Athena es una modelo griega la cual tiene un hermano menor Theo, siempre han sido solamente ellos dos, ya que desde la muerte de su madre la chica veía por ambos, era hija de él mismo Toto Wolff pero su relación no era la mejor.
Max Verstappen pilo...
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SALIR DE FIESTA NO ERA MALO, lo es cuando llegas a hacer algo vergonzoso, y no es que fuera de mis casos, pero solía, pasarla bien con algunas copas ya encima, y sabía que hoy no sería la excepción, aunque si querian saber de alguien que si se la pasaba mas que excelente, la respuesta era clara, Max es y sera por siempre el alma de la fiesta.
Todos querían pasar una fiesta con el.
Siempre decía que era de los que más aguantaba, pero realmente era de los primeros en caer.
Esa noche, había decidido ponerme un vestido ajustado de color negro con destellos plateados, que caía justo por encima de mis rodillas. El escote era elegante, dejando al descubierto un poco de piel sin ser demasiado revelador, y los tirantes finos daban un toque de sofisticación. Llevaba unos tacones plateados a juego, lo suficientemente altos como para realzar mi estatura, pero cómodos para bailar toda la noche.
Eran tacones altos, pero aun así no lograba pasarlo de altura.
Mi cabello, suelto y con suaves ondas, caía sobre mis hombros, y había optado por un maquillaje que destacaba mis ojos y labios con un tono rojo profundo.
Max, por su parte, estaba deslumbrante como siempre. Llevaba una camisa blanca ligeramente desabrochada en el cuello, que resaltaba su piel bronceada. Sus pantalones negros de corte ajustado y unos zapatos de cuero pulido completaban su look elegante pero casual. Había optado por un reloj de pulsera clásico que añadía un toque de sofisticación a su conjunto.
Cuando Max me vio, sus ojos brillaron con una mezcla de admiración y deseo. Su sonrisa se ensanchó, y se acercó a mí, tomando mi mano y girándome suavemente para admirar mi vestido. "Estás espectacular", murmuró cerca de mi oído, su voz profunda enviando un escalofrío agradable por mi espalda.
Me dio un suave beso en la mejilla, y sus ojos azules no dejaron de mirarme ni un segundo.
Mientras caminábamos hacia el club, su mano posaba en mi espalda baja, sabía su propósito intentando cubrirme para que nadie viera, pero era algo imposible de lograr, tendría que ponerse por completo detras de mi para que aquello se cumpliera. Aun así, su gesto protector me hacía sonreír, apreciando cómo siempre cuidaba de mí, incluso en las pequeñas cosas.
— es una pena que tengamos que entrar — lo mire curiosa antes de adentrarnos —
— ¿ qué ? — dije sorprendida — ¿ no querías venir ? — cuestione pero negó rápidamente —
— no es eso, es solo que viendote asi, con ese vestido, me gustaria estar en otro lugar contigo — pauso un momento — a solas —
Me reí, dándole un suave golpe en el brazo.
— cariño —dije aun entre risas — eres imposible —
— lo soy, pero se que tu también quieres lo mismo — senti su apretón más fuerte para después entrar al lugar —
