Capitulo 9

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El sol de la mañana se colaba tímidamente por las ventanas del comedor de la Mansión Malfoy, iluminando suavemente el rostro de Severus. Sus ojeras y el semblante cansado eran testigos mudos de las noches en vela y las preocupaciones que lo consumían día tras día. Regulus seguía en coma en San Mungo, y Severus se había convertido en una presencia constante en la mansión, sintiéndose cada vez más como una carga para Lucius y Narcissa.

Mientras hojeaba el periódico del mundo mágico, Severus buscaba entre los anuncios de empleo alguna oportunidad que le permitiera contribuir y dejar de ser un peso. Lucius y Narcissa le habían dicho en múltiples ocasiones que no se preocupara por eso, que siempre sería bienvenido en su hogar, pero él no podía evitar sentirse incómodo por vivir de la generosidad de sus amigos.

—¿Has encontrado algo interesante? —preguntó Lucius, entrando en el comedor y tomando asiento frente a Severus. Su tono era amigable, pero Severus detectó la preocupación en sus ojos.

—Estoy buscando, pero parece que no hay muchas opciones para alguien como yo —respondió Severus, pasando la página y tratando de ocultar su frustración.

—Severus, sabes que no tienes que apresurarte. Estamos aquí para ti, y siempre tendrás un lugar en esta casa —dijo Lucius, tratando de ofrecer consuelo.

Severus asintió, agradecido pero decidido. Necesitaba recuperar su independencia, necesitaba sentir que podía cuidar de Regulus cuando él despertara.

—Lo sé, Lucius. Y te lo agradezco, de verdad. Pero necesito hacer algo por mí mismo, por nosotros —dijo Severus, refiriéndose a Regulus y a él.

Narcissa entró en la habitación con Draco en brazos, su presencia iluminando el ambiente. El niño balbuceaba felizmente, ajeno a las preocupaciones de los adultos.

—Buenos días, Severus. ¿Alguna novedad en el periódico? —preguntó Narcissa con una sonrisa cálida.

—Aún no, pero seguiré buscando —respondió Severus, devolviendo la sonrisa.

Mientras desayunaban, Severus no podía dejar de pensar en su futuro. Había decidido regresar al mundo mágico, a pesar de los recuerdos dolorosos y las dificultades. Sabía que necesitaba magia para encontrar un trabajo que le permitiera mantenerse y, eventualmente, cuidar de Regulus.

***

Tras terminar el desayuno, Severus se dirigió a su habitación. En su camino, observó cómo la luz del sol jugaba con los delicados adornos de la mansión, creando un ambiente casi mágico. Sin embargo, su mente estaba lejos de apreciar la belleza del entorno; estaba enfocada en su búsqueda de empleo.

Severus se sentó en el escritorio y comenzó a escribir cartas de solicitud, detallando su experiencia en pociones y su dedicación a la enseñanza. Aunque había dejado el mundo mágico al graduarse, nunca había abandonado su pasión por las pociones. Su talento era innegable, y esperaba que alguien en el mundo mágico también lo reconociera.

Pasaron los días y Severus continuaba sin recibir respuesta. La frustración crecía dentro de él, pero no se rendía. Sabía que eventualmente encontraría algo.

Una mañana, mientras revisaba nuevamente el periódico, un anuncio llamó su atención:

"Se busca Profesor de Pociones para Hogwarts. Interesados, enviar solicitud al director Albus Dumbledore."

El corazón de Severus dio un vuelco. Hogwarts. El lugar donde había aprendido tanto, donde había desarrollado su amor por las pociones. Ser profesor allí sería un sueño hecho realidad. Sin perder tiempo, redactó una carta de solicitud, destacando su conocimiento y experiencia. Sentía una mezcla de nervios y esperanza mientras enviaba la carta, consciente de que esta podría ser la oportunidad que había estado esperando.

Papi Sev! (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora