararse mentalmente para el desafío que tenía por delante.

Fuera de la celda, el ambiente era alegre. Narcissa había tomado a Draco de la mano y se había alejado del jardín para prepararse para la comida. Lucius y Severus conversaban en la terraza, disfrutando de la calma que parecía reinar en el hogar.

—No sé de dónde ha salido esa pregunta sobre Bellatrix —dijo Narcissa mientras guiaba a Draco hacia la cocina—. Debemos mantener a Draco alejado de estos temas.

—Sí, lo mejor es que se enfoque en disfrutar de estos días festivos —respondió Severus, aún preocupado por el estado de Regulus y la posible reaparición de Bellatrix.

De vuelta en la torre, Bellatrix avanzaba con cuidado, siguiendo las indicaciones que había memorizado para evitar las trampas. Su corazón palpitaba con la emoción de la libertad inminente y el deseo de venganza. Al llegar a una ventana del sótano, lanzó un hechizo de invisibilidad sobre sí misma y se deslizó hacia afuera, evitando los encantamientos de protección.

Una vez fuera de la mansión, Bellatrix se dirigió al bosque cercano. La sombra de los árboles le ofrecía una cobertura adecuada mientras se preparaba para utilizar un polvos de traslación que había escondido para esta eventualidad. La libertad estaba a su alcance, y su mente estaba llena de la promesa de cumplir su juramento a Voldemort.

Al llegar al claro donde había escondido sus polvos, Bellatrix se arrodilló y los arrojó al aire, la nube de polvo cubriéndola en un instante. Con un estallido de magia, desapareció del claro, dejando atrás la mansión y el tranquilo sol de la mañana. Su destino estaba trazado, y nada ni nadie podría detenerla.

En Malfoy Manor, la vida continuaba con su rutinaria calma. La mesa estaba dispuesta para el almuerzo, y la familia se reunió en torno a ella, sin saber que el verdadero peligro estaba a punto de desatarse. Mientras se sentaban a comer, la preocupación por la reciente pregunta de Draco se desvaneció momentáneamente, reemplazada por la conversación sobre planes futuros y esperanzas de un mejor año.

Pero el regreso de Bellatrix no tardaría en manifestarse. La oscuridad se avecinaba, y con ella, una tormenta de caos y sufrimiento que pondría a prueba la fortaleza de los Malfoy y Black. La historia de la familia estaba a punto de dar un giro dramático, y el precio de la libertad de Bellatrix se cobraría en un futuro cercano.

La noche caía sobre Malfoy Manor, y la paz que había sido restaurada estaba a punto de ser destruida. Bellatrix estaba de vuelta en la cueva de los Mortífagos, preparándose para reunirse con Voldemort y planificar su siguiente movimiento. La promesa hecha a Voldemort seguía en pie, y la amenaza que representaba era más real que nunca.

Papi Sev! (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora